martes, 30 de julio de 2019

MÁS DISCOS: Cuarteto Jerusalén, Ashkar, Keilberth


El último disco del Cuarteto de Jerusalén: “The Yiddish Cabaret”. Llevo años siguiendo la discografía del Cuarteto de Jerusalén (y varias de sus apariciones en Madrid), al que tengo por el más destacado de la actualidad. Pues bien, este último disco del sello en el que graban, Harmonia Mundi, me ha decepcionado bastante. No porque toquen peor, sino por el repertorio. Las compañías discográficas lanzan cada vez más discos con título, y el de esta vez agrupa tres obras que no son, en absoluto, de primera clase: el Segundo Cuarteto (1935) del, cuando era muy joven, prodigio Erich Wolfgang Korngold, me ha parecido una composición menor. Lo mismo que las 5 Piezas para cuarteto de cuerda (h. 1925) del malogrado (muerto en un campo de concentración) Erwin Schulhoff, y no digamos la pieza para voz femenina y cuarteto de un tal Leonid Desyatnikov (n. 1955) titulada Yiddish. Tampoco me ha gustado en esta última la soprano Hila Baggio, que ni me suena clásica ni de cabaret. En fin, un chasco de disco. Y mientras tanto, les falta por grabar tres de los Cuartetos de Bartók y los de segunda y tercera época de Beethoven. Los anteriores Cuartetos de ambos compositores grabados por ellos son una auténtica maravilla.   

Parece que Saleem Ashkar (n. Nazaret, 1976) está grabando, para Decca, las 32 Sonatas de Beethoven. He escuchado una decena de ellas y, la verdad, son en mi opinión interpretaciones que están por encima de la media, y desde luego por delante de algunos pianistas de renombre. Es un pianista de un indudable musicalidad y de gran sensatez a la hora de abordar estas tan comprometidas composiciones. Toca muy bien, expone con notable claridad y suele examinar con convincente lógica -algo fundamental- estas Sonatas, si bien creo que su sonoridad no es del todo beethoveniana, pues la densidad, la robustez y el peso no son cualidades que destaquen en su modo de hacerlas sonar. También su gama dinámica es algo estrecha, limitación que disminuye en algunas de las obras del período final. Me han gustado mucho las números 2, 5, 24 y 32, mientras en otras cuantas no me llega a convencer tanto, sobre todo en una decepcionante 31. En todo caso, dado su notable nivel en obras contra las que se estrellan tantos importantes pianistas, es un artista a seguir. Ashkar ya ha actuado bajo la dirección de maestros como Mehta, Barenboim o Muti.

El oro del Rin y La Walkiria por Joseph Keilberth. Testament publicó, hace años, a un precio tan elevado que me vacunó contra la compra, El anillo del nibelungo que el director de Karlsruhe (1908-1968) dirigió en Bayreuth el año 1955, que fue la primera grabación en stereo de la Tetralogía wagneriana. Ahora FLVM me ha proporcionado el Prólogo y la Primera Jornada de la serie, y sí, son tomas estereofónicas hechas en público, pero esto no quiere decir que suenen claramente mejor que las de Hans Knappertsbusch de los años 1956 y 58 en el mismo teatro, no sé por qué monoaurales. Matizo: Rheingold me parece que suena peor que estas dos, pero quizá Walkiria quizá suena algo mejor, con mayor claridad y un balance más acertado. ¿Será que aprendieron los ingenieros de una a otra toma?... También la interpretación la encuentro menos conseguida en aquella que en esta. Da la impresión de que Keilberth no se sintiera muy a gusto con El oro, y sí, abiertamente, con La Walkiria. Aquél es algo apresurado y no lo suficientementemente pensado y digerido, aparte de sonar con una sobredosis de trompetería, tanta que no creo que sea solo culpa de la toma. La misma orquesta no está, ni mucho menos, tan bien como en la siguiente. En cualquier caso, en ninguna de las dos -no hace falta señalarlo- la orquesta es comparable a la de unos cuantos años después: mejoraría ostensiblemente. También contribuye al desnivel la actuación en El oro de dos cantantes que me han gustado poco (la Fricka de Georgine von Milinkovic, con algún vicio canoro), o poquísimo (el Loge de Rudolf Lustig, que parece no saber qué personaje de qué compositor está interpretando: nefasto ¡en uno de los papeles más omnipresentes!). En cuanto al gran Hans Hotter, un magnífico cantante e intérprete, no estaba precisamente bien de voz (lo que, dicho sea de paso, le ocurre en la mayor parte de las grabaciones wagnerianas que ha legado). Quien más me ha gustado ha sido Gustav Neidlinger como Alberich: un modelo para sus sucesores.

Hotter mejoró de voz en La Walkiria (si bien casi siempre suena como algo fatigado), y el resto del reparto es espléndido, incluyendo un bajo que rara vez me gusta: Josef Greindl, que hace un robusto y aterrador Hunding. Yo creo que Astrid Varnay, pese a no poseer la gloriosa voz de la Flagstad, es una intérprete más atinada, menos mayestática y más apasionada y humana: sin duda, una de mis Brunildas favoritas de cualquier época. La holandesa Gré Brouwenstijn es, pese a su trémolo, una sobresaliente Sieglinde, aunque después hemos escuchado a unas cuantas abiertamente mejores. Ramón Vinay, que como se sabe había cantado anteriormente como barítono, está francamente bien, con una voz en efecto baritenoril, con cierta falta de holgura en el agudo. Incluso la mezzo Milinkovic está mejor aquí como Fricka que en El oro. Buenas y bien cohesionadas las walkirias.

7 comentarios:

  1. Esta mañana han dado en Radio Clásica las dos Sonatas para clarinete (o viola) de Brahms transcritas para violonchelo en unas versiones nefastas. El cellista no ha parado de desafinar y de hacer cosas verdaderamente feas. Y el pianista ha demostrado ser un aporreador profesional. ¡Eran Pieter Wispelwey y un tal Paolo Giacometti, en público! ¿Qué le habrá pasado al cellista holandés, que tiene solo 56 años!... ¡Cómo "cuidan" en Radio Clásica las versiones que ponen! ¡Para una vez que ponen música de gran calidad, ya que últimamente no habían programado sino compositores de segunda o tercera clase! ¡Qué pena, vaya labor pedagógica que desarrollan de cara a los oyentes, que en su mayor parte son poco versados!

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  2. Hola, Ángel:

    Yo en cambio confieso ser un devoto de la obra de Korngold, ese pequeño Mozart finisecular. En este repertorio cabe destacar a John Mauceri, protegido de Bernstein, que, aparte de "El milagro de Heliane" de nuestro autor, ha grabado primicias de "Llamas" de Schulhoff y "Escena de calle" de Weill. Un repertorio muy estimulante, alejado del sota, caballo y rey de los divistas.

    Saludos cordiales.

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    1. Das Wunder der Heliane y Die tote Stadt me gustan mucho (o casi). Pero no es el caso del Cuarteto del que hablo. Y la distancia (en valía) entre Mozart y Korngold me parece sideral.

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    2. Sí, bueno, era una metáfora sobre su precocidad... Cabría añadir "Violanta" a las citadas:

      http://www.musicweb-international.com/classrev/2003/July03/Korngold_Violanta.htm

      Sí que hay cierto paralelismo, salvadas las distancias, entre el ciclo cuartetístico de Beethoven y el de Zemlinsky: la apertura a un nuevo universo sonoro, el de Schoenberg, Webern o Berg. El rescate fonográfico de Zemlinsky es uno de los fenómenos más importantes de las últimas décadas:

      https://www.mundoclasico.com/articulo/11576/El-rescate-de-Zemlinsky

      Y tiene un protagonista, James Conlon:

      http://www.bruceduffie.com/conlon.html

      Saludos cordiales.

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    3. Estoy de acuerdo con la importancia del redescubrimiento de Zemlinsky. Y también es cierto que Violanta es una ópera espléndida.

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  3. Creo recordar que ha sido Yolanda criado,,una folclorista, que quieres, yo apenas la escucho y eso que en verano es algo mejor ,

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  4. Escucho a ratos el tristan de bayreuth, las voces son horribles, sobre todo isolde, muy alejada de los misterios wagnerianos..

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