viernes, 20 de junio de 2025

En la muerte de Alfred Brendel

 

 

El pasado martes 17 de junio moría, a los 94 años de edad, uno de los pianistas más destacados de las últimas décadas.

De entrada, me gustaría destacar algunas de sus cualidades y de recomendar algunas de sus grabaciones. Siempre llaman la atención su musicalidad intachable, inagotable, su sensibilidad y la belleza de su sonido.

En cuanto a su repertorio, sus escasos acercamientos a Bach me parecen magistrales. Una de sus labores más encomiables es la especial atención -rara avis entre sus colegas- que prestó a las Sonatas de Haydn. Pese a relativos altibajos, varias de sus Sonatas y de sus Conciertos de Mozart me parecen modélicos (entre estos últimos destacaría los núms. 15 y 25); en unas y otros suele destacar más la belleza musical que los tintes dramáticos de estas obras (Marriner y, tardíamente, el Mackerras historicista no fueron los colaboradores más acertados). Caso especial me parece su sensacional Quinteto con viento K 452.

También en Beethoven se le dieron mejor, por lo normal, las composiciones más serenas o clasicistas que las de mayores turbulencias; de nuevo el Quinteto con viento (op. 16) es memorable. Algunas de sus Sonatas de su ciclo de finales de los 70 (3, 7, 20 y 25, sobre todo) me parecen magistrales, así como las 5 Sonatas para cello con su hijo Adrian, pero en la cúspide están quizá sus Bagatelas (piezas por cierto nada insignificantes o banales, a las que seguramente les perjudica su título. Como defendía Tranchefort, si se les hubiese denominado “Momentos musicales” o algo así, otro gallo les cantaría, y mayor número de grandes pianistas se habrían acercado a ellas).

Su Konzertstück de Weber me parece el mejor que conozco.

Siempre fue un schubertiano de raza, acaso el compositor al que más tiempo dedicó -Beethoven aparte- y al que defendió con mayor ahínco. Sus primeras grabaciones para Philips (las analógicas) fueron pioneras en el redescubrimiento de un maravilloso legado pianístico no muy conocido (sobre todo las Sonatas) hasta entonces. Extrañamente, algunas de sus últimas grabaciones del autor de Rosamunda supusieron un leve paso atrás. Recomiendo muy especialmente el álbum de 5 DVDs del sello EuroArts (filmaciones de 1977) con las obras tardías del compositor, en el que explica las obras en introducciones extraordinariamente lúcidas e interesantes.

En Schumann destacó en el Concierto (sobre todo con Sanderling), en las Escenas de niños y en un maravilloso disco poco conocido: piezas para oboe y piano con Heinz Holliger. Curiosamente, a Chopin no le dedicó especial atención.

De Franz Liszt hizo especialmente bien los Conciertos y Totentanz, las 2 Leyendas y las piezas de última época.

En mi opinión, en Brahms sobresalió en el Segundo Concierto con Abbado, en las 4 Baladas y en las Variaciones Haendel.  

La música del siglo XX no interesó especialmente a Brendel; aun así, son grandes logros suyos algunas piezas de Busoni, el Concierto de Schönberg (sobre todo con Michael Gielen) y la Sonata de Alban Berg. En realidad, Brendel se limitó casi por completo al cultivo del Clasicismo y el Romanticismo centroeuropeos.

Hombre de profunda cultura, su libro Sobre la música (Acantilado, 2007) me parece sumamente interesante y esclarecedor. Y está muy bien escrito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario