viernes, 17 de marzo de 2023

A vueltas, una vez más, con Radio Clásica

 

Glenn Gould ¿genio y excéntrico?

Sólo si buscamos con lupa encontraremos interpretaciones no ya geniales, sino solamente excelentes de este pianista, enormemente sobrevalorado. El día 16 oyentes de “Sinfonía de la mañana”, de Radio Cláica, contestaban a la pregunta del día anterior sobre su opinión acerca de “Glenn Gould, ¿genio y excéntrico?”. Desgraciadamente, se escucharon algunas respuestas que denotaban un total desconocimiento del asunto, lo que, además de dejarme perplejo, me causa muy mal sabor de boca. En este país (y también en otros, supongo), hay muchas personas que hablan, y pontifican, de lo que no saben. Muchos contestaban que los genios son siempre excéntricos, lo cual, obviamente, no es cierto. Aunque las memorias de Gould se titulan “No soy un excéntrico”, se sabe que sí lo era. Pero bueno, este asunto de la excentricidad de Gould me interesa poco.

Sí me interesa, y mucho, que la mayoría opinaba que era un pianista genial, que era el mayor intérprete de Bach al piano que ha existido, y bla, bla. Lo que se detectaba detrás de muchas de esas tajantes opiniones -lo diré con claridad- es, simple y llanamente, que no tienen ni idea de lo que hablan. Me vino a la memoria lo que me ocurrió hace años con un aficionado, que sostenía eso de que su Bach es el no va más. Después de discutir un buen rato con él, ¡resulta que reconoció no haber escuchado Bach a otros pianistas! Pero que había oído decir a varias personas fiables que era el bachiano número uno… Apaga y vámonos: no entiendo que haya personas tan obstinadas que se empeñan en mantener sus opiniones de este modo.

Últimamente he escuchado, o reescuchado, muchas grabaciones de Bach al piano. Puedo afirmar que ni uno solo de los pianistas que he transitado -Claudio Arrau, Wilhelm Kempff, Emil Gilels, Sviatoslav Richter, Rudolf Serkin, Ingrid Haebler, Richard Goode, Alicia de la Larrocha, András Schiff, Angela Hewitt, Martha Argerich, Daniel Barenboim, Murray Perahia, Evgeni Koroliov, Pierre-Laurent Aimard, Beatrice Rana, entre otros- me gusta tan poco como Gould tocando Bach.

Es cierto que, aquí y allá, de tarde en tarde, aparecía un movimiento -casi siempre lentos- tocados con sentido, fraseados con buen gusto, etc. Pero la mayoría es metronómico, mecanográfico, rígido, seco, mecánico, y en ocasiones bastante frívolo. La estrechísima gama dinámica que pone Gould en juego y su pulsación tan escasamente variada me llevan a pensar que, ya que apenas aprovecha las posibilidades del piano, ¡sería mejor que tocase un clavecín! Fuera de Bach, Gould ha cometido destrozos aún mayores, como sus Sonatas de Mozart o las tres últimas de Beethoven: versiones que rozan lo incalificable.

 

Las peticiones de los oyentes a “Música a la carta”

La mayor parte de las peticiones que hacen a este programa proceden de personas mayores, normalmente -es de suponer- porque no saben cómo escucharlas por su cuenta. También hay, por supuesto, quienes quieren dejar su voz o su nombre y hacer participar a los demás oyentes de lo que tanto les gusta. Y, con mucha frecuencia, es para dedicárselas a algún familiar, amigo… o a sí mismo, por cumpleaños, etc. Pero, por desgracia, el nivel de conocimiento del repertorio de esas personas solicitantes suele ser muy bajo, y se repiten una y otra vez -hasta el hartazgo- piezas musicales de escaso valor… eso cuando las peticiones no son de algún tipo de música ligera, que Amaya Prieto parece aceptar sin restricciones. Llega a ser muy cansino escuchar cómo se piden, cada poco tiempo, determinadas piezas tan populares como insignificantes, cuando no se ruega que pongan “algo de Alfredo Kraus”, “de Pavarotti” o “cualquier canción por Maria Callas”, “algún pasaje bonito de zarzuela”, etc., etc.Por supuesto que hay excepciones.

A la mayor parte de quienes llaman o escriben les parece "Música a la carta" un programa maravilloso, y un encanto su presentadora; así lo hacen saber en multitud de ocasiones. La cursilería y empalago de la conductora del programa parece que atraen a personas que también gozan de una buena ración de esas características; a veces produce vergüenza ajena escucharlos. Es un programa como de otra época (pasada, claro), pero su éxito parece que es grande. Y ha perdido buena parte de la seriedad que tenía hace años, cuando el nivel de la música que se solicitaba solía ser mucho más alto, y cuando la pieza que se pedía era porque a los peticionarios les resultaba difícil encontrarla por su cuenta: entonces no había Spotify, YouTube, streaming…

18 comentarios:

  1. A mí el Bach de Gould me gusta, en su estilo (clavecinístico). Me gusta especialmente cómo clarifica el contrapunto. Tiene alguna cosa extravagante más de interés, pero en efecto, en el repertorio clásico-romántico aporta poco más que formas extravagantes de llamar la atención. Muy excéntrico, muy ególatra, eso sí. Le encantaba llamar la atención. Pero era inteligente, culto y capaz de argumentar con cierta profundidad y agudeza.

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    1. El hecho de clarificar el contrapunto es quizá la mayor virtud de Gould, que sin duda poseía un gran mecanismo. Y tampoco dudo de que fuera muy inteligente. A.C.A.

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  2. Gracias Angel. No puedo estar más de acuerdo con lo de Gould. Me parece que su peor pifia es el primer movimiento de Claro de Luna. En cuanto a Bach, efectivamente las interpretaciones de Schiff me atrapan infinitamente más, solo por nombrar uno

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    1. ¡Ahí va! No conozco su Sonata Claro de luna... tendré que buscarla. A.C.A.

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    2. Totalmente perverso el 1er. mov. de la "Claro de luna", pero no me ha parecido mejor el 3er. mov, de un mecanicismo inaguantable. El 1º le dura 4'10", cuando la media es de 6 y pico, y Gulda llega hasta los 7'37". El 3º, 5'06", siendo la media de 7 aprox., mientras Arrau alcanza 7'50" (1970, DVD) y Barenboim, 7'41" (1967, 1984) y 8'18" (2020).

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  3. Muy buenas. Con relación a lo de Gould, creo que lo que pasa es que por aquí somos mucho de opinar, sin tener opinión. Me parece que este señor fue alumno de Rosalyn Tureck, aunque creo que no le llega a ella ni a la altura de la suela del zapato. Tureck es mi preferida en BACH, de largo, a cualquier otro pianista. Y, Evgeni Koroliov, que tampoco cita usted, también me gusta bastante. De lo otro ni merece la pena hablar, no hace más que demostrar el nivelazo que tenemos... :)

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    1. Completamente de acuerdo con tu opinión sobre Tureck, a la que tuve la suerte de escuchar en vivo en varias ocasiones. Ahora bien, no recuerdo haberle escuchado Bach a Koroliov: asignatura pendiente. A.C.A.

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    2. Muy buenas, otra vez. Creo que sí a escuchado a Koriolov, precisamente en una 'Variaciones Goldberg' que le dejé yo por aquí, pero puede ser que ya no se acuerde... :)

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    3. Llevas razón. Las había escuchado, y hasta las tengo en CD (en la Edición Bach completa de Hänssler). Sí, y me han gustado mucho. Y más aún las Partitas 1, 2 y 6. Ahora voy a escuchar la Obertura francesa, la Fantasía cromática y fuga, el Concierto italiano y otras piezas por él. Me parece todo un descubrimiento el Bach de este señor, muy en la línea de Rosalyn Tureck. Le recordaba un disco también espléndido con los Intermezzi de Brahms. A.C.A.

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    4. He añadido a la lista de pianistas bachianos que conozco a Evgeni Koroliov, con toda justicia. A.C.A.

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  4. Pedí hace años, al comenzar la nueva etapa tras Araceli González Campa una música reciente para cuarteto de cuerda que tiene grabada RNE de un concierto y que es imposible conocerla de otro modo, todavía estoy esperando, si la emitieron, no me avisaron. Antes te informaban cuando lo emitirían. En fin, no volví a escuchar ese programa.

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  5. Puedo dar mi testimonio de la "interpretación" de las sonatas mozartianas por Gould. Adquirí ilusionado -hace ya muchos años de ello- un album de vinilo (que todavía poseo) con la integral de las sonatas de Mozart editado por CBS. Era material de importación, nada menos. Y ¡mísero de mí! en mala hora lo hice. A medida que iba escuchando, más y más difícil me parecía dar crédito a tal destrozo. Ahí se terminó para mí Glenn Gould.

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    1. Yo conocí esas Sonatas de Mozart hace como un año. Conforme iba avanzando en su escucha, no daba crédito. Creo que ni un solo pianista famoso o importante ha grabado tantas interpretaciones (ejecuciones, más bien) así de lamentables. Pues bien: muchas personas no saben quién es Arrau, Gilels, Richter, Zimerman, Kissin, etc., y sólo les suenan los nombres de Glenn Gould y de Lang Lang. Lo sé por experiencia. A.C.A.

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  6. Estoy básicamente de acuerdo contigo, Ángel, respecto a tu opinión sobre el Bach de Glenn Gould. Realmente las pocas obras que me interesan con él son las Goldberg (sobre todo las tardías de estudio o las interpretaciones en vivo), y su versión con piano de El arte de la fuga. Respecto a lo que no es Bach, mejor no hablar. Pero preparando una conferencia sobre Glenn gould hace años, me encontré en sus Escritos críticos textos muy interesantes en los que ya entendía parte de la evolución en los hábitos de escucha de los oyentes actuales: esto de no escuchar obras completas, de la ocasión que cada cual pudiera tener de crearse sus propias listas de reproducción, etc. Gould tenía muy clara cuál podía ser la evolución de la música grabada, aunque por supuesto su incomodidad tocando en público le llevaba a quitar valor al hecho de tocar o escuchar música en vivo.
    Respecto a Música a la carta, creo que el punto de inflexión fue cuando se dejaron de escuchar obras completas en Radio clásica; desde que empiezan a ponerse siempre movimientos sueltos todo ha cambiado. Y además en otros tiempos, los presentadores del programa equivalente a Música a la carta en cada período siempre se aseguraban de que ciertas obras muy populares se escucharan sólo cada cierto tiempo…

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  7. Si bien hay bastantes programas dignos en Radio Clásica, abundan los presentadores narcisistas que se creen los detentadores de la cultura mediática y que cometen errores culturales muy serios . Me refiero a señores que son tomados como totems de la emisora y poco menos que grandes genios., algunos de los cuales procedentes de otras cadenas , sin nada que ver con Radio Clásica y aclamados como estrellas, capaces de pifias como que el recientemente fallecido Burt Bacharach no tenía formación musical, confundir la sonata Papillon de Chopin con el famosísimo Nocturno nº 2 op. 27 o despreciar la obra de Ingmar Bergman o las adaptaciones cinematográficas de Shakespeare.

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  8. Hoy en el relato matinal diario han cruzado una linea peligrosa. De todos es sabido que Carrero Blanco era la mano derecha de Franco y su posible "delfín", destinado a mantener todo "atado y bien atado", pero también una víctima mortal de un atentado y , por tanto, me parece muy grave que lo caricaturizasen e hicieran mofa de él teniendo en cuenta que hay bastante familia suya aún en este mundo y, lo que es más serio , en medio de una campaña electoral. Recordad que en cuarenta y seis años de democracia en ningún medio de comunicación jamás se ha ridiculizado al que fuera heredero potencial del franquismo.

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  9. Buenos días ¿ recibió mi post de ayer por la noche?

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