lunes, 7 de febrero de 2022

Discos: de aciertos a horrores

 

La música del Beethoven más elogiado que no me ha gustado un pelo

“He escuchado una de las páginas más universalmente admiradas del mejor Beethoven y la he encontrado una música insustancial, frívola, totalmente inexpresiva y esquelética, sin carne ni sangre -hasta lo obsesivamente enfermizo- y sin embargo con destellos de blandura empalagosa. Se trata del tercer movimiento de la Novena Sinfonía: todo cristo dice que es sublime, pero a mí me ha parecido irrelevante”. Esto habría pensado si no conociera ese Adagio y lo hubiera escuchado por primera vez. Porque lo tocaba Le Concert des Nations y lo dirigía (por decir algo) Jordi Savall. Lo ha dado Radio Clásica (¡bravo por vuestra divulgación cultural!). Si yo no fuera melómano y no conociera decenas de interpretaciones diferentes es lo que habría pensado y sentido. Me ha aterrado darme cuenta de golpe de que habrá personas que escuchen por primera vez ese excelso movimiento en esta versión y lleguen a esa tristísima conclusión. ¡Deberá estar orgulloso Savall de haber logrado semejante hazaña: convertir un episodio sublime en una auténtica nulidad! Y esto está ocurriendo mucho, con muchas obras excelentes, que son masacradas por gente que quiere llamar la atención. Y, a mí me parece, que desprecia ciertas obras maestras.

Por cierto, ese movimiento, que en las mejores interpretaciones que conozco se acerca a los 20 minutos, Savall se lo despacha en 11’23”, superando las terroríficas marcas de 12’51” de Chailly y Brüggen II, y los 12’28” de Herreweghe. Una sugerencia: ¡Sr. Savall, debe volverla a grabar; a lo mejor no lo sabe, pero Hogwood le superó en locura, con sus inalcanzables 10’44”! ¡No lo debe permitir!...

Pero bueno, Hogwood no sabía en 1989 lo de que Beethoven leía mal su metrónomo, pero ya sí se sabe, así que… no, no tiene excusa. De todos modos no, usted y sus similares no conseguirán cargarse, hundir al mayor genio de la historia de la música con sus pedantes estupideces, frivolidades y barrabasadas. La memoria de lo verdaderamente respetuoso y valioso la conservaremos algunos y lograremos transmitirla. Aunque haya muchos a los que usted y otros les habrán enmerdado los cerebros y fosilizado los corazones.

 

La Segunda Sinfonía de Bruckner por Thielemann

Sony continúa su ciclo sinfónico Bruckner con Christian Thielemann y la Filarmónica de Viena. Curiosamente, esta orquesta, que tiene en su haber multitud de grabaciones de Sinfonías de Bruckner, varias de ellas auténticos hitos fonográficos, no tenía en su haber ningún ciclo grabado por un solo director. La Segunda, que acaba de aparecer, es una versión ortodoxa, sensata y seria, pero quizá esto último: demasiado seria. Carece -salvo, por fin, secciones del movimiento final- de entusiasmo y fuego, resultando en conjunto un tanto apática y demasiado comedida. La coda de los movimientos extremos no está muy bien resuelta, perdiendo fuelle y tensión. Versión, pues, no mucho más que notable, lejos de los hitos de Giulini/Sinfónica de Viena (EMI 1975) y de los tres de Barenboim, sobre todo el de Chicago (DG 1981). La toma de sonido podría ser un poco mejor, teniendo en cuenta los tiempos que corren.

 

Liszt por Benjamin Grosvenor

Los ingleses suelen, de vez en cuando, encumbrar antes de tiempo a algunos talentos que surgen entre sus compatriotas (no hay más que recordar el caso del violinista Nigel Kennedy, que iba a ser, que era ya desde sus comienzos, según algunos, poco más o menos que el gran violinista de finales del siglo XX). Decca sacó en 2014 un disco de Benjamin Grosvenor (n. 1992) titulado “Dances” -un batiburrillo de Bach, Chopin, Scriabin, Granados, Schulz-Evler, Albéniz y Gould- que algunos pusieron por las nubes (no solo en Gran Bretaña: aquí tenemos críticos que parecen creerse a pie juntillas lo que dicen los de allí). Pues bien, ese disco me defraudó tanto -me pareció un vano y superficial ejercicio de virtuosismo con precaria diferenciación de los estilos- que me desinteresé de Grosvenor. Pero hete aquí que he tenido la buena idea de volver a él con su reciente disco Liszt de Decca (2021). El cambiazo que ha dado este pianista es llamativo: aunque a su Sonata en Si menor le falta elocuencia, grandeza y locura bien entendida, no deja de ser una versión considerable, y apenas entregada al exhibicionismo. Y el resto del disco es mucho mejor: la rara y preciosa Berceuse, los tres Sonetos de Petrarca, las Reminiscencias de Norma de Bellini y la transcripción del Ave Maria de Schubert. En todas estas piezas Grosvenor se muestra cabal a tope, e incluso muy poético. ¡A seguir así!

36 comentarios:

  1. Ese Adagio de la Novena de las Novenas por Savall me pareció abominable, parece estar hecho "a mala leche", de otra manera no me lo explico.
    R.

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  2. Se trata de gustos, Sr. Carrascosa, gustos personalísimos. Hablar de estupidez o locura en referencia a alguien como Jordi Savall...

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    1. Sí, también para mí se trata de gustos: de buen gusto y de mal gusto.

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  3. He tenido la suerte de asistir a un recital de Benjamin Grosvenor el pasado mes de noviembre. Se incluía en el programa la sonata en Si menor y la interprteación de ésta fue impresionante, no solo por su nivel técnico que casi se da por supesto, sino por la manera de trabar ese gran arco musical, con momentos de verdadera hondura y grandeza.
    Lo considero un jovencísimo pianista a seguir con atención.

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    1. Pues fíjate que en su disco Liszt las restantes piezas me han gustado aún más.

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    2. Hace años, quizá ya diez, cuando salió la Heroica por Savall usted escribió en Ritmo que esa versión debía de ser tan mala, tan de no entender un rábano de lo que era esa música, de lo que se traían entre manos, como cuando tuvo lugar su estreno. Se me quedó eso grabado: creo que es poner el dedo en la llaga de lo que hacen estos esnobs que quieren darle la vuelta, enmendarle la plana a Furtwangler y compañía.
      PIEDRA.

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    3. Sí, hoy lo sigo manteniendo. Savall y otros parecidos deben de seguir pensando que la tradición Furtwängler-Klemperer-Böhm-Barenboim, etc., es una "traición" a Beethoven, que el auténtico, el fetén es el de ellos. Pura soberbia y cosas peores. Y no sé si lo será, pero me dan ganas de pensar que lo que dice "R." puede llevar algo de razón: parece que quisieran minimizar, ridiculizar a Beethoven.

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  4. Considero que el repertorio sinfónico de Beethoven con instrumentos originales pierde más que gana.( Ya son 30-35 años de interpretaciones "históricas" y los resultados no terminan de ser convincentes). Los directores de la corriente historicista fueron, a menudo, instrumentistas metidos a director. Harnoncourt, Gardiner comenzaron "románticos", Bruggen claramente no!. Por otra parte las orquestas de "época" no suelen ser agrupaciones estables, nutridas de músicos que a menudo abordan repertorios que pueden ir desde Renacimiento a Berlioz. A veces les percibo cierto "agobio" en interpretaciones del siglo XIX. Considero que en la música antigua hay músicos más o menos brillantes, pero jamás ha existido un Furtwangler, un Klemperer, un Bohm, un Barenboim, músicos con extraordinaria "cabeza musical". Respecto a Savall lo considero un gran músico en los repertorios Renacimiento - Barroco. Por otra parte si a su provecta edad quiere y puede darse la satisfacción de grabar el ciclo sinfónico de Beethoven, mostrando su punto de vista, pués estupendo!. Creo que lo hace con honestidad sin tratar de desprestigiar a nadie, y mucho menos a Beethoven.

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  5. Bueno, esto va por pensamientos de unos y otros. Yo me temo que, dentro de unos años, a quienes disfrutamos con el Beethoven de Furtwängler, Klemperer, Barenboim, Bernstein o incluso Gunter Wand, pongamos por caso, nos llamarán de prehistóricos para arriba. Conozco ya a músicos formados que desprecian, por ejemplo, cosas como Las bodas de Fígaro de Giulini. Y ya no digamos las Pasiones según San Mateo de Karl Richter o Klemperer…
    Sobre Grosvenor, sólo diré que hace unos años tuve ocasión de escucharle un Concierto de Chopin con la Sinfónica de Euskadi aquí en Pamplona y me causó muy buena impresión. Pero sí, como dices, Ángel, yo también creo que su disco “Dances”, del que escuché muchos fragmentos vía BBC Radio 3, me parece de lo menos interesante que ha hecho. El Liszt lo tengo que escuchar…

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  6. Me duele este ensañamiento con Savall. A mi tampoco me gusta ni interesa su Beethoven pero creo que Jordi Savall es una figura importante en la música clásica, respetada en Europa y que millones de aficionados apreciamos. Triste defensa del Beethoven de Furtwrangler, Klemperer, Barenboim, Bernstein incluso Wand si para ello necesitamos descalificar de esa forma a Savall.

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    1. Yo no he cuestionado a Jordi Savall, sino su Beethoven, que me parece lamentable. Ello ni impide que su Orfeo de Monteverdi, por ejemplo, me parezca admirable. Nada de triste defensa de esos que citas: admirada, entusiasta defensa de ellos como intérpretes de Beethoven.

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  7. Es razonable pensar que la interpretación no historicista (no hablo de tradición porque es un concepto más resbaladizo) termine siendo minoritaria. Tampoco ayudará a defenderla el hecho de que, por ley de vida, en un futuro próximo (de aquí a 15 años) ya no dispondrá de las últimas grandes figuras como Barenboim o Muti. Aunque haya surgido algunos músicos muy buenos, no estoy seguro de que lleguen a estas alturas.
    Otra consecuencia muy grave de todo esto es que muchas grandes orquestas ya no interpreten música de autores como Händel o Bach. En una entrevista Sir Colin Davis lo mencionó con especial preocupación.
    Mi paisano Savall, a quien admiro en repertorio del Renacimiento, dirigió un ciclo de Beethoven hace poco en el Liceo barcelonés. He escuchado algo de su ciclo en disco y me ha crispado los nervios de mala manera. Tiene razón en que consigue que una música tan genial como la de Beethoven no lo parezca demasiado. Hay pasajes que casi se asemejan a un acompañamiento para juglares
    ¿Para cuándo un ciclo de Bruckner, Jordi?

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  8. Ha sido para mí muy reconfortante leer la crítica de Ángel sobre ese Beethoven "interpretado2 por Savall. Lo digo porque no es fácil, casi imposible, darse el gusto de leer una opinión tan certera y tan bien expresada en críticas de revistas musicales y periódicos. Y es que Savall se ha envuelto en un prestigio tan sólido, como en un bunker impenetrable, que no hay quien pueda acercarse a tocarle un pelo de sus barbas y espetarle en la cara lo que son sus recreaciones de Beethoven. Yo las llamo "porquería sonora". Deberían imputarlo por atentado contra el patrimonio de la Humanidad.
    Pero hay más, porque eso mismo que ha hecho con Beethoven lo hace con todo lo que toca. Es su estilo, la marca Savall. La primera vez que le escuché algo, hace años, fue una Ensalada de Mateo Flecha. Yo no conocía a Savall de nada. Me pareció horrible. Aún recuerdo aquella percusión machacona, aquellos amaneramientos, aquella retórica de los finales de frase... Todo lo de Savall me repele, porque todo lleva su sello, y su sello me resulta repulsivo. Ya sé que es mi gusto y mi opinión, y lo digo con todo el respeto para quienes le admiran en el repertorio de música antigua. A mí me disgusta todo lo que hace. Llegué a creer que eran manías mías, pero he constatado que las puedo compartir con otras personas que han sentido y pensado lo mismo. Y es que existe una clandestinidad anti-Savall. Cuestión de gustos, de acuerdo. Pero objetivamente me revienta que se haya convertido en un intocable por parte de la crítica oficial, mientras que él puede tocar la música que le viene en gana y estropearla impunemente, como en este caso que ha comentado Ángel.

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    1. Jopetas Joso me dejas anonadado!. Ni siquiera te gusta su repertorio francés para viola?..

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    2. Tampoco me gusta. Peor. Me disgusta. A su forma de interpretar a la viola, en cualquier repertorio, le aplicaría lo que ha escrito Ángel sobre su Beethoven: insustancial, frívola, inexpresiva, sin carne ni sangre, empalagosa. ¡Qué le vamos a hacer! Savall es así. Nada que reprochar, porque cada cual es como es. Pero conmigo que no cuenten para aplaudirle, porque me guardo muy mucho de asistir a sus conciertos. De todas formas, el repertorio francés se lo puedo perdonar, pero el daño que le ha hecho a Beethoven es imperdonable.

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  9. Yo creo que es un problema generacional, de melómanos que "se criaron" en un determinado estilo interpretativo y se resisten al cambio. Es algo connatural al ser humano. Curiosamente, lo explica Carrascosa en la introducción de su Libro de la ópera grabada. Pero el tiempo acaba asentando lo inevitable.

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    1. Enrique: de entrada te diré que sé quién eres. Poco tiene que ver lo que yo decía de cantantes antiguos, anticuados, con esto otro. Y espero y deseo que no tengan que conocer los jóvenes y los que vengan después a Beethoven por interpretaciones como éstas, que lo convierten en un chiquilicuatre. Estas modas no tienen por qué ser eternas.

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    2. ¿Ah, sí? ¿Y quién soy? ;-)

      Abbado 12:48
      Brüggen 12:51
      Chailly 12:51
      Gardiner 12:06
      Immerseel 12:31
      Jansons 12:38
      Petrenko 12:50
      etc.

      No, no pueden estar todos equivocados. Tampoco los veinte minutos de Furtwangler. Es cuestión de amplitud de miras. La grandeza de la diversidad del arte.

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    3. No te voy a decir quién eres, pero lo sé. Todas esas versiones que citas, empezando por la de Abbado, me parecen aborrecibles (bueno, la de Jansons no la conozco). ¿Cómo que no todos esos pueden estar equivocados? ¡Todos esos y muchos más!

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  10. Tampoco puede atribuirse a los historicistas una aureola de "equilibrados" en sus afirmaciones ni en ciertos comportamientos. Bruggen afirmó ; interpretar a Beethoven con orquesta moderna es perpetrar una falsedad. Harnoncourt en la revista scherzo; la música solo puede ser interpretada del modo más bello con su instrumental primitivo. Savall; siguiendo las indicaciones de tempi que nos legó Beethoven, el número de instrumentistas y los instrumentos de la época nos acercamos a la autenticidad. Leonhardt; no me agrada Vivaldi, encuentro su música de mal gusto, a veces puede resultar ingeniosa, pero siempre de mal gusto. Por lo visto tampoco le agradaba Haendel, del que apenas grabó su repertorio de tecla. Además, Leonhardt tenía miedo al piano, no se acercaba físicamente, no concebía que se pudiese interpretar a Bach en semejante "monstruo". Por último Álvaro Marías; hay más música en la Ofrenda Musical grabada por Markevitch y en el Mesías de Menuhin que en muchas de versiones historicistas que haya podido escuchar. Como para hacerse un criterio!. En fin, "mundo de locos".

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    1. Y eso que Alvaro Marías es un decidido partidario de los instrumentos originales... (Por cierto, no tenía ni idea de que Menuhin hubiese grabado El Mesías).

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    2. Eso dice el mismísimo Álvaro Marías en una entrevista concedida en 1999, para la publicación "flauta de pico" que se editaba en Sevilla por aquellos tiempos. Ahora bien, en referencia al Mesías de Menuhin, no puedo asegurar si se refiere a una grabación o a un concierto al que pudo asistir él mismo. Indagaré. No obstante leer ésto de Marías, intérprete de música antigua, crítico musical y filósofo, resulta un tanto curioso.

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    3. Creo que Marías se refiere a la grabación del Mesias dirigida por Menuhin, Orquesta de Cámara de Lituania ( grabación en vivo 1996), y lanzado al mercado en 1998 por el sello discográfico ISS Classics.

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  11. Yo no he escuchado esta Novena, y no pienso comprármela, pero sí que conozco su Eroica, y es para echarse a temblar.
    Roger.

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  12. Antes que nada, me gustaría hacer una aclaración. Discrepo con Jose en su opinión sobre Savall. Jordi Savall me parece un gran músico en otros repertorios y su Orfeo de Monteverdi me parece ejemplar, porque creo que es de las pocas versiones de esa obra que permiten entender bien el texto sin tener que enfrentarse a acompañamientos demasiado recargados. (Esto último también ocurre con Harnoncourt, pero la expresión de afectos ahí era mucho más limitada). Escuchar respirar constantemente a Savall cuando toca obras de Marais en la viola da gamba no es seguramente del gusto de todos, pero en ese y otros repertorios de los siglos XVI y XVII sus ideas me interesan, porque además él siempre se ha rodeado de grandes músicos. Pero sus incursiones en períodos posteriores, la verdad, nunca me han interesado.

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  13. Como ilustración del yo y la circunstancia de Jordi Savall, me gustaría trasladar aquí la frase final de la crítica de uno de sus recientes conciertos, con un repertorio de música "antigua" (Konzerhaus de Viena, 22-1-2022):

    "El concierto hizo las delicias de los muchos seguidores del músico de Igualada. Personalmente eché en falta un poco más de alma en las interpretaciones, intentar –o querer– trascender algo más. Cuando uno sale de casa un lluvioso domingo por la noche, en pleno invierno y a temperaturas bajo cero, espera encontrar ese «algo más» que te demuestre que tenías razón, que merecía la pena ir a ese concierto. En mi caso, no fue del todo así, aunque obviamente, mi opinión fue minoritaria, como demostraron los muchos aplausos y ovaciones de un público entregado, que prácticamente llenó la gran sala."

    https://www.codalario.com/critica/criticas/critica-jordi-savall-y-sus-conjuntos-en-el-festival-resonanzen-de-la-konzerthaus-de-viena_10836_5_34046_0_1_in.html

    N.B. Recalco el contraste entre un público seducido y entregado al mito Savall y la valentía de un oyente que en su crítica se atreve a declarar lo que ha echado en falta, aunque lo haga con reticencia y cierto complejo de minoría. Esta falta de "alma", esta ausencia de "algo más", es inherente al quehacer musical de Savall. Personalmente, entre el alma que le falta y los amaneramientos que le sobran, no puedo con sus interpretaciones. Puede que los músicos a los que dirige sean excelentes, pero esto no basta. Por mucho que luzca el cuerpo, si le falta alma...

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  14. Hola desde Compostela. Esta entrada del blog echa fuego!!! Jejejeje. Creo que ya lo he dicho en otra entrada y no me extenderé: Estoi totalmente de acuerdo con Joso, por resumir. Savall al lado de lo que hace Yo Yo Ma en general y en particular con la suite número 5 de Bach se queda en nada, insustancial y absurdo. O Pierre Fournier. Desde luego no se han nombrado a George Szell y George Solti, pero desde luego los prefiero a los inventos de la corriente historicista, que encuentro poco amable y muy agresiva y despreciativa con la tradición orquestal y de dirección que viene de Hans von Bulow a Furt y llega a hasta Barenboim. Hacen, hicieron, los popes de esa corriente, de esa opinión equivocada, lo mismo que los popes de Darmstad con la vanguardia: repudiar al no afecto, llegando incluso a menospreciar a Ligety y Henze.....en fin ....

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    1. Madre mía, cómo está el patio...

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    2. Enrique, me da la impresión de que usted es el típico "fanático" de la corriente historicista, que luego se "derrite" escuchando a Furtwangler, Klemperer, Barenboim y compañía en la intimidad!.

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    3. De lo que se lee aquí, ¿el fanático soy yo? Insisto, ¡cómo está el patio!

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  15. Yo también escuché esa emisión mientras iba en el coche. Me pareció especialmente desafortunada (¡Me costó reconocer que era el Adagio de la 9 de Beethoven!) y me sorprendió ingratamente que fuese Savall, un músico que me parece sensible y a veces sublime en el repertorio antiguo. Tengo un par de sus incursiones en el repertorio clásico (Siete palabras de Haydn y un disco de Boccherini) y sinceramente no me parecen nada mal, pero en Beethoven...
    Sobre la corriente historicista creo que debería ser un debate superado y dejarlo reducido a una cuestión de gustos y a una relectura y recreación tan legítima como cualquier otra. El problema surgió cuando músicos y aficionados de esta opción lo quisieron imponer como dogma.
    El Beethoven historicista me resulta anémico y falto de espíritu (dionisíaco o apolíneo, da igual). Paradójicamente no me desagrada el de Harnoncourt, al que encuentro lleno de fuerza y vida, aunque, eso sí, como alternativa, nunca como primera opción. Dónde se pongan Furtwängler, Klemperer y compañía... (dígalo Agamenón o su porquero).

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    1. Plas, plas, plas. Suscribo su comentario. Solo añadir que en mi consideración el historicismo suma no resta. Sí, algunos lo consideramos así. No está reñido disfrutar del Cancionero de Palacio o el Marais por Savall, la PSSM por Harnoncourt, el clave barroco, el Cosi fan Tutte por Böhm, el Beethoven de Furt, las sonatas para piano por Barenboim e incluso la manierista pero genial 8ª de Bruckner por el último Celibidache, por cierto que la abordé tras leer una reseña de Angel.

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  16. Ángel,

    ¿Qué opinión te merece la compositora Florence Price? En tal caso, ¿consideras que tiene algunas obras geniales o destacables? Muchas gracias.

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    1. Hasta la fecha no conozco nada en absoluto de esta compositora, que ni siquiera aparece en el enorme, casi exhaustivo Diccionario Grove. Indagaré.

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  17. Leyendo una autobiografía de Zubin Mehta, cuenta cómo se le acercó George Szell tras una ópera interpretada por el primero y le puso firme e indicó todas las incorrecciones cometidas. Es necesario que estos personajes que maltraten estas partituras sean corregidos por las verdaderas autoridades en la materia. Lo poco que he logrado escuchar de esta versión de Savall, porque no quería martirizarme más, parecía un disco LP reproducido a 45 rpm. Si levantaran la cabeza los grandes intérpretes del pasado…

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