miércoles, 3 de julio de 2019

Más sobre Lahav Shani y Christian Thielemann


Varios conciertos de Shani

Continúo escuchando actuaciones en público de Lahav Shani como director: en primer lugar una velada con la Sinfónica de Boston (13-VIII-2017) que comenzó con el Concierto para violín en Mi menor de Mendelssohn. Pero confieso que tras unos minutos dejé de escucharlo, porque Joshua Bell dejó, hace años, de ser un violinista razonable. Pero luego vino una Novena Sinfonía de Schubert a la que pocas veces se le puede adjetivar con más motivo "La Grande", y no lo digo por la duración. Obra conflictiva para la batuta donde las haya -conozco pocas grabaciones que me convenzan de rabo a cabo-, Shani la bordó. Para un músico de su edad, 28 años, me parece una heroicidad. Con un punto de vista marcadamente dramático, no hay en ella tanta reflexión y hondura como en las punteras versiones de Furtwängler, Giulini o Barenboim, pero puedo contar con los dedos de una mano las que se le puedan equiparar. La realización es absolutamente magistral: demuestra un dominio consumado de la técnica directorial.

En el concierto del 22-III-2018 con la Orquesta de Filadelfia (toma que suena con considerable compresión dinámica, así que no se puede disfrutar del todo, pero sí adivinar bastante bien qué es lo que sonó) hizo una suite de El pájaro de fuego de Stravinsky sobresaliente, aun sin nada especial que destacar, y una Quinta Sinfonía de Prokofiev muy bien planteada, en la que se oye todo con especial lógica y claridad (en el 4º mov. he escuchado texturas nuevas). Versión bastante combativa pero equilibrada, absolutamente dentro de estilo, a la que le achaco lo que a la mayoría de las que he escuchado: un primer movimiento algo rápido, lo que le resta tensión a la tremenda progresión que plantea. Se libran de este -para mí- error Leinsdorf y Bernstein, solo ellos de cuantas versiones conozco. Curiosamente, ha habido dos interpretaciones en concierto que he escuchado en las que no hubo ese problema; las recuerdo muy bien: Maazel con la Filarmónica de Berlín (Ibermúsica) y Dudamel con la ONE, hace ya once años.

En un tercer concierto, esta vez con la Concertgebouw (15-VI-2018) hizo un Primer Concierto, en Re menor, para teclado de Bach (BWV 1052) tocando el piano y dirigiendo que me ha parecido un acierto rotundo; desde luego, con piano nunca había escuchado una versión tan musical y convincente, sin dejarse llevar por las modas del día. Siguió la Chacona del Requiem Polaco de Penderecki, creo que estupendamente abordada, y terminó con el Pelleas und Melisande de Schoenberg: una interpretación muy personal, magnífica pero muy discutible por lo radical, ya que huye de toda voluptuosidad y delectación sonora para volcarse en lo más oscuro y trágico del drama de Maeterlinck. Puede gustar o no, pero habrá que reconocer por fuerza la valentía de su planteamiento y su acierto para convertirla en sonidos.

En la actuación pública más antigua de Shani a la que he tenido acceso (8-IX-2015) se aprecia que el intérprete no estaba tan hecho, pero ¡vaya si apuntaba maneras! Hizo, al frente de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles, una fogosa y virtuosista, pero algo inflexible obertura de Ruslan y Ludmila de Glinka, la Rapsodia Paganini de Rachmaninov sin pena ni gloria con la pianista Khatia Buniatishvili, más pendiente de correr y aporrear que de hacer música, y una Sinfonía "del Nuevo Mundo" estupendamente construida y resuelta, más nostálgica y trágica de lo habitual.

El ciclo Schumann de Thielemann
 
Sony acaba de lanzar un doble CD con las cuatro Sinfonías de Schumann a cargo de Christian Thielemann y la Staatskapelle Dresden. Estas son unas composiciones en las que últimamente han metido la pata a base de bien varios directores considerables: Abbado, Rattle, Luisi o Nézet-Séguin. Menos mal que el director alemán no cae tan bajo, pero también ha estado lejos de acertar. La Primera Sinfonía "Primavera" es quizá la más salvable, pese a que el enorme clímax del movimiento inicial no está bien resuelto, sonando más forzado que motivado. También me molesta cierta ñoñez en el primer trio del scherzo. Pero la Segunda y la Tercera "Renana" carecen de pasión, resultando indiferentes, casi aburridas, aunque no haya en ellas nada que llegue a irritar. En aquella el maravilloso movimiento lento es más bello -y etéreo, casi ingrávido- que emotivo. Y en la "Renana" el arranque me parece incorrecto (¿será un problema de la edición del disco?), y la coda final acelera en exceso, como buscando un aplauso fácil. La Cuarta tiene un primer movimiento muy decepcionante, de nuevo por falta de garra y de fuego, e incluso con momentos nada bien resueltos, pero mejora a partir de ahí.
La Orquesta sajona es espléndida, sobre todo por su hermosa sonoridad tan genuinamente germana, pero estas obras tampoco están entre lo mejor que se les ha escuchado los últimos tiempos. Para colmo, hoy, estas tomas de sonido no están a la altura exigible.

Resumiendo: al amigo que me grabó este ciclo le pregunté, medio en broma medio en serio: "¿No me habrás engañado? ¿Este es Thielemann o un kapellmeister al estilo de Franz Konwintschny, Otmar Suitner o Wilhelm Schüchter?"... No, aquí tampoco justifica Thielemann esa reputación que tiene entre algunos críticos como uno de los directores verdaderamente grandes.

18 comentarios:

  1. Hola, Ángel:

    Pues yo voy a romper una lanza a favor de Thielemann como persona (como artista se defiende él solo). Creo que es honesto y valiente al enfrentarse al "stablishment", como el novelista Michel Houellebecq o nuestro politólogo Jorge Verstrynge... Te recuerdo que en ningún país musulmán la homosexuliadad es legal: si ese es el progreso multicultural que algunos pregonan, apaga y vámonos.

    Saludos cordiales.

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    2. Quería decir (pero lo había escrito con una palabra de menos; por eso lo eliminé) que no sé realmente en qué se enfrenta Thielemann al establishment.

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    3. Es un tema complicado, pero es un hecho que la derecha nacionalista (que es la única que se enfrenta al libre mercado y a la globalización, con medidas proteccionistas, etc.) se está llevando de calle al voto obrero en Europa:

      https://elpais.com/internacional/2012/03/30/actualidad/1333128856_214021.html

      Alguien como Thielemann, que rebate las falacias de las elites sobre el multiculturalismo, el feminismo, el europeísmo... Se convierte automáticamente en un antisistema, en un populista y en un líder carismático. Imagino que en Alemania es alguien popular entre las clases trabajadoras.

      Y te lo dice un votante de Podemos que cree en la renta básica, en el libre intercambio de bienes culturales y en el proceso bolivariano revolucionario.

      Saludos cordiales.

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    4. Bueno, yo no voy a entrar en estos temas: este blog trata de música.

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    5. Estamos de acuerdo, Ángel, pero recuerda que sois vosotros los que sacáis a relucir la ideología de Thielemann... Al que, por cierto, le encantaría que le encantaría que lo llamaras "Kapellmeister"... Estar junto a Leopold Hager, Bernhard Klee, Horst Stein o Marek Janowski, ¡inmejorable compañía!

      Saludos cordiales.

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    6. Son directores todos ellos estimables, pero sí que hay mejores compañías.

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  2. Ya quisiera Thielemann haber hecho unas sinfonías de Schumann ( o de Brahms, o de Dvorak) como las de Suitner, director injustamente "ninguneado", por ser comunista, por tocar en la DDR, por vivir en Berlín Oriental (aunque con otra familia paralela en el occidental). Afortunadamente, en gran parte gracias a sellos japoneses, tenemos testimonios grabados de esas sinfonías.

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    1. "por vivir en Berlín Oriental
      (aunque con otra familia paralela en el occidental)"
      Afortunadamente, así es un poco más fácil la vida
      del buen comunista.!
      Y hablando de "El ciclo Schumann de Thielemann"
      (que nunca escuché) pero lo estoy escuchando por
      W. Sawallisch y me resulta muy clásico y muy bueno.
      No soy muy hábil con las adjetivaciones; disculpen.!
      Desde Buenos Aires, vaya un saludo para todos ustedes.-

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  3. No conozco el ciclo Schumann de Suitner. No imaginaba que fuese tan bueno como dices.

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  4. Angel, esta mañana Mikaela ergara ha emitido un concierto en RC en el que Klaus Florian Vogt cantaba esos cuatro últimos (creo) lieder que Brahms dedicó a Clara al morir ésta..no sé, lo he encontrado algo metálico de voz, aunque puede que fuese que lo he escuchado en una antigua radio de pilas, pero no sé, esa impresión me ha dado, voz muy metálica, creo que es lo primero que le escucho....

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    1. Siempre ha sido una voz muy blanca, casi femenina, a pesar de que canta -bien- mucho Wagner.

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  5. Con una particularidad. Y es que la Primera es según el manuscrito de Schumann, fechado en febrero de 1941, y que se conserva en la Biblioteca del Congreso de los E.E.U.U.
    Pero para mi aún son mejores sus registros de las de Brahms y Dvorak.

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    1. Tampoco los conozco. Bueno, el manuscrito será un siglo anterior a lo que dices...

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  6. Buenas Don Ángel.
    Voy a cambiar un poco de tema para comentarle una grabación que hace meses le recomendé al hilo de sus discografías recomendadas. Era sobre la obra coral a capela de Richard Strauss. Le recomendé un disco del Coro Accentus junto al Coro de la Radio Letona. Se lo digo porque he encontrado el Motete Alemán en Youtube de dicha grabación. Como verá la competencia se queda a años luz de esta maravillosa grabación.
    https://www.youtube.com/watch?v=El6EEUZ2DhE
    El nombre del vídeo es "Deutsche Motette, Op. 62 (Arr. for Choir)".

    Saludos

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    1. Del Deutsche Motette solo tengo una grabación (vienen también Der Abend, Hymne op. 34/2, Die Göttin im Putzzimmer y An den Baum Daphne), la de los Coros de la Radio Nacional Danesa dirigidos por Stefan Parkman (Chandos 1993), que me parece magnífica. Si esa que dices es aún mejor ¡cómo debe de ser!

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  7. Te preguntaba si conoces los ensayos de ramón Andrés,son densos pero muy recomendables...historia, arte, música...el mejor es el luthier de Delft....

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    1. Desgraciadamente no he leído nada de este musicólogo pamplonés. A ver si algún lector del blog...

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