martes, 24 de diciembre de 2019

Huid de este libro: "Joseph Haydn, príncipe de las sinfonías"


Escrito por Raúl M. Mir Coll. Editado en Barcelona el año 1996 por la Fundación Moevenpick.

Pese a que, nada más empezarlo, me di cuenta de que este señor no sabe castellano (espero que sí, al menos, catalán), me empeñé en leerlo entero. Hay multitud de frases que simplemente no se entienden, de tan mal escritas. Y errores de bulto: magneficencia, bruyen (por bullen), estoy convencido que será excelente, gravar (por grabar), exhultante… En sus últimos años, "Haydn tenía el corazón cansino" (se supone que querrá decir cansado: esta falta la comete unas cuantas veces). Cuando digo multitud casi me estoy quedando corto: suelen ser varias en cada página (y tiene 240). El autor es descuidadísimo con los nombres: Teleman (por Telemann), Carl Philip (por Philipp), Wilhem (por Wilhelm), Bocherini (por Boccherini), Toscanini (en vez de Tomasini), Paris (por París), Walstein (por Waldstein), Cossì fan tutte, Gradus et Parnassum (por Gradus ad Parnassum), Kaisser, etc., etc., así hasta el infinito.

Y en cuanto a la terminología musical, es un auténtico caos: “dos nuevos cuartetos de cuerda, los opus 54 y 55”: ¡es que la op. 54 consta de tres cuartetos, y de otros tres la op. 55!, de lo que el sr. Mir no parece haberse enterado. Luego llama en numerosas ocasiones obertura a la sinfonía: el error procederá, supongo, de que en el siglo XVIII a la obertura de una ópera se la denominaba habitualmente sinfonia (en italiano, sin acento). Pero cuando afirma que Haydn acaba de componer una nueva obertura, la nº 45, se está refiriendo a una nueva sinfonía, la nº 45. ¡Asombroso dislate!

Mir confunde, cómo no, la Sinfonía 94 “Sorpresa” (mit dem Paukenschlag, o sea, con el golpe de timbal) con la 103 “Redoble de timbal” (mit dem Paukenwirbel, con redoble de timbal). Confundir dos sinfonías tan importantes y conocidas me parece alucinante en alguien que escribe una biografía de Haydn. Más tremendo aún: la mayoría de los cuartetos de cuerda de Haydn afirma sin pestañear que son cuartetos de viento: ¡¡de no dar crédito!! Con frecuencia, los fagotes son, según Mir, bajos (bassoon en inglés). En Londres, un día, Haydn “deslumbra a los maestros de la orquesta con su virtuosismo en el manejo de la bajeta del tambor”. En el cuarto movimiento de la Sinfonía 100 “Militar” hay “fraseos melódicos de preciosisimo virtuosista para instrumentos de cuerda y de viento, tiempos rápidos y timbrados que recuerdan a las sinfonías de Beethoven”: la Sinfonía 100 fue compuesta en 1793-94; la Primera de Beethoven, en 1800, así que malamente las puede recordar. Al grupo de alumnos y amigos de Haydn “se une en 1799 la bella soprano Anna Milder, que había intervenido en el estreno vienés de la ópera Fidelio de Beethoven…” ¡por supuesto faltaban años, siete, para tal estreno!

Más: la Paukenmesse (Misa con timbales) es para Mir la Misa de tambores: “las palabras Agnus Dei qui tollis peccata mundi están acompañadas de un sonoro repicar de los tambores”, recalca. También afirma que Haydn acudió el 7 de abril de 1806 “al estreno de la nueva sinfonía de su antiguo discípulo Ludwing van Beethoven; el díscolo alemán ha enaltecido el mundo musical con la composición de la octava sinfonía”. Pero es que esa sinfonía no sería compuesta hasta 1812… “Haydn improvisa al cémbalo algunas notas de sus famosos cuartetos de cuerda […] pero, desmemoriado, deja caer el arco”… O sea, que ¡el cémbalo se toca con arco!... Un momento destacado de La Creación es cuando se dice “Y se dio la luz” (“Y se hizo la luz”, por supuesto: nadie, que se sepa, pulsó el interruptor…)

Vamos, que la ignorancia de este tal señor Mir es inconcebible e inexplicable. Pero tal vez haya una explicación: que parte del libro no esté escrito por él, sino mandado traducir, fusilar, a un negro completamente ignorante en música, de vete a saber qué publicación o publicaciones. ¡De ser así al menos Mir podía haber leído esas partes antes de enviar el libro a la imprenta! Bueno, si tienen curiosidad, en lugar de huir de este libro, como les recomendaba, pueden leerlo… no tanto para aprender sobre el gran Haydn, sino para partirse de risa.

4 comentarios:

  1. Yo estoy terminando la música barroca de walter hill en akal, me ha encantado y ahora quiero comprar una monografia sobre el anillo, en acantilado, no recuerdo al autor..,

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    1. Creo que la monografía sobre el anillo es de Robert Scruton

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  2. ¡Menuda cara dura!, ¿nadie en la editora leyó el original antes de que fuera impreso?. Increible!. JUAN G.

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  3. Hola

    A ver si me podéis ayudar...¿conocéis alguna página web donde pueda ver las obras de los compositores? No discografía, sino obra.

    Muchas gracias

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