miércoles, 1 de julio de 2020

La Sonata para violín y piano de César Franck


El acorde de novena en torno al cual cobra forma la melodía que aparecerá, más o menos modificada, en los cuatro movimientos de la Sonata para violín y piano en La mayor, quizá sólo lo había utilizado Franck antes que Debussy. Quien, aunque arremetió en varias ocasiones contra el compositor belga, no se sustrajo del todo a su influjo. O sea, una actitud similar –salvando las distancias– a la que mantuvo con respecto a Wagner. Ese tema germinal a que nos hemos referido (las tres primeras notas que entona el violín), el responsable de la forma más o menos cíclica de la partitura, es el primero de los dos sobre los que se construye el primer movimiento –“Allegretto ben moderato”–, que consta de exposición y recapitulación, pero carece de la sección de desarrollo. 

El segundo movimiento –“Allegro”– sí sigue con determinación la forma sonata, basándose en dos temas de carácter muy opuesto: uno muy dramático y otro muy lírico y apasionado. El tema germinal interviene en la transformación, antes de que aparezca un tercer motivo, tranquilo y sereno. El tratamiento, muy franckiano, del material, es una palpable demostración de maestría. Contrapuntística, sobre todo: las superposiciones son de un efecto absolutamente admirable. Escritura fugada a la que también, como Beethoven y Brahms en algunas de sus sonatas camerísticas, recurre Franck.

El “Recitative–Fantasia”, título del tercer movimiento, comienza con modificaciones del tema germinal, sección que da paso a dos nuevos temas, uno dolcissimo y otro drammatico, de felicísima inspiración, que pasarán a ser el segundo y el tercero del movimiento final, “Allegretto poco mosso”. Este comienza a modo de canon y adopta la forma de rondó-sonata. Como escribió Laureen Davies, “sus melodías fluyen como el agua de un manatial”. Estamos ante uno de los episodios más bellos de toda la producción franckiana, de tan especial naturalidad que muchas personas, cuando lo escuchan por primera vez, experimentan la sensación de que ya lo conocían.

La Sonata de Franck fue un regalo de boda al gran violinista y compositor Eugène Ysaÿe y fue estrenada por éste y por la pianista Madame Bordes-Pène en un museo de Bruselas durante un atardecer, sin luz artificial, de tal manera que cuando daba comienzo el segundo movimiento la luz era ya escasa, y casi nula cuando terminó la ejecución, lo que obligó a los instrumentistas a tocarla casi de memoria. La Sonata obtuvo un éxito inmediato y contribuyó en buena medida a que los belgas vieran en su compatriota emigrado a París a uno de los mayores músicos de su tiempo. Contribuyó incluso a popularizar la música de cámara, y la influencia de su forma cíclica y de su audaz armonía fue muy perceptible.

Según algunos testimonios contemporáneos, la Sonata fue destinada en un principio al violonchelo, pero al examinar su buen amigo Ysaÿe el manuscrito, le rogó al compositor que la trasladase al violín, para tocarla él mismo, y así fue como le fue dedicada y fue estrenada, siendo la adaptación para violonchelo realizada posteriormente por el conocido cellista Jules Delsart (1844-1900). Lo cierto es que la Sonata se adapta al violonchelo tan bien al menos como al violín, e incluso ha sido transcrita también felizmente para flauta.

Como se trata de una pieza que apenas explota la vertiente virtuosística del violín (la parte de piano es bastante más compleja), se amolda al cello sin el menor inconveniente. Ysaÿe, pese a no tratarse de una página de exhibición, interpretó muchas veces la Sonata de Franck, a menudo en compañía del gran pianista Raoul Pugno, obteniendo siempre un enorme reconocimiento. Desde hace mucho tiempo nadie pone en duda que se trata de una de las más hermosas sonatas para instrumento de arco y piano del repertorio; algunos, incluso, la tienen por la sonata para violín más admirable de la historia de la música (¡Beethoven y Brahms incluidos!).

Discografía

1969 Melodiya   Oistrakh, Richter                              6’53+8’52+7’48+6’10            9,5/7
1969 Decca     Perlman, Ashkenazy                           5’56+7’54+7’16+6’35            9,5/8
1979 Decca     K. W. Chung, Lupu                             5’57+8’08+7’04+6’16            9,5/8,5
1981 DG         Kaja Danczowska, Zimerman            6’15+8’37+7’44+6’18            8/8,5
1986 Philips    Zukerman, Marc Neikrug                   6’25+8’29+7’18+6’43            9/9
1986 DG         Mintz, Bronfman                                6’14+7’52+7’01+6’26            8,5/8
1990 DG         Shaham, Oppitz                                  6’08+8’00+7’46+6’12            8,5/8
1995 DG         Augustin Dumay, Pires                       5’49+7’59+7’00+6’10            7/8
1997 Sony       Midori, Robert McDonald                  6’38+8’24+7’39+6’38            9/9
1999 EMI        Perlman, Argerich                               5’44+7’24+6’32+5’45            8/8      
2012 Sony       Joshua Bell, Jeremy Denk                  6’13+7’59+7’18+6’04            8/8,5
2004 EMI        Sarah Chang, Lars Vogt                      5’58+7’44+7’43+6’19            8,5/9
2010 DG         Repin, Lugansky                                5’52+8’18+7’15+6’09            9/9
2018 Warner   K. W. Chung, Kevin Kenner              5’55+8’01+6’29+6’26            7/9

Transcripción para cello:
1972 EMI        Du Pré, Barenboim                             6’33+8’44+7’38+6’57            10/8
1983 EMI        Maisky, Argerich                                6’15+8’06+7’27+5’40            7/8,5

Transcripción para flauta:
1997 RCA       Galway, Argerich                               5’58+7’40+6’49+6’01            8/8

7 comentarios:

  1. Me gustan estos posts referentes a obras individuales. Por tal motivo desearía, Ángel, que en un futuro próximo pueda hacer lo mismo con La Valse de Ravel; Suite para orquesta 3 en re mayor (BWV 1068) de Bach; Scheherezade de Rimski-Kórsakov; Sinfonía 88 de Haydn y Las cuatro estaciones de Vivaldi.

    ¡Muchas gracias!

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    1. Vamos a ver si me explico: no está entre mis planes escribir comentarios "a la carta" de los lectores. Las notas a programa que ya tengo escritas las puedo revisar, actualizar y compartir. Nada más.

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    2. Correcto, entendí. Pero no se lo tome a mal, hombre.

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    3. No me lo tomo a mal; es más, algunas de las obras que pide serán tratadas aquí.

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  2. Ángel:

    Con respecto a la presente sonata, le faltó agregar una de las grandes versiones: Krystian Zimerman y Kaja Danczowska (DG).

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    1. Tengo también esa versión, pero me temo que está traspapelada. Si la encuentro la volveré a escuchar y la incorporaré. Me parece que la violinista no es nada del otro jueves.

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    2. Encontrada y añadida. No llevaba yo razón: poco que objetar contra Danczowska.Pero, la verdad, del gran Zimerman esperaba algo más.

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