sábado, 20 de abril de 2019

Más BREVES


-Pianistas. Se dice a menudo, y parece que con bastante razón, que muchos pianistas están bastante pirados, o al menos que son personas muy raras. Algunos, como Andrei Gavrilov, han bordeado la locura pura y dura, otros llegan a desvariar bastante -Sviatoslav Richter y muchas de sus manías (era supersticioso y no tocaba obras con un cierto número de serie u otro número de opus) y de opiniones estrafalarias, como que The Rake's Progress de Stravinsky es tan genial como Tristán-, Maurizio Pollini, que exigía retirar todos los ejemplares -en todas las tiendas del mundo mundial- de algún disco suyo recién lanzado porque "contenía un error imperdonable", y luego volvía a permitir su divulgación tal cual. Krystian Zimerman, que aborrece su genial interpretación para D.G. de las tres Sonatas de Brahms (se negó a que fuese reeditada en CD) mientras suele encumbrar sus demenciales Conciertos de Chopin dirigidos (es un decir) por él mismo. O el perdido Ivo Pogorelich, cada vez más extravagante, exagerado y arbitrario (por cierto, ¡Sony acaba de firmar contrato con él!). El rarísimo (en persona) Yevgeny Kissin... O los que escriben con enorme lucidez sobre ciertas músicas y luego no saben interpretarlas, ni de lejos, en consonancia con lo que explican...
La última: el sábado 13 han dado en el Concierto de TVE 2 (ya saben, a las 8 de la mañana) la Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rachmaninov por Daniil Trifonov, que, además de entregarse a un virtuosismo desaforado, más circense que musical, ponía unas caras y hacía unos ademanes que daban miedo. Por cierto, el inefable Norman Lebrecht (conocido por su buen gusto a prueba de bombas: detesta a Mozart o a Sibelius, a Sinopoli o a Barenboim... supongo que entre a muchos otros; hace tiempo que dejé de leerlo, aunque de vez en cuando alguien me cuenta alguna de las suyas) profetizó que Trifonov va a ser "el pianista del siglo XXI". Ya veremos. El que toca más rápido puede que ya lo sea, pero no sé si es lo mismo una cosa que otra... Lo cierto es que en el documental en DVD que hizo de Trifonov nada menos que Christopher Nupen se incluye una transcripción hecha por el propio pianista de la Obertura de El Murciélago, que es una de las cosas más grotescas y ridículas que he escuchado a un pianista en años. También por estar abiertamente mal tocada.
Por cierto, la Rapsodia de Rachmaninov formaba parte del concierto de apertura de una nueva sala de conciertos de Moscú. ¡Pero no la inauguró una orquesta moscovita!, sino la del Teatro Mariinsky de San Petersburgo (¡cuánto quiere Valdimir Putin a su Valery Gergiev!)...

-"Barenboim es el mayor músico de nuestro tiempo. Sin la menor duda" (Zubin Mehta dixit, 2018), y continúa afirmando que otra prueba reciente de ello es su interpretación de todas las Sonatas completadas de Schubert en la Sala Pierre Boulez de Berlín. En una entrevista publicada el 11 de abril en El País, la directora de orquesta mexicana Alondra de la Parra (que ya ha dirigido hasta La flauta mágica en la Staatsoper de Berlín) decía algo parecidísimo: "Para mí Barenboim es el músico vivo más grande". Y recuerdo también lo dicho por Joaquín Achúcarro: "¡Este hombre es de otro planeta!".

-El estilo: ¡qué difícil es explicarlo! Pero no es difícil detectar cuando un intérprete sintoniza con el estilo de un compositor y cuando no. El otro día, en "Música a la carta" de Radio Clásica alguien pidió el Intermedio de Cavalleria rusticana (Caballería, pronunció) y pusieron, sin decir quiénes eran los intérpretes -como tantas veces hacen-, una versión que me pareció tan, tan fuera de tiesto (de estilo) que estaba impaciente por saber quiénes podrían ser. Al terminar, menos mal, lo dijeron: Mariss Jansons con la Filarmónica de Oslo. La verdad, el director letón no tenía ni idea de lo que se traía entre manos... (¡Vaya elección de la conductora del programa!).
Podría poner multitud de ejemplos de otras grabaciones en las que ocurre algo así: se me ocurren a botepronto el Requiem de Verdi por Celibidache y las piezas orquestales de Wagner que Chailly grabó para Decca, nada menos que con la Concertgebouw: suenan no se sabe a quién, pero desde luego no a Verdi o a Wagner. Y a propósito de este último compositor, le escuché a Vladimir Jurowski en Ibermúsica, creo que con la London Philharmonic, un acto completo de Wagner (¿fue La Walkyria, fue Tristán?) que tampoco sonaba a Wagner ni de lejos. Y en estos tres casos, Celibidache, Chailly y Jurowski dirigieron ¡muy bien! Esto del estilo es algo bastante misterioso, sí.

8 comentarios:

  1. Digamod que como el Beethoven en lo general de Karajan?

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    1. Hombre, a mí los ciclos de las Sinfonías de Beethoven por Karajan me parecen muy sobrevalorados por el marketing, pero quizá no sea especial falta de sintonía estilística con el compositor, sino a veces superficialidad y casi siempre exhibicionismo.

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    2. Tiene razón, el egocentrismo le ganaba muchas veces. De todos modos, su concierto betthoveeniano para violín con la Mutter sigue siendo mi favorito. Saludos.

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  2. Hola, Ángel:

    Bueno, a Pollini se lo perdonamos todo, porque además es de verdad de izquierdas y no un progre cejero como un germano - argentino que yo me sé:

    https://www.larazon.es/opinion/columnistas/contra-barenboim-NA3244953

    ¿Qué me dices de su única grabación como director, "La donna del lago", ópera artúrica de Rossini?:

    https://www.discogs.com/Rossini-Katia-Ricciarelli-Lucia-Valentini-Terrani-Dalmacio-Gonzalez-Dano-Raffanti-Samuel-RameyChambe/release/7854725

    ¿Qué opinas, en general, de su protagonista masculino, el tenor olotense Dalmacio González?

    Saludos cordiales.

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    1. Yo no le perdono TODO a nadie. En cuanto al "progre cejero", si te refieres a quien me imagino, habría muchísimo que hablar. Y yo no le llamaría progre, sino claramente progresista, sin retintín.
      Pollini dejó claro en La donna del lago y en algunos conciertos de Mozart (¡con la Filarmónica de Viena!) que lo suyo no es dirigir; lo mismo que, por ejemplo, Perahia.
      De Dalmacio González conozco poco (me gusta bastante en el Stabat Mater de Rossini con Giulini), pero me parece un muy buen estilista con una voz de segunda clase.

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    2. No había tenido la curiosidad de leer hasta ahora lo que ese señor afirma en La Razón (¡un periódico muy, muy imparcial y objetivo!) acerca de Barenboim. Lástima que se caiga por su peso su exabrupto: el director al que se refiere no cobra cuando dirige a esa orquesta juvenil por él formada y que, le guste o no, ha alcanzado un nivel musical formidable. Es decir, que Barenboim palma dinero, pues en lugar de ensayar con ella y dirigirla podría estar dirigiendo cualquiera de las mayores orquestas mundiales en cualquier importante festival.
      (Y una pregunta: "cejero" es una palabra que no viene en el diccionario. ¿Qué significa en el particular vocabulario de usted, no tan anónimo para mí como usted cree?)

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    3. No discuto el valor musical de la WEDO, hasta tengo el placer de conocer a alguno de sus miembros (el chelista Alberto Martos y su hermano Pablo), pero, en fin, me cuesta entender tanta mitificación en torno a este maestro, con mis respetos. "Cejero" es un neologismo inventado por mí, que proviene de ceja. Para más señas:

      https://es.wikipedia.org/wiki/Plataforma_de_Apoyo_a_Zapatero

      Saludos cordiales.

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    4. Por cierto, crónica de un encuentro histórico:

      http://boulezian.blogspot.com/2017/10/pollinistaatskapelle-berlinbarenboim.html

      Saludos cordiales.

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