jueves, 15 de septiembre de 2022

Más puñaladas a tres "momias vivientes": Domingo, Barenboim, Pollini

 


Gonzalo Alonso Rivas, el mayor cotilla de la crítica musical española, sale en defensa del repugnante artículo de hace unos días escrito por Justo Romero, otro crítico musical sordo. Además, Alonso no añade nada nuevo, solo recalca que el artículo de Romero era muy oportuno y que llevaba razón.

 

Bueno, sí añade algunas cosillas:

-"Que será difícil encontrar un papel en el que [Plácido] haya sido el mejor, pero ha sido extraordinario en un basto repertorio. Como director nunca fue gran cosa”. Y yo le digo: puedo darle una buena lista de papeles en los que ha sido el mejor desde que hay discos; ¡y no solo en obras bastas! Lo define (¡qué feo!) como “un tenor que no llegaba al Do”: sí llegó en ocasiones, por cierto, aunque nunca con comodidad. Pero ¡tampoco el mítico Enrico Caruso llegaba! A los lectores de un periódico de información (siempre derechizada), que no saben la trascendencia de tener o no el dichoso Do les parecerá en su ignorancia una carencia muy grave, pero desconocen el verdadero alcance de esa limitación. Me imagino quién habrá pinchado a Alonso para que diga eso: un amigo suyo, hijo de un famoso tenor que sí tenía el Do. Pero que carecía de otras cualidades, más importantes, que sí ha poseído Domingo. 

 

Otra cosa le digo: Plácido dirigió las Orquestas Filarmónicas de Berlín y Viena y la Sinfónica de Chicago, por solo citar a las tres más importantes del mundo. ¿Se dejaron engañar, según Alonso, por alguien que “nunca fue gran cosa”?

Más: [Domingo] “haría mejor en retirarse que ir pidiendo a la justicia argentina un certificado de no estar imputado en el proceso contra una secta”. Y digo yo: ¿qué tendrá que ver retirarse con tener derecho a defender su inocencia en un asunto del que bien poco claro se sabe? ¡Pero Alonso ya parece saberlo! Y digo yo ¿es culpable mientras no se demuestre lo contrario?

-Que Barenboim es “un director con sus más y sus menos, pero con un par de grandes Tristan e Isolda en Bayreuth”. La sordera de Alonso es total, su falta de gusto musical y su ignorancia, descomunales: ignora la enorme cantidad de interpretaciones magníficas, incluso geniales, de este director. Olvida Alonso que ha sido director titular de orquestas de primera o primerísima línea (¡la Sinfónica de Chicago!), que ha hecho de un grupo de jóvenes una orquesta soberbia o que ha llevado a lo más alto a otra en serio declive. También parece desconocer la opinión que de él como director tienen muchos colegas suyos y multitud de instrumentistas y cantantes…

-Dice también que a Pollini le escuchó “una impresionante Sonata Hammerklavier que ofreció en Salzburgo en 1989”. Y digo yo: ¡qué sabrá él de esa grandiosa Sonata! Dudo que fuera tan grande como dice: Pollini muy rara vez ha sobresalido en sonatas de Beethoven… ¿Acaso Alonso conoce bien esa Sonata, se la ha escuchado a Gilels, a Barenboim o a Sokolov? Dudo incluso que sea capaz de distinguir unas versiones de otras; sólo, eso puede que sí, será capaz de anotar con un trazo, como buen beckmesser, algunas notas falsas de una ejecución…

“El mismo día del concierto [Pollini] tuvo que cancelar [la “Hammerklavier”], supuestamente por un problema cardiaco que, posiblemente, estuvo causado por nervios ante un reto inviable”. Alonso sospecha que Pollini mintió, que no canceló por un ataque al corazón, sino por miedo escénico… ¡Feísimo! ¿Tiene pruebas? ¡Qué le importan las pruebas a este campeón del cotilleo y el amarillismo!

-Y para terminar: Gonzalo Alonso pone como ejemplos de músicos que se retiraron a tiempo a dos que no lo hicieron: el gigantesco Dietrich Fischer-Dieskau realizó muy mayor un buen número de actuaciones y grabaciones en las que se encontraba ya muy mal de voz. Y la gran Birgit Nilsson tiene publicada en DVD una Elektra de Strauss en el Met, con James Levine, en la que da verdadera pena constatar su tremendo deterioro vocal (cantó con 70 años de edad un papel de terrorífica dificultad)… Y si Domingo está, como dice, hecho polvo, ¿cómo no haber criticado también a Maria Callas, que cantó y grabó durante años en un estado vocal deplorable?

28 comentarios:

  1. Un amigo del que hacía años no sabía nada me ha enviado a mi correo la siguiente frase, que paso a ofrecerles:
    Gonzalo Alonso lleva medio siglo de retraso en enterarse de que Barenboim es tan buen director como pianista. Juan G. G.

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  2. A propósito de la falta del Do sobreagudo de Plácido, me he acordado ahora de que, en una ocasión en que la maravillosa soprano Elisabeth Schwarzkopf iba a ser dirigida por Otto Klemperer, le dijo al maestro: "Pero Dr. Klemperer, yo no tengo el Do sobreagudo", el sarcástico director le contestó: "Si le parece, podemos poner en el cartel que anuncia el concierto: 'soprano solo hasta el Si natural' ".

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  3. Yo creo, francamente, que los casos de Pollini, domingo y Barenboim son muy diferentes entre sí. Ponerlos en el mismo saco me parece un error.
    Domingo: creo que podía haberse retirado perfectamente hace cuatro o cinco años y no habríamos perdido gran cosa. Los asuntos extramusicales no deberían ser un factor añadido, pero creo que hay razones musicales que sí sostienen el argumento.
    Pollini: no lo he podido juzgar tan claramente, porque no he tenido ocasión de escucharle nada en directo o en grabación de lo que ha venido haciendo recientemente. Sus últimas sonatas de Beethoven, incluyendo la Hammerklavier, me parecen lo más interesante de su serie de sonatas para piano, que siempre me ha parecido muy irregular…
    Lo de Barenboim: eso sí que clama al cielo, porque supone ignorar muchos de sus logros, (igual que con el Domingo cantante, por cierto), y no tener en cuenta que una parte de su mejor producción es la más reciente: las sinfonías de Brahms, su Debussy orquestal… Quizá al piano sí ha dado ya lo mejor, (su último ciclo Beethoven no está al nivel técnico anterior), pero como director… ¡Y llamarle momia! En fin…

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  4. Estimado Ángel:

    Completamente de acuerdo con todos sus puntos, salvo cuando señala como argumento de la valía de Domingo como director el hecho de haber estado frente a tres de las orquestas más importantes del mundo.

    Mi reparo no va en que Domingo carezca de méritos con batuta en mano (todo lo contrario), sino que del mero hecho de dirigir una gran orquesta (o varias) no es posible inferir valía artística: sin ir muy lejos, frente a las Filarmónicas de Berlín y Viena han desfilado tanto grandes maestros como personajes de baja ralea (Roth, Gergiev, Welser-Möst, Sokhiev, etc.)

    En resumen, correlación no es causalidad.

    Saludos atentos,

    Cristian.

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    1. Lleva razón. Haber dirigido esas magníficas orquestas no demuestra que se sea un gran intérprete. Pero sí es preciso tener un oficio sólido, y creo que Plácido lo tiene. En el Teatro Real me gustó mucho su dirección de Madama Butterfly, y también me parece muy interesante su singular aportación, atípica, a las Noches en los jardines de España.

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  5. Hace tiempo que no leo ninguna revista musical, yo no haría mucho caso de esa pobre gente, mediocre y envidiosa.

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    1. Bueno, resulta que los médicos han confirmado que Pollini tiene serios problemas de corazón, y le han prohibido dar conciertos próximamente. Justo Romero y Gonzalo Alonso han quedado en evidencia. ¡Mala gente!

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  6. Sólo opino sobre Barenboim y lo que le escuché en el concierto de Navidad. Eso no lo sabe ni puede hacer casi nadie. Y no sale así si no se ha trabajado. Y, si no se ha ensayado, mas a favor de que Barenboim es milagroso.

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  7. Sin entrar en lo anecdótico, precisamente la grabación de la Op.106 de Pollini es una de las mejores y así se reconoce en la crítica internacional desde su publicación.

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    1. Me parece una versión muy impactante, magníficamente tocada. Pero, digan lo que digan mil o diez mil críticos, el Adagio se le escapa en buena medida a Pollini. Compárelo, por favor, con la versión de Barenboim de 1970, cinco años anterior a la de Pollini. Hay un abismo a favor del de Buenos Aires.

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    2. No es una respuesta de un Anónimo, es mía (misterios de la informática).

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    3. Verá, sr. Carrascosa, Don Ángel, si la cosa es como dice, que lo es, sería más probable que efectivamente llevaran razón los diez mil críticos. Le voy a decir una cosa con todo respeto. Creo que lleva usted muchos años escuchando una y otra vez las mismas grabaciones que le gustan y pasando de las que en su día no le gustaron. Es imposible que sus opiniones, bien conocidas, sobre algunos discos y artistas no cambien nunca. A todos nos pasa que de repente cambiamos de percepción sobre un disco o artista.

      Con esto quiero decir que las grabaciones de las últimas sonatas de Beethoven de Pollini, por ejemplo, son magníficas. En particular la Op.106, con ese comienzo avasallador (Pollini es de los pocos que ataca el primer acorde con una sola mano, como dato) es una interpretación que deja una impresión de grandeza.

      Con todo, ni Pollini ni Barenboim se acercan a las profundidades y humanidad de los grandes intérpretes de esta obra "monstruosa", que son Gilels y Solomon.


      Saludos.

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    4. A mí lo que me llama la atención es que se lleven ustedes tan mal, cuando Alonso y Carrascosa han sido los dos mayores campeones de Domingo de la crítica nacional.

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    5. Por ejemplo, aqui tenemos a Hurwitz, que ofrece opiniones divertidas y perspicaces sobre esta Sonata, y se queda con Pollini.

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    6. https://www.youtube.com/watch?v=h64lY1osRbo
      Esto es lo que quería publicar.

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    7. Yo no me llevo mal con Gonzalo, solo critico su falta de escrúpulos y su desprecio manifiesto por quienes han sido grandes artistas. Que él y yo seamos "capeones" de Domingo no nos une. Los verdaderos campeones de Domingo han sido Solti, Bernstein, Giulini, Abbado, Maazel, Barenboim, Mehta, etc., etc.

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    8. Por cierto, no insista: me importa un comino lo que opine Hurwitz. Yo sé lo que me digo. A todo esto ¿de verdad ha escuchado escuchado las "Hammerklavier" por Barenboim, particularmente la de 1970? Si las ha escuchado, permítame que dude de su buen gusto musical.

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    9. Me importa un comino lo que opine Hurwitz, al que no sigo y del que, por cierto, he oído hablar bastante mal.
      Una pregunta: a todo esto, ¿usted ha escuchado las "Hammerklavier" de Barenboim, particularmente la de 1970? Si es cierto que las ha escuchado y no las aprecia en toda su dimensión, no sé de qué estamos hablando. A ver si voy a tener que dudar de su gusto musical, porque solo se deja deslumbrar por el poderío de aquel joven Pollini (a cuya versión yo le pongo un 7,5).

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    10. Más: dice usted que solo escucho siempre las mismas versiones. De la "Hammerklavier" tengo contabilizadas, y puntuadas, 25. Por ahora.

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  8. Pero no se cabree, hombre. Barenboim puede parecer muy profundo por la lentitud del Adagio, pero eso no es todo lo que se necesita para convencer en esta música. Con esto no digo que no sea una gran versión. Pero es que parece que para usted no sólo es el mejor en todo, es que no existe nadie más. Los grandes creadores de este Adagio son Gilels, Solomon y Schnabel.

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    1. Fíjese qué discrepancias tenemos: a Schnabel le puse un 6, a Solomon (que me gusta muchísimo en otras Sonatas) un 7, a Sokolov un 9 y a Gilels un 9,5. Por cierto, a Ashkenazy, al que no cita, un rotundo 9.

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  9. Me parece, Sr. Carrascosa, Don Ángel, que no se ha dado usted cuenta de que ya no estamos en esos tiempos cuando el aficionado español sólo estaba expuesto a sus opiniones y las de cuatro más. Ahora, tenemos disponible el archivo histórico de Gramophone, tenemos las opiniones de on line de Hurwitz, Tully Potter y otros muchos críticos, se pueden conseguir libros de segunda mano de Rattalino, Osborne, Celletti, etc Hasta Conrad Osborne tiene un blog de crítica de ópera que está a un nivel que nunca se ha soñado en la crítica nacional . Hay un mundo ahí fuera en el que sus chamanes y fetiches no son intocables, indiscutibles, etc ni sus bestias negras son considerados unos mantas.

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    1. Nunca he pretendido sentar cátedra ni imponer mis opiniones: es una más entre muchas (siempre ha habido muchas).
      Otra cosa: yo trabajé muchos años en la industria discográfica y conozco muy bien las opiniones de mis entonces colegas alemanes, franceses, italianos, holandeses... y británicos. No se imagina hasta qué punto opinaban que Gramophone es nada fiable, y lo mismo la guía Penguin, pues saben de primera mano hasta qué punto están vendidas al mejor postor. Así que, de Biblia de la Crítica, nada de nada.

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    2. Que ahora Grampohone sea una criatura de las discográficas, es bien sabido. Pero es una tontería ignorar a críticos históricos como Richard Osborne, Greenfield o Potter... Estos señores sabían latín. Ahí están los archivos para el que los quiera leer.
      ¿Me dice usted que los ejecutivos de las discográficas acusan a los críticos de venderse, de pensar sólo en la pasta? Eso es como lo de paja y la viga en el ojo, hombre.

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    3. Era en ciera medida una autoinculpación.

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    4. Más: Gino, no es ignorar a esos críticos. Pero nadie tiene "la" razón. De hecho, estamos hartos de leer opiniones opuestas procedentes de críticos igualmente ilustres.

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  10. Domingo no pasará a la historia por ser un director de orquesta notable. Que en Viena y Berlín dirigiese no quiere decir que las filarmónica de esas ciudades lo consideren ejemplar como conductor. Nada más pienso en Gergiev en Viena ..y digo: Que intereses habrá detrás ? Saludos.

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  11. Me resulta curioso que mucha gente critique a Plácido Domingo por su dificultad para alcanzar ciertas notas agudas, eso no lo hace menos tenor ni peor cantante, simplemente distinto a otros tenores con más capacidad para el agudo.
    Sea como fuere, supo gestionar su carrera de forma más hábil que otros cantantes para durar más tiempo, aunque sus papeles con una pretendida tesitura baritonal son un poco desconcertantes, yo no consigo escuchar un barítono, sino un tenor empujando la voz hacia el grave a la fuerza, y sonando a tenor en las notas que se salen del pentagrama por arriba (del pentagrama de bajos-barítonos escrito en clave de Fa en cuarta, se entiende).

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