sábado, 8 de julio de 2023

La Octava Sinfonía de Dvorák

 

Dvorák: Sinfonía No. 8 en Sol mayor, op. 88, B163

Allegro con brio; Adagio; Allegretto grazioso – Molto vivace; Allegro ma non troppo

El ciclo sinfónico de Dvorák –de nueve obras como tantos otros compositores, de Beethoven a Vaughan Williams– es, quizá más claramente que ningún otro, un camino ascendente hacia la perfección, pues cada una de las sinfonías del checo es, seguramente, superior a la que le antecede. Regla sólo discutible en lo que respecta a las dos (o puede que a las tres) últimas: es arduo dilucidar entre la calidad de las postreras, siendo además, como son, muy diferentes entre sí. Compuestas a lo largo de toda su carrera (desde 1865 las dos primeras, hasta la Séptima en 1885, la Octava en 1889 y la Novena en 1893), evolucionan desde el formalismo académico y la prolijidad de las dos primeras a la plenitud de las tres últimas, verdaderas obras maestras.

Después de la Séptima, que ha sido a veces llamada la “patética” entre las sinfonías dvorakianas y cuya estructura es admirablemente clásica, la Octava se aparta de la poderosa influencia de Brahms y emprende otro camino: Dvorák mismo había manifestado que deseaba con ella “componer una obra distinta a mis sinfonías anteriores, con ideas individuales trabajadas de un modo nuevo”. En efecto, con la Octava logró muy probablemente su sinfonía más original e innovadora. Su propia tonalidad de Sol mayor, asociada sobre todo a canciones populares, es muy rara en las sinfonías románticas y posrománticas. Como ha escrito agudamente Klaus G. Roy, “hacía falta tener valor, en aquellos tiempos dominados por lo alemán, para escribir una sinfonía que no fuera altisonantemente profunda y dramática, ni retórica, ni desarrollada según la aceptada tradición sinfónica. Y era necesario ser un genio para construir a base de materiales tan poco sinfónicos una sinfonía tan magnífica”.

Compuesta en su casa de campo de Vysoká, entre el 26 de agosto y el 8 de noviembre de 1889, su primer movimiento se abre con una breve introducción de aire en cierto modo hímnico, en Sol menor, para cellos y viento, antes de que la flauta anuncie el primer tema, en Sol mayor: melodía que parece una voz de la naturaleza. La primera idea tendrá un papel destacado a lo largo del movimiento, estableciendo una oposición entre mayor y menor, ya que reaparecerá entre la exposición y el desarrollo y antes de la recapitulación, actuando como nexo entre dichas secciones. El segundo tema, en Si menor, es otra hermosa idea enunciada por cuerdas y maderas, pero que Dvorák apenas aprovecha, tal es la abundancia de melodías –a cuál más feliz– en esta partitura. La orquestación, extraordinariamente imaginativa, y los contrastes dinámicos juegan un papel decisivo en este movimiento, que se anticipa al de la Cuarta Sinfonía de Mahler (también en Sol mayor) en su tratamiento del material temático.

Se ha dicho que el “Adagio” parece un poema sinfónico en miniatura sobre la vida en una aldea checa. De nuevo la oposición menor-mayor es determinante, y la ligazón entre los temas, de gran originalidad y audacia, pero fluida, nunca forzada. El primer tema recuerda la melodía de la pieza para piano “En el viejo castillo” (tercero de los Poéticas estampas sonoras, op. 85, B161, de Dvorák, del mismo año 1889) y el segundo parece imitar a una banda de pueblo. Hay un momento particularmente acertado en que Dvorák rompe la atmósfera bucólica con una súbita y rotunda incursión en el reino de lo dramático.

El tercer movimiento podría ser una de sus más hermosas danzas eslavas. A pesar de ello, está perfectamente integrado en la Sinfonía. Comienza con una bellísima melodía danzable que alcanza momentos de un lirismo de muy alta temperatura. La alternancia entre Sol menor y mayor vuelve a ser relevante. La delicada música del trío, una especie de ländler checo, trae a la mente a Schubert, y es este motivo, transformado y a tempo de “molto vivace”, el que cierra el movimiento, acrecentando así su parecido con una danza eslava.

El finale es básicamente un conjunto de variaciones que se abre con una vistosa llamada de trompetas, pero que se interrumpe con un episodio de aire marcial y una breve sección de desarrollo. Las variaciones comienzan con un hermoso canto de los cellos que recuerda al tema del comienzo de la Sinfonía, enunciado por la flauta. También aquí la fluctuación entre mayor y menor es significativa. La coda, retomando una de las variaciones -que puede recordar a la música de una orquestina de pueblo y nos hace pensar por un momento en Janácek- es estrepitosamente alegre y tumultuosa. Toda la obra, un inagotable caudal de inspiradas melodías, transpira un intenso placer por su composición y un vivo gozo –más que la apacible serenidad beethoveniana de la Sinfonía “Pastoral”– ante la contemplación de la naturaleza.

Estrenada en Praga bajo la dirección de Dvorák el 2 de febrero de 1890, el 24 de abril la dirigió en Londres. La Sinfonía siguiente y última, la denominada “del Nuevo Mundo”, no es, según la mayoría de los expertos, superior a la Octava, pero ha alcanzado una enorme popularidad que ha eclipsado a ésta, lo que constituye un gran y no del todo comprensible agravio. 

 

Sinfonía 8, op. 88, B163 (1889)

1951 Naxos      Václav Talich/OFilCheca          09’52+10’22+6’48+09’05         7/6

1954 DG          Fritz Lehmann/OSinfBamberg   09’24+11’08+5’53+08’12          7/6

1958 Warner     Barbirolli/OHallé                      09’46+10’25+6’05+09’00         9/6,5

1959 Sony        Szell/OCleveland                      09’58+10’06+6’20+09’04         7/7

1961 RCA        Munch/OSinfBoston                 09’56+10’09+6’14+09’29         8/7

1962 Sony        Walter/OSinfColumbia              09’59+09’16+5’57+10’10         7,5/7

1962 EMI         Giulini/OPhilharmonia              10’11+10’57+6’55+10’03          9,5/7

1962 Decca      Karajan/OFilViena                    09’54+11’09+6’07+09’34          9/8

1963 Decca      Kertész/OSinfLondres               10’02+09’59+6’03+09’01         8,5/7,5

1966 DG          Kubelik/OFilBerlín                   09’50+10’16+6’36+08’46         9,5/7

1971 EMI         Szell/OCleveland                      10’44+10’32+6’37+09’26         8,5/7,5

1975 Eterna      Blomstedt/StaatskapelleDresden          09’49+10’58+6’33+10’14         7,5/7

1977 Decca      Mehta/OFilLosAngeles             09’36+10’15+5’41+09’42         8/8,5

1978 Eterna      Otmar Suitner/StaatskBerlin      09’24+10’02+6’38+10’21         7,5/7,5

1978 DG          Giulini/OSinfChicago               10’56+11’36+6’56+10’43          10/8,5

1979 EMI         Karajan/OFilBerlín                   09’39+11’20+5’38+09’44          8,5/8

1979 Philips     C.Davis/OConcertgebouw         09’40+11’07+6’33+09’42          7,5/8

1982 DG          Maazel/OFilViena                     09’55+11’05+5’48+09’26          7/8,5

1986 Decca      Dohnányi/OCleveland               10’13+10’38+6’11+09’21          9,5/9,5

1987 DG          Karajan/OFilViena                    09’42+11’17+5’35+10’02          9,5/9

1989 Telarc      Previn/OFilLosAngeles             10’24+10’27+6’03+09’17         8/8,5

1991 DG          Levine/StaatskapelleDresden     10’31+10’30+6’10+09’34         7/9

1991 Sony        Giulini/OConcertgebouw           11’13+11’36+7’16+11’32          9/9

1994 Sony        Abbado/OFilBerlín                   10’26+10’22+5’56+09’50         8,5/8,5

1999 Teldec      Harnoncourt/OConcertgebouw   10’49+10’01+6’08+09’30         7/7

2000 DG          M.W.Chung/OFilViena              10’35+10’22+5’56+09’50         8/9

2001 Philips     Iván Fischer/OFestBudapest      10’16+10’30+5’41+10’27         8/8

2005 Supraphon Mackerras/OSinfPraga              09’45+10’00+6’03+10’17         8/7,5

2010 RCO        Jansons/OConcertgebouw          09’59+10’37+6’37+10’18         8/7,5

2012 Bis           Claus Peter Flor/OFilMalasia    10’18+10’40+5’54+10’13         8,5/8

2014 Decca      Belohlávek/OFilCheca              10’02+10’43+6’19+10’36         8,5/9,5

2014 Reference Manfred Honeck/OSinfPittsburgh        10’04+11’44+6’02+11’13         9/9,5

2016 Pentatone Orozco Estrada/OSinfHouston   10’30+11’06+6’04+10’38        9/9

2017 DG          Nézet-Séguin/OFilRotterdam     10’05+11’20+6’07+09’50         ,5/8

*2017 EuroArts Jansons/OFilBerlín                   10’30+10’40+6’43+10’43         8,5/8

2019 Bamberg Jakub Hrusa/OSinfBamberg      09’53+10’40+6’37+09’46         8/8

2022 DG          Dudamel/OFilLosAngeles         09’51+10’20+5’50+09’37         8,5/9

 


 

13 comentarios:

  1. Ángel,

    ¿Tienes idea del por qué Barenboim no tiene grabaciones de estudio de las sinfonías de Dvořák? Muchas gracias.

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    1. No, no lo sé. Y, que yo sepa, solo ha dirigido la del Nuevo Mundo. De Dvorák tiene solo grabado el Concierto de cello (tres veces), el de violín y la Serenata para cuerda, aparte de algunas piezas. Y un par de curiosidades: una Danza eslava a cuatro manos con Gerald Moore y la "Canción que me cantaba mi madre" con Anna Netrebko. Muy poco en total.

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  2. Sin desbancar a Giulini/ Chicago que es sin duda alguna una version infinita, en su dia me sorprendió mucho Honeck/ Pittsburgh estupendamente grabada, y plagada de detalles sumamente interesantes de hecho es de una belleza muy destacable. Cierto es que ademas se trata de una orquesta por la que por diversos motivos siempre he tenido en alta consideracion y aquí esta sublime. Gracias D. Angel por descubrirnos mas y mejor esta obra.

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  3. Mucho he oído hablar de esa Octava Sinfonía de Dvorák por Manfred Honeck, que siempre me ha parecido un director muy interesante aunque quizá no tanto como lo que algunos críticos han querido hacer ver. Reconozco que la interpretación que más me ha sorprendido por su parte fue su versión de la Sinfonía Pastoral de Beethoven, una versión francamente heterodoxa, con algunas reescrituras de la parte orquestal para enfatizar su vertiente más rústica… Creo que a Carrascosa le convencerá mucho menos que a mí.

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    1. Espléndida versión la de Manfred Honeck, muy muy bien grabada. Solo me ha molestado un par de detalles, demasiado edulcorados, en el tercer movimiento.

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    2. Efectivamente, la Sinfonía "Pastoral" por Honeck no me ha convencido. Solo he tenido tiempo de escuchar el primer movimiento, y, francamente, no voy a continuar. Carece casi por completo de poesía y no responde a lo que dice el título de ese movimiento: parece más "pastoril" que "pastoral". Lo encuentro casi frivolón.

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  4. Don Ángel. Estoy adentrándome en los cuartetos de cuerda de Haydn con la integral del cuarteto Aeolian. Me parecen unas buenas versiones y ciertamente estoy disfrutando. Conozco por entradas anteriores en el blog referencias de otras agrupaciones que sin duda escucharé más adelante. Pero me resulta curioso la colocación de los minuetos en segunda posición en buena parte de los primeros cuartetos. A qué se debe exactamente?. Y por último, qué le parece la integral del mencionado cuarteto británico?. Gracias mil.

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    1. No sabría por qué Haydn sitúa a menudo el minueto (o casi scherzo) en segundo lugar; tendrá, a bien seguro, sus razones. El Aeolian tiene a su favor que fueron pioneros; escuché en LP muchos de esos Cuartetos, hace mucho tiempo. Ahora he "picado" en varios de ellos y, sin quitarles méritos, que son muchos, creo que han sido notablemente superados, y no solo por las tomas de sonido, un poco decepcionantes para ser de los años 70.

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    2. Gracias. Primero trataré de conocer bien todos los cuartetos en las interpretaciones del conjunto británico. Una vez las tenga relativamente memorizadas escucharé las versiones referenciales por usted reseñadas. Entiendo que en ese momento podré discernir mejor la calidad de estas y otras versiones. En fin, cosas mías.

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    3. Me parece que esa es la mejor táctica que se puede seguir.

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  5. Gracias D. Ángel por tomarse la molestia de escucharla. Muy agradecido. Efectivamente, algún detalle edulcorado hay, sobre todo en la cuerda. Muy cierto. Por eso la amplitud, esa mirada de Giulini que es infinita, abismal... es insuperable a mi modo de ver. Lo que me puede es mi cariño a esta orquesta, en ocasiones un tanto olvidada. Recuerdo unas Enigma con Steinberg que son del todo brillantes y casi referenciales.
    También me pregunto, como anteriormente se ha comentado, ¿qué hubiera sido de esta sinfonía en la batuta de Barenboim? Si traigo a mi mente la Segunda de Elgar..., no puedo sino echarme a temblar.. pero temo que no lo descubriremos jamás. Un fuerte y cálido abrazo.

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    1. La verdad, no soy capaz de imaginar lo que hubiera podido hacer con esa Sinfonía. Solo puedo dejar volar la imaginación. Por cierto, no solo la Segunda de Elgar, sino también la Primera (me refiero a las versiones con la Staatskapelle Berlin).

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