martes, 20 de septiembre de 2016

"El Arte de Midori", álbum Sony de 10 CDs



Una recopilación casi completa

La preciosa caja, a muy buen precio, contiene un libretillo con toda la información, pero sin comentarios, y diez sobres con las portadas originales de los discos sueltos. Después de comenzar a grabar para Philips en 1986, en 1989 pasó a Sony, sello para el que ha hecho la mayor parte de sus discos; la última toma data de 2005. Después ha visitado solo pocas veces los estudios de grabación, para los sellos menores Ondine y Onyx, y no sé si alguno más. Una lástima el casi silencio reciente de uno de los mayores violinistas de los últimos treinta años (estadounidense de origen japonés, nacida en Osaka en 1971): un talento formidable, una técnica de excepcional pulcritud y una sensibilidad absolutamente fuera de serie.

Estoy convencido de que el álbum merece mucho la pena; yo me lo he comprado pese a que tenía como la mitad de sus discos. Haré un rápido repaso por ellos: los 24 Caprichos de Paganini (1989) pocas veces se habrán tocado con tal perfección y extrayendo de ellos tanta música. Podría echarse en falta algo más de fantasía y de la locura -el virtuosismo desaforado, provocador, insultante- que uno asocia a Paganini, algo que quizá solo Alexander Markov ha conseguido en su alucinante vídeo para NVC Arts/Warner (filmados los 24 en un recital en público en Reggio Emilia por Bruno Monsaingeon el mismo año 1989), DVD muy difícil de encontrar hoy. Por cierto, un violinista que claramente ha venido a menos, si es que no ha desaparecido por completo de la escena...

El CD 2 es un programa Dvorák (1989) con su Concierto más la Romanza op.11 (que se completa con la Obertura Carnaval) en el que Midori despliega su intenso lirismo cargado de íntima pasión, pero en el que Zubin Mehta (con la Filarmónica de Nueva York) no está a su altura ni logra conectar del todo con ella. Perlman/Barenboim, Vengerov/Masur y Faust/Belohlávek me convencen aún más (así como Batiashvili este verano en la Waldbühne de Berlín con Nézet-Séguin: ojalá la publiquen en DVD/Blu-ray).

"Live at Carnegie Hall", programa que Sony publicó en su día en laser disc (¡pero nunca en DVD o Blu-ray: imperdonable!) contiene un recital ofrecido el 21 de octubre de 1990, en compañía de su habitual compañero, el estupendo pianista Robert McDonald. Una preciosa versión de la Octava Sonata (Op. 30/3) de Beethoven precede a la mejor que haya escuchado de la Sonata de Richard Strauss, toda una revelación. Tres piezas más (Chopin/Milstein, Ernst y Debussy/Heifetz) tienen más interés por cómo están hechas que por la propia música. El programa terminaba con una fabulosa recreación del Tzigane de Ravel. Pero los muy berzas han omitido la propina que sí venía en imágenes: la más jugosa e increíble versión jamás escuchada del Zapateado de Sarasate, me atrevo a decir que lo mejor de toda la velada (no cabía por duración, pero ¿por qué diantres no la han pasado a otro disco, por ejemplo al siguiente, titulado precisamente "Encore!"?)

Bueno, este recital está grabado en estudio, en 1992. Pero ¿qué más da?... Por cierto, no sé si exagero afirmando que las 28 piezas de que consta merecen todas un diez. Desfilan por este CD Kreisler, Sarasate (Habanera, op. 21/2, Introducción y tarantela), Paganini, Cui, Bacewicz, Elgar, Shostakovich (4 Preludios op. 34 arreglados por Dmitri Tsyganov), Dvorák, Prokofiev, Tchaikovsky, Gluck, Fauré, Scriabin, Ysaÿe y ¡ojo!, Bartók: unas maravillosas Danzas folklóricas rumanas. Excelente siempre McDonald.

En varias de sus grabaciones de Conciertos, Midori no ha contado con los directores más idóneos. Por ejemplo, en el Sibelius (Filarmónica de Israel, 1994) Mehta vuelve a no estar a su nivel ni entenderse a fondo con la solista. Aun así, la versión es tan bella e intensa en el violín que merecería como un 8,5 sobre 10. Un 9 le he puesto a la otra obra de este disco, la Fantasía Escocesa de Max Bruch, que creo que en nada envidia a las mejores que se hayan escuchado.

El 6º CD agrupa una toma en público, intensa, emotiva, vibrante, electrizante, del Concierto de Tchaikovsky (1995) soberbiamente dirigido por Abbado, casi tan formidablemente bien como en la grabación en estudio con Vengerov (Teldec del mismo año). El otro Concierto del disco, tomado en estudio, con mismo director y orquesta (Filarmónica de Berlín) es el Primero de Shostakovich, realizado a pedir de boca (lástima la tremenda vulgaridad de la música de la Burlesca final).

El siguiente CD agrupa una versión (2005) que no me termina de convencer de la Sonata No. 2 para violín solo de Bach; la razón, muy subjetiva, es que Midori imita en parte, no siempre, a los instrumentistas originales. Y me da la impresión de que no se lo cree y no se halla cómoda (me confirmo en mi opinión de que el movimiento historicista, al margen de hallazgos indudables, ha hecho y está haciendo bastante daño). Seis años antes fue registrada la otra obra del disco, una sensacional interpretación de la Primera Sonata para violín y piano de Bartók, con McDonald, que sitúo junto a Zukerman/Neikrug (Sony 1982) como mis favoritas.  

El octavo, registrado en 2000 con la Orquesta NDR de Hamburgo y Christoph Eschenbach contiene una modélica, muy clásica antes que dramática, Sinfonía concertante de Mozart junto a la más que notable viola de Nobuko Imai. La otra página es extraña: el Concierto en Re mayor para violín y piano K Anh. 56 (315f) , que es un arreglo a cargo de P. Wilby sobre temas de la Sonata para violín y piano K 306. Una rareza de interés menor en la que Eschenbach toca el piano.

Una completa joya es el penúltimo disco, con las Sonatas de Saint-Saëns (No.1), Debussy y Poulenc registradas en 2001 junto a un McDonald a la altura del violín. Las interpretaciones de las obras menos conocidas, la primera y la tercera, son realmente de ensueño, tal vez sin parangón. Apenas cede la de Debussy, cuya discografía es mucho más nutrida.

El último CD consta de dos conocidísimos Conciertos grabados en público el año 2003: el en Mi menor de Mendelssohn y el en Sol menor de Bruch. En ambos Midori conmueve por su lirismo y su extrema sensibilidad y en ambos la batuta de Mariss Jansons, al frente de la Filarmónica de Berlín, me resulta algo hinchada y grandilocuente.

Por cierto, los programadores de Sony han debido de olvidarse (¿?) de los dos Conciertos de Bartók que Midori grabó en 1990 con la Filarmónica de Berlín y Mehta, acertadísimo esta vez.

3 comentarios:

  1. Sólo comentar que el recital de Markov en Regia Emlia existe en un CD Erato, publicado en 1990.

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    1. Gracias por su información.
      También quisiera añadir que hay al menos otro CD de Midori en Sony (1997) no incluido en el álbum: las Sonatas de Franck y Elgar (esta es una obra excelente apenas conocida), también McDonald. Una vez más son interpretaciones admirables.

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  2. Midori Gotō - Robert McDonald = Sony Classical B0000029ZE

    Sólo pa' ayudar, por si alguna persona busca ese álbum.-

    No lo tengo, pero ya estoy mirando algunas disquerías
    de Buenos Aires. Buen fin de semana para todos ustedes.-

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