lunes, 26 de abril de 2021

La Tercera Sinfonía de Brahms

 

Beethoven y Brahms: El modelo y su reverso 

Menospreciando, es cierto, un tanto a Schubert, a Mendelssohn y a Schumann, muchos vieron a Brahms como el verdadero continuador de Beethoven en el campo de la sinfonía. El propio autor del Requiem alemán, sobre todo después de los elogios de Schumann y Hanslick, parece que se veía a sí mismo como tal no sin cierto pavor por la responsabilidad que ello suponía, y por ello tardó tanto en dar forma definitiva a su Primera Sinfonía (¡1855-1876!), bautizada pronto (un tanto insensatamente) como la “décima” de Beethoven (por cierto, para entonces Bruckner tenía ya en su haber la “Cero Cero”, la Primera, la “Cero” y la Segunda). Visto con la suficiente perspectiva, no cabe duda de que Brahms no habría sido lo que es sin la existencia previa de Beethoven. Pero tampoco es menos cierto que son personalidades profundamente diferentes, hasta el punto de que cualquier buen amante de la música difícilmente podría atribuir una partitura de uno al otro. Es decir, que Brahms es continuador de Beethoven (no el único trascendental: ¡ahí está su contemporáneo Bruckner en el campo de la sinfonía!), pero se le parece bien poco: Beethoven el modelo y, en cierto modo, Brahms su reverso.

La Tercera Sinfonía de Brahms

Seis años después de componer la Segunda, Brahms da forma en 1883 (el año en que Bruckner culmina su gloriosa Séptima) a su Tercera Sinfonía durante sus vacaciones veraniegas en Wiesbaden; lugar de Renania que probablemente trajo a su mente el recuerdo de Schumann, pues esta es quizá su sinfonía más próxima al autor de Genoveva: incluso se ha visto en ella una referencia temática a la Sinfonía “Renana”. Parece ser que los dos movimientos centrales se remontan a 1880-81 y fueron pensados en origen como parte de una música incidental para el Fausto de Goethe, proyecto que Brahms abandonó.

El tema inicial del “Allegro con brio” se basa en las notas Fa – La bemol – Fa (en alemán F-A-F, “Frei aber froh”, “libre pero alegre”, lema del joven Brahms en contraposición a “Frei aber einsam”, “libre pero solitario”, de su amigo el violinista Joseph Joachim), un motivo de carácter enérgico y heroico, notas que constituyen un germen que reaparecerá en multitud de ocasiones a lo largo de toda la obra. El segundo, de ambiente más pastoral, se escucha por primera vez (mezza voce, grazioso) en el clarinete y el fagot. Las modulaciones, en ocasiones sorprendentes, y los contrastes temáticos, a veces enérgicos -unas y otros ampliamente elaborados- se resuelven en una amable y serena conclusión (al igual que la de los movimientos iniciales de las dos sinfonías precedentes).

En el “Andante” el segundo tema (clarinetes y fagotes) se deriva del primero, dulce y acariciador, expuesto también por las maderas. El tercero es presentado por los violines. Brahms despliega toda su maestría para el arte de la variación y su sutileza para el de la armonía en esta lírica página de clímax intensamente emotivo.

El “Poco allegretto”, amable, ensoñador, resignadamente melancólico y melódicamente hermosísimo, se ha convertido en el movimiento sinfónico más conocido de Brahms. En forma A-B-A (con trio, B, muy escueto) y escrito sólo para las cuerdas, la madera y dos trompas (quedando en silencio las otras dos trompas, las dos trompetas, los tres trombones y los timbales), los violonchelos y la trompa tienen a su cargo los momentos más envolventes de este episodio de quedo aire otoñal. En la repetición última los temas permanecen inalterados, variando sólo la orquestación.

El “Allegro” final constituye uno de los episodios orquestales más personales y logrados de su autor. Comienza con fagotes y cuerda en un ambiente sombrío que da paso enseguida a una poderosa intervención de los trombones, abriendo una sección plagada de conflictos, turbulenta y hasta paroxística, pero no siempre agreste. En la recapitulación reaparece el tema inicial del primer movimiento y la Sinfonía termina en un estado de ánimo apacible y, tal vez, de serena, meditativa afirmación –pero bien lejos de los triunfos beethovenianos–, apagándose lentamente (a diferencia de las otras tres de Brahms, que concluyen, de un modo u otro, en punta).

La Tercera Sinfonía fue estrenada el 2 de diciembre de 1883 por la Orquesta Filarmónica de Viena bajo la dirección de Hans Richter. El público la acogió con entusiasmo, y más aún la mayor parte de los críticos (con la llamativa excepción de Hugo Wolf). El ferviente brahmsiano Eduard Hanslick la calificó como “la más perfecta artísticamente” de las Sinfonías de Brahms, opinión que no modificó tras conocer la Cuarta. Pronto fue interpretada en varias otras ciudades. Hoy en día es, sin embargo, la menos frecuentemente escuchada de las cuatro del autor, pero nadie pone en duda que es tan magistral y admirable como cualquiera de las otras tres –tan diferentes entre sí como las de Beethoven–, y obras maestras, las cuatro, de primera magnitud en la historia del género sinfónico.

 

DISCOGRAFÍA DE LA TERCERA SINFONÍA DE BRAHMS

 

1949 EMI            Furtwängler/OFilBerlín              14’23+09’38+6’19+09’12          9,5/5

1954 Music&A  Furtwängler/OFilBerlín               10’34+09’49+6’31+09’33           8/4        

1954 DG            Furtwängler/OFilBerlín               10’42+09’47+6’34+09’36           9/5

1955 EMI          Cantelli/OPhilharmonia               10’04+08’46+6’20+08’28           8/6,5

1956 DG             Jochum/OFilBerlín                    10’01+09’22+6’10+08’59            6/6

1957 Decca        Kubelik/OFilViena                     13’56+09’04+6’06+08’56            8/5

1958 EMI           Klemperer/OPhilharmonia         13’04+08’17+6’12+09’14           8/7,5

1960 Sony          Walter/OSinfColumbia               10’01+08’38+6’13+08’17          8/7,5

1962 Decca        Karajan/OFilViena                      09’49+08’16+5’57+08’51          7/7

1963 Mercury   Dorati/OSinfLondres                   12’13+09’22+4’40+07’47          6/6,5

1963 Orfeo        Knappertsbusch/OSRColonia     12’24+10’37+7’17+11’29           5/6

1964 Teldec       Keilberth/OSinfBamberg            12’22+08’08+6’15+09’27          7,5/7

1964 EMI           Giulini/OPhilharmonia              10’24+08’39+6’20+09’13           8/8

1967 Sony          Szell/OCleveland                       10’17+08’55+6’25+08’51          7,5/7

1969 EMI           Barbirolli/OFilViena                  10’04+09’04+6’12+09’37          9/8,5

1970 Philips       Haitink/OConcertgebouw          14’21+09’31+6’21+09’01          8/7,5

1971 Archiphon Klemperer/ONewPhilharmonia  14’18+08’55+6’20+09’50           9,5/5

1973 Decca        Kertész/OFilViena                    13’28+08’47+6’03+08’55           6/8

1976 DG             Böhm/OFilViena                      11’04+10’30+6’41+08’45           9/8,5

1978 DG             Karajan/OFilBerlín                   09’51+07’36+5’58+08’33           6/8

1979 Decca        Solti/OSinfChicago                   13’52+09’42+6’26+08’51          8,5/8

1979 EMI           Celibidache/OFilMúnich          09’58+10’40+6’48+09’52          8/7

1983 DG            Bernstein/OFilViena                  15’40+09’49+7’10+09’35         10/9      

1983 Orfeo        Kubelik/OSinfRadioBávara       14’10+09’31+6’13+09’18         8,5/8

1984 Sony         Mehta/OFilNuevaYork              10’27+09’37+6’31+09’07          8,5/8

1989 DG           Karajan/OFilBerlín                    09’39+08’13+6’17+09’17          8/8

1989 Philips       Muti/OFiladelfia                      13’17+09’02+6’29+08’45          7,5/9

1990 DG            Abbado/OFilBerlín                  13’35+08’24+6’27+09’01           8/9

1990 Hänssler   Sanderling/OSinfBerlín            15’14+09’53+7’06+09’35           9/7

1991 Teldec       Dohnányi/OdeCleveland          13’03+08’50+6’17+08’44           6/8,5

1991 DG            Giulini/OFilViena                     14’59+09’32+7’00+08’56          9,5/9

1992 EMI            Sawallisch/OFilLondres          13’46+09’18+6’31+09’06          9/8,5

1994 Erato          Barenboim/OSinfChicago       13’44+09’25+6’18+09’36            8/8

1994 Philips       Haitink/OSinfBoston                14’27+08’31+6’37+08’50           8/9,5

2004 LSO           Haitink/OSinfLondres              14’24+08’53+6’45+09’27           8/8

*2013 C Major  Thielemann/StaatskDresden      13’38+08’43+6’48+09’08          6,5/9

2014 Decca        Chailly/OGewandhaus              11’43+08’16+6’06+08’15           6/9

2016 BSO           Nelsons/OSinfBoston               13’43+09’22+6’55+09’10         8,5/9

2018 DG             Barenboim/StaatskBerlin          14’32+10’57+7’00+10’20         9,5/10

*2018 Unitel      Barenboim/StaatskBerlin          15’25+10’03+6’50+09’50         9,5/9

2019 Bamberg Jakub Hrusa/OSinfBamberg        13’31+09’29+6’42+09’15         8,5/9

 

(Primer movimiento en cursiva: con la repetición)

16 comentarios:

  1. Gracias por esta nueva presentación, la salsa de los melómanos y por ello tan animado y atractivo este blog. Repasando las calificaciones a las grabaciones encuentro cierta lógica, estando más o menos de acuerdo, pero sorprende la nota tan baja a Thielemann. Le rogaría si es posible nos dijera el porqué. Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esto es lo que escribí en este blog (mayo de 2014) cuando salió el ciclo de Thielemann en DVD y Blu-ray:
      "La Tercera es la sinfonía más comprometida, la que menos veces me convence (es la única de las cuatro que, por ejemplo, Karajan nunca hizo bien). Y aquí, para seguir la norma, es la más decepcionante de la serie. En el movimiento inicial los muy frecuentes cambios de tempo son arbitrarios y forzados, escapándosele de las manos el sentido del episodio, su continuidad, su tensión. El Andante es ligerito, en tempo y en carácter: poco brahmsiano. Impecable el famoso Poco allegretto. Y en el cuarto tiempo vuelve a incurrir en los defectos del primero, acelerando más de lo conveniente. Un 6, no más".

      Eliminar
    2. Ángel, te animo a escuchar la última grabación que hizo Karajan de dicha obra. A mí me gusta bastante esta grabación y, por tanto, no estoy de acuerdo con tu afirmación de que nunca la hizo bien. Si no la encuentras te la paso sin problemas.

      Eliminar
    3. Voy a buscarla. Probablemente esté en Qobuz. Te lo diría en caso contrario. Gracias.

      Eliminar
    4. Posiblemente esta versión de Karajan publicada en 1989 sea la mejor de las suyas, pero aun así me parece claramente por debajo de las punteras. Para colmo, tal y como recordaba, el ciclo digital de Karajan suena, para mi gusto, algo peor que el precedente.

      Eliminar
    5. Creo que esa grabación de la Tercera suena mejor, más limpia y con más atmósfera, en la edición del álbum Karajan 80s que se puede encontrar en Qobuz. Haz la prueba. Y me da que no es el único disco en donde se aprecia mejora (yo he creído percibirla en las Oberturas de Offenbach, por ejemplo). J.S.R.

      Eliminar
  2. Gracias por la valiosa información. La primera y la tercera son mis preferidas. Permítame agregar una grabación que aprecio mucho. Se trata de la realizada por la Filarmonica de Berlín en el año 1960 para el sello Testament y dirigida por Rudolf Kempe. Jochum tiene un ciclo con la Filarmónica de Londres, pero no me entusiasmó su tercera.
    Por cierto, ¿qué discos de Christa Ludwig considera imprescindible? Muchas gracias. Saludos desde Argentina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Esa fue la primera grabación que yo conocí de la Tercera de Brahms! No sabía que la hubiese reeditado Testament.
      De la recién fallecida Christa Ludwig hay muchas cosas muy recomendables: La Canción de la Tierra con Klemperer, El caballero dela rosa con Karajan, Tannhäuser, Parsifal y El Ocaso con Solti...

      Eliminar
    2. Me ha llamado la atención que sea la menos frecuente en salas de concierto. Es posible que sea la que prefiero de las cuatro de Brahms. Muchas gracias por el blog y por el post, como siempre.

      Eliminar
    3. Yo no estoy muy seguro de que se toque menos... como no sea porque es la única de las cuatro que no termina en fortissimo... Vete a saber.

      Eliminar
  3. Me encantas las comparadas que hacen Ángel y Fernando. Y lo repito porque, haciéndole caso a Ángel, compré la edición japonesa (DG) de la presente sinfonía de Brahms por Bernstein y la Filarmónica de Viena, quedé fascinado.

    Ángel:

    De los compositores españoles has hecho comparadas de Albéniz, Falla, Granados y Mompou. De ahí que me tomo el atrevimiento de sugerirte que, a futuro, puedas hacer una comparada de las principales obras del gran Joaquín Rodrigo. Muchas gracias.

    ResponderEliminar
  4. Pues esas calificaciones se pueden interpretar como que la tercera es difícil de interpretar y, consecuentemente para mí, es la razón por lo que es la menos interpretada.
    Creo que es casi imposible conseguir el tempo correcto.

    ResponderEliminar
  5. José Olivares Martí26 de abril de 2021, 15:41

    Pues esas calificaciones se pueden interpretar como que la tercera es difícil de interpretar y, consecuentemente para mí, es la razón por lo que es la menos interpretada.
    Creo que es casi imposible conseguir el tempo correcto.

    ResponderEliminar
  6. Contesté a la pregunta acerca de las mejores grabaciones de Christa Ludwig muy apresuradamente. Con clama he recordado otras maravillas de su legado: Fidelio con Klemperer, la Rapsodia de Brahms con Böhm, Kindertotenlieder con Karajan, Così fan tutte con Böhm, Madama Butterfly con Karajan, Capriccio de Strauss con Sawallisch, Un ballo in maschera con Solti, el Requiem de Verdi con Giulini, Lohengrin con Kempe, Tristán con Böhm, Walkiria con Solti, Wesendonck-Lieder con Klemperer, Cancionero Italiano de Hugo Wolf con Fischer-Dieskau y Barenboim...

    ResponderEliminar
  7. Angel, mirando nuevamente estas calificaciones, quisiera preguntarte según tu opinión por qué la crítica calificó tan mal el último ciclo de sinfonías de Brahms por Barenboim (con Staatskapelle Berlin para DG). Siempre me causó curiosidad notas no malas sino pésimas, en particular de la crítica francesa (Diapason, Classica)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No lo sabía, pero para mí no constituye la menor sorpresa. Estoy harto de saber de críticas duras y hasta durísimas a versiones gloriosas, fenómeno que ocurre desde hace décadas. Y viceversa. No me fío casi de ningún crítico musical. Solo de mis criterios y mi oído, que tampoco -claro está- son infalibles para mí, porque a veces a una grabación le asigno un 9 y, vuelta a escuchar meses después, le doy un 8. Todo es bastante subjetivo, pero a menudo no es esa la razón, sino los odios personales, la ignorancia, la compra de voluntades, etc.

      Eliminar