domingo, 30 de junio de 2019

Lahav Shani, un joven músico superdotado. ¿Otro Nelsons?


Orthel, Beethoven, Shostakovich, Prokofiev, Ravel
Ya me advirtió un amigo, hará como un año, que Lahav Sahni (Tel Aviv, 1989) era un director fuera de serie, y que también era un gran pianista. Pero no había tenido oportunidad, hasta hace poco, de escucharle ninguna grabación. Acabo de hacerlo, en unas cuantas cosas bastante significativas, y estoy francamente deslumbrado con el talento de este hombre de 30 años. En otoño de 2018 tomó posesión de la dirección musical y artística de la Orquesta Filarmónica de Rotterdam (sucediendo a Yannick Nézet-Séguin, demasiado ocupado en la Orquesta de Filadelfia y en el Met de Nueva York). En su concierto inaugural como titular dirigió el Scherzo No. 2, op.38 del holandés Léon Orthel (1905-1985), el Concierto No. 3 de Beethoven (con Barenboim, uno de sus principales mentores, junto a Mehta) y la Quinta Sinfonía de Shostakovich.

Aun sin conocer la notable composición de Orthel salta a la vista lo bien defendida que ha estado por Shani, obteniendo una respuesta de la orquesta sorprendente. El Tercer Concierto me ha dejado de piedra: qué maravilla de dirección, atentísima al piano, equilibrada, canónica, apolínea, de una belleza extraordinaria, y con una tersura de la cuerda de llamar la atención. Pocas veces he escuchado en mi vida una batuta tan atinada, que parece la de un magnífico director en su plena madurez. Barenboim, no tan ágil de dedos como otras recientes actuaciones suyas, derrochó en todo caso una musicalidad y una inspiración asombrosas. El Largo fue inenarrable, por parte del solista y de la batuta: a eso se le puede llamar tocar fondo. No soy precisamente un experto en Shostakovich, pero concretamente la Quinta Sinfonía la conozco muy bien (en contra de otras opiniones más autorizadas que la mía -Pérez de Arteaga, por ejemplo- me parece una de las mejores de su autor). Sin cargar en exceso las tintas, pero sin caer en el exhibicionismo, no creo que sea una de las versiones punteras que haya escuchado, pero en todo caso es sobresaliente y demuestra una técnica impresionante, una perfección en la puesta en sonidos de llamar la atención. Este hombre posee además una gestualidad extremadamente suelta, natural y eficaz de cara a la orquesta.

De otro concierto reciente, también con la segunda orquesta en importancia de Holanda (no hace falta recordar cuál es la primera), he podido escuchar lo que se supone es la primera parte de un concierto: una Sinfonía "Clásica" de Prokofiev maravillosa (para mí solo las grabaciones de  Giulini, Celibidache y Ozawa me gustan aún algo más. Les recomiendo que lean el comentario que de ella ha hecho Vargas-Machuca en su blog, quien comenta también otras interpretaciones de Shani). A continuación un Tercer Concierto del mismo autor dirigido de ensueño, y con una Martha Argerich que evidentemente tiene un pacto con el diablo por cómo se encuentra de dedos; es una obra que parece destinada por su autor a esta mujer. Aun así, yo le achaco su tendencia a correr, que a veces es un poco excesiva (véanse las duraciones: 9'20+9'37+9'44, frente a la que creo sigue la versión más extraordinaria que conozco, Lang/Rattle: 9'47+10'13+10'22). De propina, Argerich (en el lado derecho del teclado) y Shani tocaron a cuatro manos tres piezas de Mi madre la oca de Ravel, con extrema belleza, delicadeza y sensibilidad (¡qué maravilla de música!).

Para hacernos una idea del virtuosismo de Shani pianista, señalar que tiene previsto tocar próximamente el más difícil de los conciertos, técnicamente hablando: el Tercero de Rachmaninov, dirigiendo Barenboim. Conociendo lo poco que este compositor le gusta al de Buenos Aires, es de suponer que tendrá en alta estima a Shani al avenirse a dirigirle esa obra.

En los últimos años he escuchado a varios jóvenes directores muy destacados, entre ellos David Afkham, el director de la Orquesta Nacional de España. Pero me parece que Shani -que va a suceder a Mehta a la cabeza de la Filarmónica de Israel- es de una categoría superior a ellos. Puede que sea el director más importante surgido desde Nelsons y Dudamel. Veremos: hay que seguirlo con atención.

2 comentarios:

  1. ¿Ha escuchado la grabación de trios de Dvorak y Tchaikovsky con Capucon, Soltani y el propio Shani al piano? La ha publicado recientemente Warner.

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    1. Acabo de recoger ese disco. Aún no he tenido ni tiempo de escucharlo. ¡Acabo de volver de Sevilla de escuchar el concierto de Barenboim de anoche!

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