miércoles, 29 de octubre de 2014

Andris Nelsons, magnífico intérprete de Brahms

 
          

Hace unos meses un amigo me pasó una Cuarta Sinfonía de Brahms que Nelsons dirigió a la Filarmónica de Berlín en diciembre de 2013. Aunque se desinfla un poquito, sólo un poquito, en el finale (¡nadie es perfecto!), la interpretación en su conjunto está entre las mejores que he escuchado en años, con un primer movimiento absolutamente excelso, que recuerda al mejor Giulini. Pues bien, el 29 de agosto de este año 2014, Nelsons dirigió en Lucerna, con la Orquesta del Festival, otro programa monográfico Brahms (que tendría que haber estado a cargo, al parecer, de Claudio Abbado) que también ha llegado a mis manos.

Comenzaba con la Serenata No. 2, op. 16, una obra de 1859 (revisada en 1875) como se sabe preciosa pero relativamente menor dentro de la producción brahmsiana. Pues bien, el director letón ha sabido sacar petróleo de ella, ofreciendo una lectura amplia, sosegada, serena y maravillosamente expuesta y cantada (de nuevo el recuerdo de Giulini, pese a no haberle escuchado nunca esa obra). No recuerdo una sola versión que me haya gustado tanto (ni a Abbado ni a Haitink ni a Boult). Extraordinaria la intervención del oboísta español Lucas Macías, solista de la Orquesta del Concertgebouw.

La Rapsodia para contralto que siguió contó con la mezzo italiana (más que contralto) Sara Mingardo, que es como se sabe una cantante admirable por su musicalidad y su expresividad, aparte de por su impecable línea. Aunque es una voz demasiado lírica para esa parte, su interpretación, muy interiorizada –como la dirección– fue tan bella como sugerente y emotiva. Con una concepción sombría e inquietante, las bellísimas palabras de Goethe cobraron un hondo significado. Espléndido el Coro masculino de la Radio Bávara. Otro gran logro, en suma.

La velada culminó (en los dos sentidos) con la Segunda Sinfonía. Versión de gran vuelo, despaciosa y paladeada, de hondo y conmovedor lirismo pero no por ello carente de turbulencias y de momentos escarpados de gran dramatismo. Tras la introducción, la enunciación del primer tema fue excelsa, como lo fue la reaparición en la coda, verdaderamente mágica. Introspectivo, serenamente amargo el movimiento lento, con un clímax contenidamente desgarrador. Particularmente delicado e intimista el tercero, y brillante y luminoso, sin el menor exceso en la coda, el finale.

Sensacional actuación de la orquesta, que le suena mucho más brahmsiana, mucho más opulenta y corpórea que a Abbado, quien en sus últimos años solía preferir una sonoridades más livianas en pos, por encima de todo, de la transparencia instrumental. Pero, pese a esa sonoridad robusta, a Nelsons no se le puede achacar, en absoluto, falta de claridad. Todo lo contrario: la versión es diáfana. Una verdadera maravilla, acaso la más bella Segunda de Brahms que ya haya oído desde las que grabase Giulini con las Filarmónicas de Los Ángeles y Viena (D.G. 1981 y 1992).

Y no hay que olvidar otra muestra del gran Brahms de Nelsons: su grabación de los dos Conciertos para piano (D.G. 2013) con Hélène Grimaud: si el Primero, con la Radio Bávara, es estupendo, el Segundo, con la Filarmónica de Viena, me parece sencillamente extraordinario. Igulamente, el Concierto de violín que hizo con Guy Braunstein y la Filarmónica de Berlín fue también admirable. (¡Qué contraste con los Brahms de dos directores muy en boga, que no le llegan en este autor a Nelsons a la suela del zapato: Thielemann y Chailly!)




3 comentarios:

  1. Finalmente, Nelsons ha grabado el ciclo sinfónico de Brahms con la Sinfónica de Boston. Sin embargo, no lo va a publicar Deutschegrammophon, sino el sello propio de la orquesta. Otros proyectos que iniciará paralelamente al de las sinfonías de Shostakovich es el ciclo de Bruckner con la Gewandhaus de la que es titular. La primera en salir será la 3ª, el 5 de Mayo.

    Saludos

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    1. Muchas gracias por su información. Estaré muy atento a esas publicaciones. Por cierto: es asombroso que DG no las publique, mientras lanza no pocas tonterías, por no llamarlas chorradas (como casi todos los restantes sellos discográficos, por cierto). Saludos.

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  2. Gracias por la información. ¡Resulta que están ya en Spotify! A ver de dónde saco tiempo para escucharlas...

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