miércoles, 12 de diciembre de 2018

Dos cuartetos, dos épocas, dos mundos: el Juilliard y el Stradivari


                   
Sony acaba de publicar dos discos de dos cuartetos de cuerda -uno muy veterano, otro aún joven- que interpretan de modo profundamente diferente las músicas que abordan; aunque no coincide ninguna de las obras, se perciben con nitidez los muy dispares, distantes modos de acercarse a la música. El Cuarteto Juilliard fue fundado en 1946 y grabó muchos discos sobre todo en los años 70. Nunca fui muy entusiasta de ese grupo del que solía ver por doquier críticas muy elogiosas; yo solía preferir por entonces, con mucho, en primer lugar al Cuarteto Italiano. Pero yo creía que el Juilliard (que comparte nombre con una de las escuelas de música justamente más prestigiosas del mundo) ya no existía, porque hace bastantes años que no tenía noticia de nuevos discos suyos. Sin embargo, por lo que se ve la agrupación ha ido cambiando de componentes y sigue en activo. Pero en este disco que ahora se edita, aunque el primer violín, Joseph Lin, estadounidense de origen chino, es un hombre no mayor (nació en 1978), sus maneras son muy anticuadas: de entrada, su preponderancia sonora dentro del grupo es patente, algo que ya hace tiempo está superado, y sobre todo, su fraseo tiende casi todo el tiempo al sentimentalismo, con mucho vibrato y una expresión meliflua. Nada de esto conviene al Cuarteto op. 95 "Serioso" de Beethoven ni al Primer Cuarteto de Bartók, que suenan excesivamente románticos, y románticos a la antigua: si el disco no sonase tan bien, creeríamos estar escuchando a un grupo de hace más de medio siglo. Entre uno y otro cuarteto, esas dos obras maestras, han colocado el Sexto Cuarteto del argentino-estadounidense Mario Davidovsky (n. 1960), compuesto en 2016 y que se titula Fragments. Aunque no es una composición de nivel comparable a las que lo enmarcan, quizá la posibilidad de conocer esta pieza de casi 15 minutos proporcione el mayor interés a este disco, en mi opinión innecesario por lo que se refiere al resto del programa. (Sony 19075884542)

Por el contrario, en un repertorio extremadamente comprometido, el Cuarteto Stradivari, formado en 2007, brilla como un grupo técnicamente impresionante y que ahonda a conciencia en la tan difícil música de Schubert. No conozco sus dos anteriores discos para Sony (los tres Cuartetos de Schumann y los tres "Prusianos" de Mozart), pero, a juzgar por el programa actual, se hallan sin duda en la élite cuartetística actual, dominada por grupos bastante jóvenes extraordinariamente pujantes (el Cuarteto Jerusalén en primer lugar, el Arcanto y otros, pero también el español Cuarteto Quiroga), que tocan mejor y de manera bastante diferente a como se solía hacer antes. El CD contiene, al lado del famoso Quartettsatz D 703, el más extenso y mucho menos conocido pero muy avanzado e interesante D 103 (de 1814, completado en 1938 por Alfred Orel), del que tal vez estemos ante su primera grabación completa, y el impresionante último Cuarteto, D 887, del que el Stradivari (que cuenta con excelentes instrumentos de finales del XVII y comienzos del XVIII, entre estos dos de los que les prestan el nombre) configura una versión matizadísma, muy bien construida, sumamente dramática, imponente, sobrecogedora, que se puede codear con lo mejor de la discografía existente. (RCA/Sony 19075896212)

2 comentarios:

  1. Hola, Ángel:

    Como el Italiano no grabó a Bartók (sí a Webern), ¿qué integral de los cuartetos de Bartók prefieres? ¿Juilliard, Húngaro, Tokyo, Végh, Takács?

    Saludos cordiales.

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    1. En conjunto, el Cuarteto de Tokio en RCA (sin olvidar su antigua grabación para DG), el Alban Berg y el Hagen.

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