domingo, 1 de octubre de 2023

Nuevas publicaciones, y una pregunta retórica

 

"Fantasía", nuevo (doble) álbum de Igor Levit: ¡menudos altibajos!

Singular, y muy interesante, como suele ser, el programa propuesto por el pianista Igor Levit en su última publicación. Hagamos un somero recorrido por las piezas y obras que lo componen, por orden. Comienza con una acertada transcripción de Siloti de la famosísima Aria de la Tercera Suite orquestal de Bach. Queda muy bien y está tocada con un acertado legato. La Fantasía cromática y fuga del Cantor de Santo Tomás de Leipzig también me ha gustado bastante.

El gran pinchazo viene, en mi opinión, con la Sonata en Si menor de Liszt: versión bruta, machacona, casi sin legato, de transiciones a veces mal resueltas y hasta con momentos al borde de lo chabacano. ¡Al lado de otras frases muy logradas! En conjunto, muy por debajo de las grandes. El lied Der Doppelgänger de Schubert, perteneciente al Canto de cisne, es uno de los más sobrecogedores y hasta aterradores de la historia. La transcripción de Liszt desmerece bastante del original (aprovecho para decir que la interpretación de Fischer-Dieskau con Gerald Moore -la de EMI de 1963- ningún buen melómano debería perdérsela; escucharla es  una experiencia de la que uno no puede olvidarse).

No tengo opinión sobre la brevísima Klavierstück en Si menor (1’00”) de Alban Berg, pero sí sobre su interpretación, espléndida, muy ardorosa, de su magnífica Sonata. En todo caso creo que lo más logrado del álbum es su admirable, magistral lectura de la inmensa (en valía y tamaño: 34’07”) Fantasía contrapuntística de Ferruccio Busoni, que quizá se alza hasta lo más alto de la discografía. El cierre lo pone la Nuit de Noël, BV 251, del propio Busoni: otra delicia. La toma de sonido, nítida pero un poco descarnada, no me termina de convencer.

 

“El gran Puccini”: recital del tenor Jonathan Tetelman

Mucho me ha gustado el joven tenor estadounidense de origen chileno Jonathan Tetelman en el recital Puccini que acaba de lanzar Deutsche Grammophon. Es, cómo no, lírico (¡a ver si aparece de una vez, como ansía mi amigo Ignacio Fernández Bargues, y yo no menos, un tenor verdiano como dios manda!). En este su segundo recital (el anterior lo comenté aquí el 1 de septiembre de 2022) da un repaso a la mayor parte de las arias (y alguna escena) más representativas de Puccini, con la llamativa excepción de “Addio, fiorito asil”, de Madama Butterfly. Las arias y escenas de esa ópera, de La bohème, La Rondine o Manon Lescaut son, creo, lo que mejor le va a su voz. Pero logra defenderse más que bien con las de Tosca, Le Villi y La fanciulla del West y con “Nessun dorma” de Turandot, aunque no tanto, extrañamente, con “Non piangere, Liù”. Son solo las arias, pero es de esperar que no le tienten todavía estas óperas completas. Más peligroso aún sería para su voz, por ahora, abordar Il tabarro, donde -pese a su arrojo- no está nada cómodo: en la escena “O Luigi!... Dimmi perchè”, junto a la soprano Vida Mikneviciute, no muy convincente aquí; a diferencia de la espléndida Federica Lombardi en La bohème. En general, Tetelman posee no solo un timbre privilegiado (que a veces recuerda a Pavarotti, si bien con bastante menos squillo en el agudo), sino también más que correctos técnica y sentido musical. En las arias no es tan fácil distinguir los caracteres de los diferentes personajes, pero no está nada mal, ni mucho menos, lo que en este aspecto consigue. Estupenda, casi siempre, la batuta de Carlo Rizzi al frente de una muy notable PFK Prague Philharmonia.


Soberbio programa de Barrios Mangoré a cargo del guitarrista Thibaut García

Con el título “El bohemio”, el guitarrista francés Thibaut García (Toulouse, 1994) demuestra poseer un dominio llamativo del difícil instrumento y ser un músico de primer orden. Siempre bajo el sello Erato, este séptimo CD suyo, de 80 minutos, está espléndidamente grabado, como pocas veces lo haya sido este instrumento. Agustín Barrios Mangoré, guitarrista y compositor uruguayo (1885-1944), con sangre guaraní, alcanzó gran notoriedad como concertista en América y Europa y llevó a cabo una extensa aportación al repertorio de su instrumento. Con el precedente de un magistral recital monográfico a cargo del gran John Williams (Sony 1995), el presente disco, más generoso, no desmerece de aquél. A las 22 piezas interpretadas por García se añade como bonus una grabación del propio compositor de su Caazapá.  

 

La Obra para cello y piano de Beethoven por Hoffman y Selig

Aunque no constituya una aportación fundamental a la copiosa discografía de estas composiciones, me alegra confirmar que el no muy conocido Gary Hoffman (n. 1956) es uno de los violonchelistas más distinguidos de nuestro tiempo. A sus 67 años se halla en muy buena forma, aunque su sonido no esté entre los más esplendorosos que conocemos. Pero su musicalidad es siempre irreprochable. La sorpresa en este caso me la ha dado el excelente pianista australiano David Selig, al que no conocía. Su actuación en este álbum doble del sello Dolce Volta no tiene aquí que envidiar a otros concertistas famosos. Y el entendimiento entre ambos cameristas es aquí completo.

 

Interpretaciones lentas ¿aburridas?

Uno de los lectores que me envía mensajes siempre insultantes me ha echado a la cara (¡varias veces, qué pesado!) que la Sinfonía de Franck de Barenboim el pasado 3 de junio de este año en Berlín, con la Orquesta Filarmónica, ha sido un peñazo, que estaba muerta, etc. Ese juicio lapidario se debe, supongo, a su lentitud (47’). La interpretación grabada de referencia para muchos -y para mí- es la de Giulini con la misma Orquesta, que también es lenta (casi 45’). Dos minutos y pico de diferencia no son para llevarse las manos a la cabeza…

Ya sabemos que la lentitud por sí misma no determina cómo es una interpretación: hay una cosa a la que se le suele llamar tensión interna que no se mide con cronómetro, pero que un buen aficionado puede sentirla.

Voy a poner otros ejemplos de interpretaciones magistrales -con amplio consenso- realizadas casi siempre por intérpretes mayores que, a esa edad, suelen ver la música con otros ojos. Primero anoto la duración media aproximada.

Beethoven: Sinfonía 9: 68’. Böhm 1981: 79’

Bruckner: Sinfonía 7: 65’. Celibidache/OFilBerlín 86’

Bruckner: Sinfonía 8: 78’. Celibidache/OFilMúnich 100’

Tchaikovsky: Sinfonía 6: 45’. Bernstein 1987: 58’

Mahler: Sinfonía 7: 75’. Klemperer: 101’

Rachmaninov: Sinfonía 2, 1er. mov. 19’. Sanderling 1989: 26’

Sibelius: Sinfonía 2: 44’. Bernstein/FilViena: 52’

Ravel: Bolero: 14’. Celibidache DVD: 18’

Schubert: Sonata D 960, 1er mov. (con la repetición): 18’. Sviatoslav Richter: 26’

Wagner: Parsifal: 245’ aprox. Knappertsbusch 1951: 271’

 

¿Son también aburridas estas interpretaciones?...

2 comentarios:

  1. El mes de septiembre que acaba de terminar he alcanzado las 1100 visitas diarias de media. ¡Gracias!

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  2. No Ángel, gracias a ti por compartir tus conocimientos en un blog que para muchos, como yo, es referencia. Leo con avidez tus análisis musicales y si recomiendas una interpretación, sé que puedo comprarla y escucharla con total seguridad de que acertaré al estar avalada por ti. Te deseo aún más éxito si cabe en el número de visitas. Lo mereces.

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