martes, 25 de febrero de 2014

En la muerte de Alice Herz-Sommer (o Herz-Sommer), a los 110 años

 
       


Yo había visto en un catálogo de música clásica un DVD titulado “The wonder and the grace of Alice Sommer Herz” (The Christopher Nupen Films) y no sabía de qué iba. Pero me picó la curiosidad, porque lo dirigía ese eminente realizador de vídeos musicales. Así que decidí comprármelo. Y me maravilló, eso es lo menos que puedo decir. Me maravilló la historia y la personalidad de esa pianista (cuyos apellidos cambian de orden según quién la nombre) que es entrevistada por el propio Nupen el día en que Alice cumplía ¡ciento seis! años.

No ha sido una famosa virtuosa del piano, pero es una mujer increíblemente asombrosa: en el documental aparece con una lucidez total, incluso toca el piano con desparpajo, y hace gala de una bondad, una elevación anímica y una sabiduría aplastantes. Esta entrevista a esta mujer que estuvo encerrada en un campo de concentración nazi (en el que perdió a su esposo) y que sobrevivió tocando para jerarcas del régimen (¡algunos eran melómanos! ¡qué misterio!), que no guarda rencor, que, como dice el subtítulo del DVD, considera que “todo es un regalo”, es una de las cosas más conmovedoras que he visto en mi vida. Se lo he mostrado a varios amigos y se han quedado igualmente sobrecogidos.

Creo que ningún melómano (y no sólo los melómanos) debería perdérselo. El 23 de febrero de 2014 moría Alice en Londres con 110 años y tres meses de edad. Pero su testimonio permanece y permanecerá como un desarmante ejemplo de sensibilidad, generosidad y sabiduría, de amor a la vida, a la música y a todo lo bello.

En el doble DVD “We want the light”, de Opus Arte, (un documental apasionante y muy premiado sobre “libertad, supervivencia y el extraordinario lugar de la música en los campos de concentración nazis”) también aparece un resumen de la entrevista contenida en el DVD referido al principio.




5 comentarios:

  1. Ya soy mayor pero recuerdo que en el colegio me enseñaron que el hombre tiende a la verdad, a la belleza y al bien. Lo que encarna en mayor grado estas cualidades es Dios, pero esto es otra cuestión. Por lo tanto la belleza y el bien son dos cualidades distintas.
    Normalmente estas cualidades están presentes en cada persona en un nivel similar. Pero no podemos sorprendernos al encontrar personas que pueden apreciar la belleza, me imagino que no vivirla, pero son unos perfectos canallas. Tampoco esos guardianes amarían la verdad y aceptaron la banalidad del mal. En fin, que hay de todo.

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    1. Sí, ya sé que hay personas de la peor catadura moral que poseen sensibilidad artística, lo sé. Pero no deja de sorprenderme.
      En cuanto al titular, acabo de darme cuenta de que he puesto dos veces el apellido de la pianista de la misma forma; la otra con la que a veces se la llama es, por supuesto, Sommer-Herz.

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    2. Lo sobreentendí. Sólo intentaba profundizar en una explicación de esa aparente contradicción.

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    3. En un momento de la entrevista que le hace Christopher Nupen, Alice dice: "Una vez interpreté (en el campo de concentración de Theresienstadt) la gran Sonata en Si bemol mayor (D 960) de Schubert. Y me dije: si Hitler hubiese estado allí, quizá, cuando hubiese oído aquellos dos primeros compases, habría sentido un poco menos odio".

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    4. Ahora veo que "The Lady in Number 6", sobre Alice Sommer-Herz, acaba de ganar el Oscar al mejor Corto Documental de 2013. ¡Vaya!

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