lunes, 21 de julio de 2025

El polémico retorno de Gergiev

 

Gergiev, partidario de la invasión de Ucrania, vuelve a dirigir en Europa

El pasado 15 de julio publicó El País un artículo, a página completa, titulado “Polémica vuelta del director de orquesta pro-Putin a la escena europea”, que firma Pablo L. Rodríguez. Se refiere, por supuesto, a Valery Gergiev. En síntesis, se explica que desde la invasión de Ucrania le habían cancelado multitud de actuaciones en varios países europeos. Desde aquel febrero de 2022 solo ha actuado en su país y, ocasionalmente, en China, Omán e Irán.

Ahora, al saberse que va dirigir en Italia -y poco después en España- se ha levantado una gran polvareda para impedir que vuelva a actuar, pues es un defensor a ultranza y propagandista de Putin que se ha negado una y otra vez a condenar la invasión de Ucrania. También, para colmo, se le acusa de corrupción: un informe afirma “tener pruebas de que Gergiev lleva años robando dinero de una fundación benéfica (fundada por Alexei Navalni, cuyo asesinato es de dominio público que fue ordenado por el dictador ruso) y malversando fondos públicos”.

Yo creo que, en efecto, no se le debe permitir dirigir en países democráticos. Pero en lo que no estoy de acuerdo con el autor del artículo es que Gergiev (que, solo en Italia, acumula posesiones de más de 100 millones de euros) sea “uno de los directores más destacados de la escena internacional”. Porque me parece casi siempre un músico efectista y de brocha gorda, y estoy convencido de que, sin la ayuda de Vladimir Putin, no habría hecho una gran carrera. 

1 comentario:

  1. En esto me temo, Ángel, que tampoco vamos a estar nunca de acuerdo. Yo creo que hay evidencia sonora más que suficiente de los primeros años de la trayectoria de Gergiev que permite afirmar que, en efecto, Gergiev siempre tuvo una cantidad industrial de talento y de capacidad para hacer una carrera destacada como director. Ahí están las grabaciones de ópera rusa que hizo al comienzo de su carrera, la versión filmada que tiene con la Filarmónica de Viena de El pájaro de fuego de Stravinsky, etc. Otra cosa es que, como sugiere Pablo L. Rodríguez, su afán desmedido de poder actuar en todas partes con una agenda apretadísima, su desprecio por los ensayos (y con los otros intérpretes con los que colaboraba) le hayan perdido en lo artístico.
    De hecho, en los meses previos a la invasión de Ucrania, uno de mis pensamientos respecto de Gergiev era: “¡Ojalá Gergiev se vea obligado, de alguna manera, a tomarse una pausa en su carrera sin mayor riesgo de su salud y pudiera volver con sus ideas musicales más asentadas y llevando un ritmo más razonable!”. Y bueno, ya se sabe: ¡cuidado con lo que se desea, porque puede convertirse en realidad!


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