Pollini y su hijo Daniele interpretan Schubert
DG acaba
de publicar un disco con la Sonata en Sol mayor D 894 (nº 18)
tocada, sin demasiado acierto ni poesía, por Maurizio Pollini. Su hijo Daniele
(Milán, 1978) toca por su parte, con un estilo muy similar al de su progenitor
-algo austero y más riguroso que imaginativo- los 6 Momentos musicales.
Y juntos hacen, según similares presupuestos, la increíblemente bella Fantasía
para piano a 4 manos en Fa menor, D 940. Las tomas de sonido sí son
ejemplares.
Alexander
Kantorow: Schubert y Brahms
Alexander
(Clermont-Ferrand, 1997), hijo del violinista y director Jean-Jacques Kantorow,
se confirma como un virtuoso de primer orden y un músico con la cabeza francamente
bien amueblada. En su último disco, para el sello Bis, aborda de modo certero
la muy difícil Sonata nº 1 de Brahms, con considerable hondura la Fantasía
Wanderer de Schubert así como cinco Lieder de este transcritos por
Liszt. Un disco muy estimulante, magníficamente grabado.
Katia
Buniatishvili Mozart para atrás
La
controvertida pianista georgiana (n. 1987), más reconocible por el lucimiento
de su sexy aspecto -algo que suele cuidar mucho- que por sus
modos musicales, aborda ahora Mozart, autor en el que apenas puede lucir su
virtuosismo exhibicionista, y en el que se le ve más el plumero de sus
carencias. Con una Academy of St Martin in the Fields ya lejos de sus antiguos esplendores
-y sin director: ¿ella misma?-, vuelve a hacer un Mozart mecánico y desprovisto
de contenidos expresivos: los Conciertos 20, K 466, y 23, K 488,
y la Sonata K 545 “Facile”. El Adagio del K 488 intenta
hacerlo lento y hondo, pero creo que carece de convicción. Y la Sonata
se torna desagradablemente rococó, muy pimpante. La ejecución en todo el
programa del disco Sony es, eso sí, de gran limpieza.
Recital
Bach de Tharaud
Interesante
y muy reconfortante disco (doble, supongo) de sello Warner con 25 piezas - transcripciones
casi todas- de J.S. Bach. La belleza melódica y la introspección dominan casi
todo el programa. Excelente toma sonora.
Las
estaciones
de Tchaikovsky por Bruce Liu
Ya que se
graba tan poco, se entiende difícilmente el lanzamiento de un disco como este, con Las
estaciones y la Romanza op. 5 de Tchaikovsky (solo 54 minutos), en irreprochables
-no mucho más- interpretaciones del canadiense de origen chino nacido en París
en 1997 Bruce Liu, ganador en 2021 del Concurso Chopin. Las grabaciones ya
existentes -Postnikova, Bronfman, Ashkenazy, Eschenbach, Lang Lang- me parecen
superiores. El CD Chopin que DG publicó ya en 2021, muy bien grabado en
público, me ha parecido mucho más representativo y logrado: Andante spianato
y gran Polonesa, 4 mazurcas, 2 estudios, el Vals op. 42,
el 4º Scherzo (estos dos últimos lo que menos me ha convencido) y las Variaciones
sobre Là ci darem la mano. Este Chopin es siempre cuidadoso, pulcro y un
poco tirando a salonesco, pero siempre muy centrado en estilo.
Y…
La Novena
Sinfonía de Beethoven coreografiada por Béjart
Vi, casi
de casualidad, un apasionante documental sobre este trabajo del genial Maurice
Béjart (Marsella, 1927-Lausana, 2007), filmado en 2014, y fue tanto mi
interés por saber si estaba publicado que encontré que está -no el documental,
sino la interpretación de la Novena completa- en blu-ray, del sello
EuroArts. El evento tuvo lugar en Tokio (noviembre de 2014) a cargo de los bailarines del Ballet
Béjart de Lausana y del Tokyo Ballet, con la Orquesta Filarmónica de Israel
dirigida por Zubin Mehta. El Coro es el espléndido Ritsuyukai, y el cuarteto
vocal, Kristin Lewis, Mihoko Fujimura, Kei Fukui y Alexander Vinogradov; francamente bueno el tenor y espléndido el bajo, y no tan bien las dos féminas.
En cuanto a la versión musical, me ha gustado mucho el dramático y tempestuoso
primer movimiento, y bastante también el segundo. No así un rapidito y aséptico
Adagio. El finale con voces vuelve a levantar el nivel. Ya
sabemos que Mehta no es un gran director beethoveniano, pero puede que haya una
razón más: una versión musical menos rígida y encorsetada habría sido mucho más
problemática para los bailarines.
Pero lo
más importante de esta interpretación, aparte del muy alto nivel de los
danzantes, es la coreografía de Béjart, que no dudo en calificar de obra
maestra, no solo por su plasticidad, sino sobre todo por la muy honda
comprensión de la música -prácticamente en todo momento- de la que hace gala el
autor: no me puedo imaginar que se pueda traducir con mayor acierto en figuras
y movimientos el trasfondo, el significado de esta inmortal composición.
Tengo que escuchar Las estaciones de Tchaikovsky por Bruce Liu. Lo último que le escuché, en vivo, fue el Concierto egipcio de Saint-Saëns que hizo en la Quincena Musical Donostiarra con Gustavo Gimeno, y es hasta ahora lo más interesante que le he escuchado: un tanto tópicamente francés, (es decir, sin demasiado poso), pero con gran dominio y aprovechando un buen acompañamiento orquestal. Fue lo más interesante de la sesión, muy por delante de la Quinta de Mahler que llegó después. La verdad, Liu no me pareció el mejor pianista del Concurso Chopin de 2021, (mi pianista favorito no llegó a la final a diez); me temo que, muchas veces, ganan los concursos de piano o de cualquier otro instrumento los participantes que, dentro de un buen nivel musical, generan menos polémica, y pocas veces son realmente los mejores.
ResponderEliminarY hablando de pianistas jóvenes, he descubierto últimamente un intérprete que me ha resultado muy estimulante. Me refiero a Adam Laloum, un pianista que parece muy centrado en el repertorio del primer Romanticismo. Por ejemplo, participa en una versión a mi parecer modélica del quinteto con piano de Schumann con el Cuarteto Hanson (está en Harmonia Mundi), una grabación que a mí me parece claramente superior a la del Jerusalem con Melnikov sobre la que comentamos en su día…
Estoy de acuerdo en lo que dices que ocurre a menudo en los concursos: a veces se les escapan los más interesantes.
EliminarVoy a ver si escucho a ese tal Adam Laloum. Gracias.
Gran talento el del pianista francés Adam Laloum (n. 1987). No solo en el Quinteto op. 44 de Schumann, sino también en las Sonatas D 894 y 958 de Schubert (HMundi 2020): en la D 894 muestra una enorme valentía al abordar el primer movimiento a un tempo "richteriano" (si bien el clímax se le queda corto: no libera la suficiente tensión). La D 958 me ha parecido admirable.
EliminarLo que me ha parecido verdaderamente extraordinario de Laloum es su grabación de los 6 Momentos musicales de Schubert.
EliminarEn su momento, las Goldberg de Tharaud me parecieron muy sensatas y bellas aunque no tan hondas; tendría que escucharlas de nuevo. Por otro lado, la integral de piano solo de Tchaikovsky por Valentina Lisitsa para Decca me parece bastante acertada. Si bien, en algunas piezas se dejaba llevar por el virtuosismo, creo que evolucionó para bien en sus interpretaciones en los últimos años.
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