sábado, 14 de junio de 2014

Barenboim vuelve a grabar la Segunda Sinfonía de Elgar, ahora con la Staatskapelle Berlin


       

Por sorprendente que parezca, la primera grabación importante de la Segunda Sinfonía de Elgar que no está tocada por una orquesta británica es esta que acaba de publicar Decca (4786677) a cargo de la Staatskapelle Berlin y Daniel Barenboim: desde la dirigida en 1927 por el propio Elgar (London Symphony, EMI) hasta la de Colin Davis con la misma agrupación (LSO Live 2002), todas las versiones en disco son con ésta, con la LPO, la Philharmonia o la Royal Philharmonic. A ellas se añaden otros discos algo menos destacados con dos orquestas de la BBC, con la Hallé de Manchester e incluso con la del Covent Garden.
Aunque Elgar es británico por los cuatro costados, no deja de ser curioso: ¿ningún director, british or not, había osado hasta ahora llevarla al disco con una orquesta alemana, holandesa o estadounidense? ¿Cómo es que Rattle no la habrá grabado con la Filarmónica de Berlín? Bueno, Barenboim, del que CBS (hoy Sony) lanzó en 1973 su primera grabación (con la London Philharmonic, como todo su restante Elgar de aquellos años), se ha atrevido a hacer con su orquesta berlinesa esta obra. ¿Y ha ocurrido algo raro? No, por supuesto: la Staatskapelle suena divinamente también en Elgar, y la versión, pese a presupuestos diferentes a los habituales según la tradición más establecida, tiene aquí un inconfundible sonido elgariano.

Ahora bien, Barenboim, que cuarenta años antes se hallaba muy inmerso en la línea británica –pese a tratarse de una versión más apasionada de lo normal– se ha apartado un tanto de ella. Anthony Burton, autor de las notas del libretillo, comienza su texto diciendo: “Las caras pública y privada del personaje Elgar se dan cita en la segunda de sus dos sinfonías completadas. A primera vista parece ser obra de la retórica espléndidamente expansiva de las Marchas de Pompa y circunstancia; pero debajo de esta superficie se esconde una personalidad mucho más reservada, introspectiva, depresiva incluso”. Pues bien, parece que Burton se estuviese refiriendo a esta interpretación formidablemente grabada el 28 de octubre de 2013 en la Philharmonie de Berlín. La apariencia no descarta la amplitud y la noble grandeza de multitud de sus hermosas frases, pero hay algo, bastante más, que se entrevé en otras interpretaciones (Barbirolli/LSO, EMI 1964; Haitink/Philharmonia, EMI 84); desde luego, no en la ortodoxa por antonomasia (y bellísima, sin duda) de Boult con la LPO (EMI 1976). Comprendo que a ciertos críticos ingleses les haya desconcertado un tanto, incluso a alguno le haya hecho torcer el gesto.

Todo eso lo ha logrado el de Buenos Aires sin alterar sustancialmente las dinámicas o los tempi, que están dentro de lo normal (se salen la rápida versión del autor: cosas de la época; y, por el otro extremo, la ampulosa hasta lo plúmbeo de Sinopoli –Philharmonia, DG 1988–, campeón de la lentitud en los cuatro movimientos). Pero reparemos en los pasajes en los que parece salirse de la realidad, entrando de lleno en la ensoñación: 6’20”-10’20” y un par de veces más en el Allegro inicial, a partir de 3’10” y en otros momentos del Larghetto –que hace tremendamente sombrío, y cuyo final suena enigmático e inquietante a más no poder–. El scherzo es particularmente vigoroso y encendido, a veces casi fiero. El cierre mismo de la sinfonía nos trae aquí inevitablemente a la mente, en su resaltado doble regulador dinámico, el de Vida de héroe de Strauss.

No, Barenboim no se limita ahora a seguir la corriente, sino que despoja a la obra de parte de su grandiloculencia, la dota nuevamente de mucho fuego y de una curiosa ambigüedad expresiva, revelando aspectos ocultos (momentos dolientes, angustiosos, incluso terribles) y convirtiéndola en una obra más compleja y, a fin de cuentas, más grande. Espero con impaciencia el concierto de Ibermúsica del próximo 6 de julio en que Barenboim y su orquesta berlinesa harán la “Inacabada” de Schubert y la Segunda de Elgar, al día siguiente de homenajear a Richard Strauss con Don Quijote y Vida de héroe.



3 comentarios:

  1. Hubo una grabación de la Sinfonía 2 de Elgar dirigiendo Barbirolli a la Orquesta Sinfónica de Boston, de la marca Intaglio.
    Pero, aparte de este error, me ha gustado su artículo, y estoy de acuerdo con sus apreciaciones sobre la nueva versión de Barenboim.

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    1. Sí, señor, es cierto. Ahora recuerdo haberlo visto. Pero es un disco, me parece, casi inencontrable; tal vez sólo de segunda mano.

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  2. Sin buscar demasiado he encontrado dos grabaciones de la Segunda de Elgar con orquestas no inglesas. Sakari Oramo con la Filarmónica de Estocolmo (Bis) y Vladimir Ashkenazy con la Sinfónica de Sydney (Exton). Claro que tal vez a usted no le parezcan "importantes". Y es que, don Ángel, conviene contrastar un poco la información antes de hacer afirmaciones tan categóricas. Cosa hoy no difícil con internet.

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