miércoles, 1 de octubre de 2014

El estupendo disco Mendelssohn de Javier Perianes

 


Cuando en 2001 resultó vencedor en el Premio Jaén, el pianista nacido en Nerva (Huelva) en 1978, era ya un músico formado en posesión de una llamativa solidez. Desde entonces su discografía, que se adentra una y otra vez en repertorios nada fáciles ni exhibicionistas, ha ido en un progresivo ascenso en cuanto a madurez y profundidad; este último disco suyo es una prueba más, y de las más elocuentes, de estas referidas cualidades. Pues la música para piano de Mendelssohn, poco transitada por los grandes pianistas –mucho menos de lo que debería– no es precisamente fácil de desentrañar. El precioso programa de este CD puede dar una idea clara (aunque no completa, claro) de la belleza y la personalidad creadora del autor de la obertura Las Hébridas en el campo del piano.

El disco comienza y termina con sendos ciclos de variaciones: el poco conocido y admirable Andante con variazioni op. 82 (1847) y las más divulgadas y extraordinarias Variaciones serias, op. 54 (1841), acaso la pieza pianística más reconocida de su autor. En ambas, Perianes bucea hasta el fondo de sus valores musicales.

Las quince Romanzas sin palabras seleccionadas, todas ellas muy bellas (apenas hay alguna en la serie que no lo sea) son paladeadas con una sencillez, espontaneidad (aparente) y hondura que no tienen que envidiar a la maravillosa interpretación de la colección completa por Barenboim (D.G. 1974), el pianista al que Perianes confiesa admirar más. Sin embargo, éste no comete seguidismo de aquél: si comparamos, por ejemplo, la extraordinariamente bella Canción veneciana del gondolero op. 30/6 en manos de uno y otro comprobaremos que el íntimo anhelo del argentino da paso a una mayor serenidad y un inefable consuelo en el onubense. Y esta u otras diferencias se aprecian en las demás Romanzas, aunque en algunas la semejanza pueda ser mayor.

Lo que siempre encontramos en Perianes es la peculiar ternura e inocencia que desprenden la música de este compositor (del que abundan en el repertorio sólo un puñado de obras, casi todas orquestales). Lo único que nos deja un cierto mal sabor de boca es que no hayan decidido grabar la colección completa de las 48 Romanzas sin palabras (1825-45), que falta hace una buena interpretación moderna.

En la sucesión de éstas se intercalan en el CD dos páginas: el precioso Rondo capriccioso, op. 14 (1824: ¡compuesto a los 15 años!) cuya introducción, andante, está tocada de ensueño para dar paso a un presto que hubiese preferido algo más aéreo o feérico. Y más tarde el primero de los seis Preludios y fugas op. 35 –publicados en 1837: una suerte de homenaje a su idolatrado Bach que, absurdamente, son casi desconocidos– que Perianes desgrana con un legato en verdad magistral. Un disco excepcional, magníficamente grabado en los ya famosos Estudios Teldex de Berlín. (Por cierto: un error de la carpetilla: el corte 17 contiene la Romanza op. 102/1, no op. 120/1).




4 comentarios:

  1. Dispongo de toda su discografía y me parece absolutamente magnífica. Leo con atención tu comentario en este blog, e intento comprar el disco inmediatamente y me encuentro que no se lanza hasta el 3 de noviembre.
    Eres único Ángel, no puedes ser más actual. Me quedo con las ganas, pero nada, a esperar un poco.

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    1. Estimado Javier:
      Me sorprende que tarde tanto en salir oficialmente el disco, cuando yo lo tengo (me lo mandaron para crítica a Ritmo) desde hace unas tres semanas. Puede ser por motivos de distribución, ya que Harmonia Mundi España desapareció. Así que paciencia.
      Un cordial saludo.

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  2. También me ocurrió lo mismo.
    A día de hoy, sólo aparece en Presto Classical, en MDT y en Amazon (aunque haciendo reserva porque, en efecto, se lanza en noviembre (!)). De modo que cuando usted publicó su entrada, no aparecía en ningún sitio. Por supuesto, ni rastro en tiendas.

    En cuanto a las integrales modernas, deduzco que no le gustan las de Korstick, Gortler o Rév. La de Barenboim no me parece mal, pero en general lo veo demasiado brusco y más rápido de la cuenta.
    Interpretativamente, me quedo con el estilo de Schiff (¡ojalá hubiera grabado la integral!).

    En cualquier caso, tampoco entiendo por qué no se le presta mayor atención a la música para piano de Mendelssohn.

    Un cordial saludo,
    Alberto.

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  3. En efecto, el disco no está en las tiendas; no entiendo por qué lo envían a crítica con tanta antelación.
    No deduzca que no me gustan las integrales de las Romanzas sin palabras de esos pianistas que usted cita, y que casi nadie conoce; yo tampoco conozco esas grabaciones. La de Barenboim, salvo en tres o cuatro piezas, me gusta mucho o muchísimo. El disco de Schiff con una selección me pareció en su día (hace mucho que no lo escucho) correcto pero más bien frío, desprovisto de "afecto". Puede que hoy pudiera matizar aquella impresión.

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