viernes, 12 de agosto de 2022

Un nuevo talento del piano: Juan Pedro García Oliva

 

Ayer día 11 asistí en el Auditorio Manolo Sanlúcar (antes Iglesia de la Merced) de Sanlúcar de Barrameda al descubrimiento de un pianista extraordinario. Por cierto, la acústica antes muy reverberante de la iglesia es ahora francamente buena, después de que hayan instalado un escenario levantado casi un metro del suelo, de haber alzado en rampa las últimas filas de asientos y de haber cubierto parte de las paredes con unos bonitos paneles de madera. Reforma que, cómo no, ha suscitado encendidas protestas de algunos…

 

Se había anunciado que tocaría un joven de Sanlúcar de 21 años, Juan Pedro García Oliva, que acaba de ganar la European Piano Competition 2022 en Amsterdam (donde, por cierto, reside ahora). Luego resultó que, antes de su actuación, hubo también otra pianista local, muy jovencita, que hizo de telonera.

 

Pues bien, tomen nota del nombre de este joven, porque seguramente va a dar mucho que hablar. La organización del recital dejó que desear: la jefa de la institución cultural organizadora salió micrófono en mano para no decir nada –“que disfruten del maravilloso concierto que van a dar estos dos pianistas”-, no hubo ni una hojita con los nombres o las biografías de los intérpretes ni el programa que íbamos a escuchar.

 

La chica tocó dos obras -una Sonata de Mozart y una Rapsodia húngara de Liszt- sin anunciar nada, sin decir ni pío. Por suerte, García Oliva explicó por qué iba a tocar la Sexta Sonata de Prokofiev, la primera de las llamadas “sonatas de la guerra” del autor de Pedro y el lobo: por el horror de la guerra en Ucrania. Su interpretación fue exactamente eso: un feroz y furioso grito contra la guerra. Dotado de un mecanismo formidable, de un sonido duro, de acero, ideal para Prokofiev y en particular para esta composición de 1939-40, García Oliva demostró un sentido musical fuera de serie, unas ideas muy claras y atinadas sobre la obra y una lógica musical inatacable. Su interpretación fue un puro huracán… perfectamente controlado. De propina, tocaron juntos, a cuatro manos, dos páginas de Mi madre la oca de Ravel (tampoco dijo nadie qué piezas eran esas).

 

Antes de acudir al recital busqué en YouTube algo interpretado por García Oliva, pues no me arriesgo -después de alguna mala experiencia- a perder el tiempo y enfadarme escuchando a músicos mediocres. Le escuché -en el ordenador, con muy mal sonido- el primer movimiento del Concierto de Schumann que me gustó mucho, mucho, y esto me decidió sin dudarlo a acudir a su recital. Pero, francamente, no me esperaba lo de ayer, que me dejó muy, muy impresionado. Desde Javier Perianes y Juan Pérez Floristán no había escuchado un pianista español de semejante talento.

 

2 comentarios:

  1. Estimado Sr. Carrascosa

    ¿Habría alguna forma de contactar con usted por privado? ¡Muchas gracias!

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    1. Si te parece, llama a la revista Ritmo (91 358 88 14), en la que tanto tiempo he colaborado, y te darán mi móvil. Ahora bien, deberías identificarte antes aquí con tu nombre. ¡No voy a decirles: dadle a Hades mi teléfono!

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