miércoles, 12 de octubre de 2022

Dos recitales de canto: Lisette Oropesa y Jonas Kaufmann con Ludovic Tézier

 

Una espléndida soprano lírica o lírico-ligera

Hay actualmente unas cuantas sopranos líricas o ligeras (también de otras tipologías, por supuesto) todavía jóvenes o incluso muy jóvenes que son de veras sobresalientes. Sí, digan lo que digan los nostálgicos de otros tiempos, siempre aúreos según ellos, mientras que ahora -afirman- nos rodea la medianía.

Contar con la estadounidense Lisette Oropesa (n. 1983) -lo mismo que con su compatriota Nadine Sierra (n.1988), la georgiana de Tiflis Nino Machaidze (n. 1983) o Marina Rebeka (Riga, Letonia, 1980) entre otras- es todo un lujo. Como ahora se graban tan pocas óperas -al menos se filma alguna que otra, de vez en cuando- nos estamos perdiendo registros de títulos completos que esas y otras sopranos de características similares harían estupendamente, como bien saben los que visitan teatros de ópera de varios países a ambos lados del Atlántico. Pero los que solo pueden asomarse a los discos nos conformamos con recitales, como el que el sello Pentatone acaba de publicar de la Oropesa, con arias y escenas de Rossini y Donizetti: o sea, el temiblemente difícil bel canto italiano de la segunda, tercera y cuarta décadas del siglo XIX. Y a lo largo de todo el disco se comprueba la extraordinaria seguridad técnica de esta soprano, de privilegiada voz pese a un ligero vibrato que a alguno molestará.

En Le siège de Corynthe de Rossini Oropesa nos recuerda a la maravillosa Beverly Sills (en la ópera completa en italiano, junto a Verrett y dirigida por Schippers), si bien no alcanza su portentosa facilidad en la coloratura y los agudos ni su intensidad expresiva. Algo similar podría decirse de la bellísima aria de Guillaume Tell “Sombre forêt” con respecto a Caballé (también en su ópera completa, con Gedda y Gardelli), en la que la soprano catalana desplegó sus mejores armas. En Le comte Ory Oropesa está de nuevo eminente, si bien la referencia sigue siendo Diana Damrau junto a Flórez en la ópera videográfica dirigida por Benini. No conocía nada de Les martyrs de Donizetti, pero es evidente que Oropesa está admirable. Para Lucia di Lammermoor se ha optado -como siempre que ha sido posible- por la versión francesa (que, lo siento, no es mi favorita) y Oropesa deja claro que también es una las grandes Lucias (la que más, para mí, Sills) en “Que n’avons-nous des ailes”, en la que la nota más alta (creo que un Mi bemol, quizá no escrito por Donizetti) no es todo lo bella que el resto de su intervención. El programa termina con “Il faut partir… C’en est donc fait… Salut à la France” de La fille du régiment, donde Oropesa, que yo sepa, no cede ante ninguna de sus colegas: su timbre, por ejemplo, es mucho más hermoso que el de la también extraordinaria intérprete Natalie Dessay. Siempre correcta, sin llamar la atención, la batuta de Corrado Rovaris, director musical de la Ópera de Filadelfia, al frente del Coro de la Ópera de Sajonia y la Orquesta Filarmónica de Dresde. 

 

Kaufmann, Tézier… ¡y Pappano!

Si el director del recital precedente no defrauda ni entusiasma, Antonio Pappano sí logra esto último en su recital de dúos tenor/barítono ("Insieme", de Sony). Y lo mismo da que sea Verdi que Puccini (¡no son tantos los directores excepcionales en ambos autores!). Atentos al nivel al que este director ha elevado a la Orquesta de la Academia Santa Cecilia, de Roma, con la que lleva ya trabajando como titular 17 años. No hace falta decir que el tenor alemán (n. 1969) y el barítono francés (n. 1968) están entre lo mejor de la actualidad. Mientras Kaufmann no suele identificarse a fondo con la ópera italiana, no tanto por estilo como por su peculiar técnica de emisión y su color vocal, Tézier -uno de los pocos barítonos verdianos, hoy, de considerable solidez y robustez vocal- sí que suele hallarse cómodo en ese terreno. Pero ambos tienen cualidades suficientes para salir airosos en casi todo este repertorio.

Para la primera página, “In un coupé” de La bohème, el tenor alemán, de timbre demasiado oscuro, no es ideal para Rodolfo. Aun así, convence por su musicalidad y por el atinado significado que otorga a su texto. Más apropiado es para “Enzo Grimaldo!” de La Gioconda, y en esta página se luce y acierta casi tanto como Tézier. Dos escenas de Les Vêpres siciliennes, de los actos I y III –“Quel est ton nom?” y “Je n’en puis revenir”– en las que ambas voces, ambos cantantes, resultan muy convincentes. En el primer dúo tenor/barítono de Don Carlos (“Le voilà, c’est l’infant!” aparecen algunos apianamientos un poco forzados o excesivos y, en la voz del tenor, ciertos reguladores innecesarios. Algo similar sucede en los pasajes de La forza del destino (“Solenne in quest’ora”, “Nè gustare m’è dato”, “Invano Alvaro”), junto a algunas frases imponentes. En todo caso, la intención expresiva es loable y certera, desechando el mero derroche de volumen (siempre f o ff) que eran costumbre hace años (p. ej., Mario del Monaco/Ettore Bastianini). Pese a ciertas rudezas del barítono y algunos pianos no muy ortodoxos de ambos, el dúo de Otello con el que se cierra el programa (desde “Tu? Indietro!” hasta el final del acto II), espoleado sabiamente por Pappano, resulta ser otro acierto.  

4 comentarios:

  1. Mucho está creciendo como intérprete Lisette Oropesa, y además está teniendo la oportunidad de grabar cosas importantes, incluso óperas completas. Hace poco grabó en CD, y creo que justamente en Pentatone, nada menos que La Traviata. La lástima fue que no tuviera a su disposición a un Pappano, por ejemplo, sino a un director más normalito, pero por lo que le escuché de ese registro ella sí que está muy bien… Claro, no es una referencia absoluta en la parte, pero creo que lo defiende de manera muy digna.

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  2. La verdad es que tenía esa sospecha. En lo poco que escuché, no tuve oportunidad de atender al resto de cantantes, pero sí brevemente al que hace la parte de Alfredo, que no me pareció nada destacable. Es lo que tiene: ahora mismo muy pocos sellos pueden permitirse el lujo de reunir un reparto verdaderamente bueno para una grabación de ópera que no sea barroco…, sobre todo si es una toma de audio. Lo último a ese nivel que recuerdo es la Aida de Pappano, precisamente… y quizá, en su terreno y con muchos matices, algunas de las grabaciones de ópera de Thielemann. Más el ciclo Mozart de Yannick, claro, que promocionan mucho y tiene nombres bien conocidos. En DVD, las cosas son algo diferentes, pero creo que desde 2020 el tema también ha bajado bastante…

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  3. He podido escuchar en vivo a Lisette Oropesa en "El turco en Italia" de Rossini el pasado mes de junio, y fue sobresaliente su interpretación, bien acompañada por los barítonos que hacían del autor y de Don Geronio. Además, es una persona de muy buen carácter y saber estar que no tuvo reparos en firmar el programa y tomarse fotos con los fans, aunque no fuéramos un batallón como con estrellas del pop. Es una voz muy reseñable de este siglo que poco a poco va creciendo y abordando nuevos papeles con mucho gusto. Además, me maravilla su motivación para actuar los papeles con puestas en escena anacrónicas y distópicas sin resentirse su canto y su credibilidad en el personaje aun reinventado por directores de escena "rompedores".
    A Ludovic Tezier lo podré ver, Dios mediante, en diciembre de este año como Rigoletto, a ver qué tal suena en vivo. Por lo que se ve en redes, parece un barítono genuinamente verdiano en su aire flemático, y además habla con un tono muy sosegado y parece un hombre de buen carácter, cosa que se agradece, los cantantes con modos divescos no los puedo tragar.
    a Kaufmann no lo he visto en vivo, ni previsión, pero ningún conocido mío que lo haya visto en vivo ha salido satisfecho del espectáculo. Quizá haya algo de cierto en lo que muchas personas que escuchan ópera y lírica opinan de que está cantando papeles que no le van a su voz, pero a la vez tiene un nutrido club de fans como toda estrella de la música que se precie y me parece legítimo que lo quieran disfrutar.

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