lunes, 2 de julio de 2012

Sensacional, insuperable “Scheherazade” de Nelsons y la Concertgebouw




Recientemente el sello Unitel/C Major ha publicado dos DVDs (y sus correspondientes Blu-Rays) que recogen sendos conciertos del joven director Andris Nelsons dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam en el Festival de Lucerna de 2011.
Comento el Blu-Ray de uno de ellos, con el siguiente programa: la Obertura Las ruinas de Atenas y el Concierto “Emperador” de Beethoven (con Yefim Bronfman) y Scheherazade de Rimsky-Korsakov.
Desde el primer momento queda uno seducido por la extraordinaria belleza sonora y la calidad, en todos los órdenes, de la ejecución de la orquesta holandesa, así como por la pericia de Nelsons para sacar oro de una partitura menor. ¡Chapeau!
El “Emperador”, aun siendo soberbio, es lo que menos me ha entusiasmado del disco. La dirección es irreprochable, atentísima a las menores indicaciones, a todos los detalles, y en ningún momento hace una frase que le haga a uno torcer el gesto. Aun así, no suena al Beethoven heroico que uno más desea. Algo así le ocurre a Bronfman –que me parece un pianista fenomenal, en conjunto infravalorado–, que toca de modo no ya impecable (¡qué claridad!), sino además muy hermoso. Pero su enfoque es quizá demasiado contenido: apenas hay momentos de gran fuerza e ímpetu, y prácticamente no se permite una sola frase personal, un rubato en pos de mayor tensión, etc.
De propina, Bronfman ofreció un admirable, y ahora sí personal, Estudio No. 8 de Chopin.
Bastaría la segunda parte del concierto para que recomiende muy vivamente este DVD/B-R. Juro no exagerar si afirmo que esta Scheherazade es la más fascinantemente bella y arrebatadora que he escuchado jamás. ¡Qué entrega a la música, qué forma de cantar las hermosas melodías, qué dedicación hasta el límite, qué imaginación –tímbrica y en el fraseo–, qué atención a todo, voces secundarias incluidas! No tengo palabras: es toda experiencia escuchar lo que este joven consigue de esta partitura tantas veces injustamente denostada. ¡Qué placer, que delicia escucharla así!
Pero puede que lo que más me asombra haya sido la ejecución de la Concertgebouw. Tampoco creo delirar afirmando que ninguna orquesta –ni las de Berlín, Viena, Londres, Chicago, Filadelfia o Nueva York– pueden mejorar la ejecución de esta obra tal y como se escucha aquí. Los músicos todos, el conjunto y los solistas, están como hipnotizados y dan lo mejor de sí, dicho sin exageración, ¡y vive dios que es mucho lo que pueden dar! El oboe o la flauta son un escándalo, pero no se quedan muy atrás el clarinete, el trompa, el trombón, el arpa... y, por supuesto, el violín solista (cuyo nombre, inexplicablemente, no figura en el libretillo). Para terminar de redondear la faena, la realización de Ute Feudel es ejemplar, y la toma de sonido, de ensueño. La imagen el en el Blu-Ray posee la máxima nitidez.
(Para terminar: no he podido evitar acordarme de que un listillo lector de este blog, que, cuando escribí que Nelsons había dirigido en Ibermúsica, el año pasado, un magnífico concierto, me respondió –iba de anónimo, por descontado, pero sé quién es– que, claro, como había grabado los Conciertos de Chopin –CD, DVD yBlu-Ray– con Barenboim, Nelsons tenía que ser bueno por fuerza. ¡Grandes dotes, sin duda, las suyas como profeta!)

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