sábado, 8 de mayo de 2010

Operófilos. ¿Operófilos?…

Minutos antes de comenzar el concierto de Ibermúsica a cargo de Antonio Pappano dirigiendo la Gustav Mahler Jugend-Orchester, escuché justo detrás de mí a dos matrimonios una conversación que transcribo -al día siguiente de oírla, antes de que se me olvide- casi al pie de la letra:

-“Acabamos de llegar de Nueva York, donde hemos visto una Traviata preciosa, con la Gheorghiu, una Traviata como Dios manda, no como lo que nos ponen en el [Teatro] Real...

-Sí, desde luego...

-Pero estaréis cansados, con el jet lag...

-Sí, y la verdad, venir a este concierto... no sé si hemos hecho bien, con este programa de música moderna y rara...

-¿Qué es lo que van tocar hoy?

-Obras de Mahler, de Jujen [peculiar pronunciación de “Jugend”], de Ricardo Strauss y de Shostakovich, ¡puaf!

-No, de Mahler y de Jujen no, ésos son el nombre de la orquesta que va a tocar...

-¡Ah, bueno!... Entonces de Strauss y de Shostakovich, pero de Strauss son obras raras [Muerte y transfiguración y Vida de héroe]; si fueran otras más bonitas... Y de Shostakovich me da igual la que sea...

-Volviendo a lo del Real: vamos a vender nuestros dos abonos de la temporada que viene, porque para tragarnos lo que nos van a encasquetar... ¡no estamos dispuestos! Estos socialistas que oigan lo que les dé la gana, pero a mí no me obligan a tragarme lo que le gusta al mariquita ese... Como se ha cargado la Ópera de Bruselas, el Festival de Salzburgo y la Ópera de París, por eso ahora lo traen aquí al Real. Para que veamos una Salomé en la que todos [sic] van en pelota...

-¿Sí?...

-Bueno, todavía no la hemos visto, pero eso nos han dicho...

-Yo creo que también hay que ver alguna cosa moderna...

-¡No estoy de acuerdo! ¡La ópera es lo que dice el libreto, y lo demás son patrañas y tomaduras de pelo! ¡Y a mí no me engañan!...”

Y yo me pregunto: ¿No será saludable, estimulante, conveniente, necesario, que el Teatro Real y todos los melómanos nos libremos de operófilos así? Me parece que se necesita urgente y radicalmente una renovación. Porque, en lo que respecta a la ópera, al Real y a Gerard Mortier, les aseguro, amigos lectores, he oído últimamente cosas muy parecidas un montón, ¡un montón! de veces. Son personas del mismo perfil que los que comentaban, a la salida del Real tras la Elektra [ópera de 1909] dirigida por Barenboim: “A mí es que la música contemporánea no me gusta”. ¡Contemporánea de su bisabuela, señora!

(Texto también publicado en el Forum de la Revista Ritmo)

3 comentarios:

  1. Pasado el tiempo... ¿No piensas que en la gestión de Mortier hay muchas más sombras que luces?

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  2. Estimado Manuel:
    Con este texto no pretendía opinar sobre la gestión del Sr. Mortier, sino sólo atacar los gustos de determinados operófilos. Ni entonces ni ahora voy a dar mi opinión personal sobre la labor del Sr. Mortier por una razón muy simple: trabajo en el Teatro Real; es, por tanto, mi jefe.

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  3. Ostras...
    De verdad que era totalmente ignorante de tal situación...
    De todas formas, rechazando de plano a la intelectualidad paleta que tan bien reflejas en la entrada, creo que a veces las personas que realmente entendéis de música olvidáis que muchos melómanos lo somos por pura afición y de formación autodidacta. Y cuando personas como el señor Mortier son tan recalcitrantes en propuestas atrevidas, privándonos de un adecuado equilibrio con lo clásico, nos alejan de las salas. Voy a extrapolar a un mundo que conozco mejor...
    El señor Nacho Duato, genial bilarín y mejor coreógrafo. Al frente de la C"N"D (entrecomillo la N, porque este señor pareció olvidar que no era "su" compañía) excluyó a los clásicos por completo. Y yo no puedo llevar a mis hijos a ver continuamente contemporáneo. Quiero que vean puntas también. Es la compañía Nacional, no la suya. Ya ni hablo de la cantidad de estrellas que han tenido que irse a ser máximas figuras del American Ballet, del Royal...
    Con Mortier me ocurre parecido, solo que, en este caso, el niño ignorante soy yo mismo. Y para acercarme a la ópera también necesito propuestas más asequibles, puestas en escena clásicas... Se puede tener todo a lo largo de una temporada...
    Por eso, sin quitarte la razón sobre el caso concreto, invito a quienes tenéis la formación a poneros de vez en cuando en nuestro lugar...
    Un saludo, y siento la metedura de pata.

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