sábado, 19 de febrero de 2022

Rudolf Kempe: de Beethoven a Richard Strauss

 Interesante álbum de 10 CDs

Rudolf Kempe (Dresde, 1910-Zúrich, 1976) fue, pese a sus altibajos, un gran maestro. Intense Media ha editado una caja de 10 CDs con el título “Clásicos y románticos alemanes y austríacos”, que se vende a un precio muy bajo. Contiene grabaciones conocidas y otras muy raras, o incluso nunca editadas en disco compacto. Hagamos un rápido recorrido por estos discos: el primero se abre con una excelente versión de la obertura de El cazador furtivo de Weber (1951) y sigue con una Sinfonía “Escocesa” de Mendelssohn (1952) algo menos destacada. Ambas obras, con la Staatskapelle Dresden. Las dos siguientes oberturas son con la Filarmónica de Berlín: soberbia Leonora III de Beethoven (1957) y considerable Trágica de Brahms (1960).

El CD 2 se dedica a Schubert: una competente Novena Sinfonía “La Grande” de 1950 con Dresde -no se aproxima a las pocas en verdad grandes- y la habitual suite de Rosamunda (1961) con la Filarmónica de Viena, realmente admirable. El 3º lleva una modélica suite de El sueño de una noche de verano (Royal Philharmonic, 1961), una notable Primera Sinfonía “Primavera” de Schumann (Sinfónica de Bamberg, 1959) grabada en público con mediocre sonido, y una muy buena obertura Manfredo (Filarmónica de Berlín, 1956).

CD 4: Extraordinaria versión de la obertura y cuatro páginas orquestales de Hänsel und Gretel de Humperdinck (Royal Philharmonic, 1961) y un bastante más modesto Primer Concierto de Brahms con el ucranio Jakob Gimpel (1906-1989) y la Filarmónica de Berlín (1958). [Un recuerdo personal: la primera versión que yo conocí del “Emperador” de Beethoven fue por estos mismos intérpretes, y era abiertamente superior a este Brahms]. CD 5: Magnífico Don Quijote de Strauss con Paul Tortelier y la Filarmónica de Berlín (1959), que sería aún superado por el mismo cellista y el mismo director en su justamente reputadísima versión de Dresde. Completan el disco cuatro páginas orquestales de Wagner: solo buenas las oberturas de El holandés errante y Tannhäuser (¡incompleta!, ¿no se terminó la grabación?) y más flojo aún Amanecer y viaje de Sigfrido por el Rin de El Ocaso (Filarmónica de Berlín, 1956).

El sexto CD sigue con Wagner, pero mejorando ostensiblemente: espléndidos los preludios I de Los maestros cantores, Lohengrin y Parsifal (Filarmónica de Berlín 1956, Ópera de Baviera 1951 y Filarmónica de Viena 1958, respectivamente). Y termina con la última de las grabaciones hechas por Yehudi Menuhin del Concierto de Brahms, excelente aproximación -más lírica que poderosa, aunque sí apasionada- con la Filarmónica de Berlín de 1958.

CD 7: Más que buena, pero sin tirar cohetes, la Cuarta Sinfonía de Mahler con una tal Joan Alexander (Glasgow, 1912-2010) y la Sinfónica de la BBC (1957), más un espléndido Preludio y Muerte de Isolda con la Filarmónica de Viena (1958). CD 8: sólidas, pero no excepcionales ni muy personales Tercera y Cuarta de Brahms (Filarmónica de Berlín y Royal Philharmonic, 1960). CD 9: Así hablaba Zaratustra no me parece uno de los mayores aciertos de la en conjunto admirable integral orquestal de Kempe con la Staatskapelle Dresden; la versión aquí contenida (Sinfónica de Radio Stuttgart, 1961, en público) es aún menos lograda. Y lo peor del álbum: un Concierto para violín de Beethoven (Sinfónica de la RAI de Turín, 1958) poco edificante por parte de la batuta y con un exhibicionista Leonid Kogan, que parece estar tocando Tchaikovsky. El álbum concluye con una importante, realmente cabal y lograda Cuarta Sinfonía “Romántica” de Bruckner (Filarmónica de Múnich, 1976). Salvo esta grabación, del efímero sello Basf, el resto de las que fueron realizadas en estudio creo que son originales de EMI.

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Nacido en Niederpoyritz, junto a Dresde, estudió con, entre otros, Fritz Busch. A los 18 años entró como oboísta en la Orquesta de Dortmund, pasando un año después a formar parte de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Tras algunos cargos menores como director, en 1949 llegó a serlo en un puesto muy relevante: la Staatskapelle de Dresde. En 1952 pasó a la Ópera Estatal de Baviera, y entre 1952 y 1954 fue director en el Metropolitan de Nueva York. Vuelto a Europa, entre 1961 y 1965 se halló al frente de la Royal Philharmonic londinense y a continuación ocupó el mismo puesto en la Sinfónica de la BBC. Entre 1960 y 1967 fue asiduo invitado en el Festival de Bayreuth. Sus últimos cargos como director titular fueron en la Orquesta Tonhalle de Zúrich (1965-1972) y en la Filarmónica de Múnich (1967-1976).  

10 comentarios:

  1. Aparte de lo que lleva este álbum, ¿qué discos recomendaría como lo principal grabado por Kempe?
    Luis G. G.

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    1. Se me ocurren a primera vista su Lohengrin, sus Maestros cantores, Ariadna en Naxos, La novia vendida de Smetana, la Misa Glagolítica de Janácek, Don Quijote con Tortelier en Dresde, las Sinfonías 4 y 7 de Beethoven, el Requiem Alemán de Brahms...

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  2. ¿Qué tal es su Anillo de Bayreuth publicado por Orfeo?

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  3. Yo lo escuché en 2020, precisamente para compensar el hecho de que no había Anillo aquel año en Bayreuth. Creo que es una buena versión, que naturalmente tiene un reparto con grandes voces, como era habitual en la época. Por supuesto, la dirección de Kempe es muy buena en general, (es evidente que conoce bien la obra), pero creo que no se acerca ni de lejos a los Knappertsbusch, Solti o Barenboim… Suena todo muy elegante y es un buen precedente del Anillo de Karl Böhm, pero tampoco se alcanza la misma electricidad que con él al final del primer acto de La Walkyria, por ejemplo. Creo que merece la pena conocerlo, ahora que está disponible en las plataformas de streaming, pero no recomendaría a los coleccionistas de discos comprarlo en CD.

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  4. Uno se pregunta para cuándo una integral de sus grabaciones en EMI (ahora Warner), tal y como se ha hecho con Previn y Muti, por ejemplo.

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  5. Sí, estaría muy bien. Y también nos deben una publicación en una sola caja de las grabaciones de Klemperer. La última publicación que hicieron de ese material fue en una serie de cajas más reducidas, donde si no recuerdo mal además faltaban algunas cosas importantes, concretamente el Fidelio.

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  6. Yo pienso que si viviera hoy, Kempe sería uno de los reyes indiscutibles de la batuta, pero le tocó tener en su tiempo a unos cuantos fueras de serie.
    NIEVES

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