domingo, 4 de junio de 2023

Un Barenboim en estado de gracia vuelve a dirigir la Filarmónica de Berlín

 

Gabriel Fauré

Hace unos días, en un concierto que Barenboim hizo en Berlín con la Orquesta de la Academia de la Staatskapelle se dirigió al público para decir que se encontraba mucho mejor. Ayer, al salir a dirigir en la Philharmonie a la Filarmónica berlinesa, se le vio caminar más seguro y, de hecho, dirigió en pie, y Franck, sin partitura. El público lo recibió con un especial calor; ojalá se afiance su mejoría.  

Me parece que Pelléas et Mélisande de Fauré lo hacía por primera vez. Enseguida, nada más comenzar el Preludio, se vio que aquella intepretación iba a ser algo muy especial: de belleza extrema y espiritualidad como nunca hubiera escuchado. Se trata, en mi opinión, de la composición orquestal más hermosa y sentida de su autor. Pero yo no me imaginaba hasta qué punto puede ser una obra tan maravillosa. Predominó una serenidad de última madurez, que solo en la Muerte de Mélisande se erizó en intenso dramatismo. Ayer mismo, antes del concierto, repasé la notable grabación de Michel Plasson con la Orquesta del Capitolio de Toulouse (EMI 1982) y la distancia, la verdad, es francamente grande (he aquí las duraciones de Plasson y Barenboim: Preludio, La hilandera, Siciliana, Muerte de Mélisande: 5’12”+2’58”+3’07”+4’40” y 6’00”+2’55”+4’08”+4’35”).

 

Sin Wagner, pero con un Mozart de repuesto

La primera parte del concierto constaba también de los Wesendonck-Lieder de Wagner con Elina Garanca: una lástima que razones legales impidieran su transmisión (según parece, DG se opuso por haberlos grabado hace poco con la misma mezzosoprano bajo la batuta de Thielemann). Así que, como el concierto se daba en directo, Digital Concert Hall optó por rellenar el tiempo con la emisión del Concierto No. 13, K 415, que Barenboim tocó y dirigió con la Filarmónica de Berlín el 1º de mayo de 1997 en Versalles y que está editado en blu-ray. Versión de la que, como ya he contado alguna vez, Ángel Fernando Mayo me dijo que era “la mejor interpretación que había conocido nunca de cualquier concierto para piano de Mozart”.

 

César Franck

Conozco dos Sinfonías de Franck por Barenboim: la que hizo para DG con la Orquesta de París en 1976 y la que se divulgó en vídeo de agosto de 2021 con la Orquesta del Diván en Salzburgo. Ninguna de ambas está a la altura de lo que se podría esperar de él (pues su Cazador maldito y otras composiciones de Franck son modélicas). Pero el Barenboim octogenario, a partir de su grave enfermedad neurológica, es -por lo que he conseguido escucharle- el mejor Barenboim de toda su carrera. La Sinfonía en Re menor de César Franck siempre me ha parecido una de las más admirables del repertorio. Pero nunca ha sido tan bella, espiritual y emotiva como la de ayer. De una enorme calma (en el tempo y en el carácter), se desenvolvió con una lógica y una fluidez desconocidas, mostrando recovecos inesperados gracias a una clarificación máxima de las voces instrumentales, a una naturalidad en las transiciones realmente insólita. Envuelta a menudo de una dorada luz crepuscular, transcurrió mayormente en p o pp sin el menor rebuscamiento o blandenguería. La extática sección del finale poco antes de coda, con el arpa sobrevolando, fue inolvidable, como la escarpada conclusión, de significado diría que particularmente ambiguo. Maravillosa tanto la orquesta como sus solistas, que mostraron especialísima atención y concentración. Creo que sabían que estaban asistiendo y participando en una sesión memorable. Tras Franck, los aplausos de un público enfervorizado duraron ocho minutos. 

(Duraciones de mi grabación favorita hasta ahora, la de Giulini con la misma Orquesta, DG 1987, y la de ayer: 20’23”+11’56”+12’14” y 21’22”+12’55”+12’50”).

16 comentarios:

  1. ¿Se editarán y publicarán estos conciertos algún día (en CD, SACD o descargas digitales?

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  2. Ojalá que, a futuro, la correspondiente discográfica publique en CD este memorable concierto.

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    1. No sé si lo harán, pero me parece, lástima, por ahora poco probable.

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  3. Para Observador: el Preludio y fuga BWV 543 de Bach por Sebastian Heindl me ha parecido estupendo.

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    1. Parece muy prometedor el futuro musical de ese muchacho. Se nota que tiene sobrado talento.

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  4. Bueno, por ahora hemos de alegrarnos de poder disfrutar en vivo de Barenboim y quienes están (estamos) suscritos a la Digital Concert Hall tendremos la oportunidad de seguir escuchando estos grandes conciertos. Y quién sabe, como soñar es gratis, ¿tal vez cuando Barenboim fallezca, (esperemos que dentro de mucho tiempo), la Filarmónica de Berlín reúna algunas de estas grabaciones en CD? Teniendo en cuenta que la relación entre Barenboim y la Filarmónica de Berlín ha sido intensísima y ha durado más de cincuenta años, uno esperaría que hubiera algún tipo de conmemoración…

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  5. En el interesante libro "Música, solo música", en el que el escritor Haruki Murakami entrevista largamente a Seiji Ozawa, este afirma algo muy interesante, que nunca había visto expresado con tanta claridad: "El propósito último [de un director al estudiar una partitura] no es memorizarla, sino entenderla. Cuando uno se da cuenta de que al fin ha comprendido una determinada obra, siente una enorme satisfacción. La capacidad de comprender es mucho más importante para un director que la de memorizar. Después de todo, se puede leer la partitura mientras uno dirige".
    En efecto, sería poco menos que imposible aprenderse de memoria los cientos de miles de notas de una partitura si no se comprende a fondo porqué está escrita como lo está. Eso explica la fabulosa "memoria" de directores u otros solistas que interpretan sin partitura composiciones enormes o complejísimas.

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  6. Entonces parece que habrá que distinguir la comprensión de la partitura con la memoria musical. Uno comprende la partitura cuando alcanza a saber los porqués de la misma: intención, forma, estilo, sentido, escritura, etc. y tiene memoria musical cuando, a la vista de lo que ha sonado, "siente" lo que tiene que seguir sonando. Parecido, pero mucho mas complejo, a que cuando uno canta.

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  7. Exactamente. La mayor parte de los músicos "memoriones" lo que pasa en realidad es que comprenden a fondo la estructura y el devenir de las obras que tocan o dirigen.

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  8. En la entrada del día 2, JavierF manifiesta una duda sobre el nuevo libro de Barenboim que con mucho gusto intento aclarar. Dice:
    “¿Alguien puede aclarar en qué idioma escribe Barenboim sus libros? Me parece confuso que apareciera en 2007 una edición en italiano y más tarde en inglés. ¿Quizá la original fuera en alemán?”
    En este libro en concreto, al final del capítulo “Preludio” se lee:
    “Cuando en otoño de 2006 me invitaron a pronunciar las Conferencias Norton en la Universidad de Harvard, aproveché sin dudarlo la oportunidad de desarrollar mis ideas sobre las conexiones entre música y vida de modo más extenso, y este libro constituye una exploración más amplia de esas ideas.”
    La primera parte del libro la forman estas conferencias. Cabe asumir, pues, que el texto original estará en inglés. En la edición de 2007 en italiano se hace constar que es una traducción de Laura Noulian. En la edición inglesa de 2008 no se menciona traducción alguna. Por lo demás, la parte titulada “Apéndice” consta de textos de distinta procedencia y diversos idiomas. En la edición inglesa, esta parte contiene capítulos que no están en la edición italiana, como ya dije. Le edición en alemán es una traducción de la edición italiana, la cual, por lo visto, es la primera edición del libro. Le mejor edición, por tanto, de este libro de Barenboim es la edición inglesa de 2008, cuya traducción completa al castellano es la que se acaba de publicar.

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  9. Muchas gracias por tu comentario Joso.

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  10. Ayer borré sin querer un comentario anónimo recibido en el que, con una redacción muy descuidada, se decía que la Sinfonía de Franck es un rollazo que no vale nada, y que Barenboim no dirigió, no hizo nada en absoluto.
    Me resulta curioso que una persona que demuestra tamaña ignorancia (o con tan mala uva, o ambas cosas) esté suscrita a Digital Concert Hall. Me huelo que ni siquiera escuchó el concierto, pero que le encanta arremeter contra aquello que detesta.

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  11. Bueno, todas estas cuestiones tienen un margen para la discusión. Pero lo cierto es que yo creo que si se escucha sin prejuicios, la Sinfonía de Franck es una de las obras de mayor impacto de la segunda mitad del siglo XIX… Y todo eso sin entrar a valorar sus aspectos constructivos, que esos parece que no suelen se motivo de polémica. De hecho, la acusación “tradicional” que siempre se hizo a Franck es que fuese demasiado academicista…, una crítica quizá aplicable a algunos de sus seguidores, como D’Indy, pero no precisamente a Franck.
    Luego está lo de la interpretación. En efecto, creo que es una versión muy discutible la de Barenboim, en el sentido de que replantea muchas cosas y es muy diferente a casi todo lo que se conoce en esa obra. A mí, personalmente, me ganó más a primera audición en el Finale que en el resto, y creo que voy a tener que escuchar aún un par de veces más la interpretación para poder opinar exactamente sobre ella.


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    1. Creo que negar que la Sinfonía de Franck es una obra admirable no es sino miopía o ignorancia. Y, guste o no la interpretación de Barenboim (para mí una revelación), decir que se limitó a no hacer nada sobre el podio es no entender nada, es también pura ignorancia o pura mala leche.

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  12. Perdón. He vuelto a escuchar el concierto, que ya está colgado en Digital Concert Hall, y el tercer movimiento de la Sinfonía de Franck le duró a Barenboim 12'50", no 11'50" como había escrito en un principio. Ya está corregido.

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