martes, 13 de octubre de 2020

Dos discos recientes y una importante reedición

 

La obra para cello solo de Bach por Alisa Weilerstein

La excepcional violonchelista estadounidense (Rochester, 1982) ha grabado para el sello Pentatone las seis Suites de Bach. Se trata de las mejores tomas de sonido que he escuchado hasta ahora de estas obras. Pero, más importante aún, las interpretaciones me han parecido absolutamente admirables, sin la menor reserva. Sin ceder -por suerte para mí- ante la tremenda presión de las corrientes historicistas o históricamente (bien) informadas, como se hacen llamar los que las siguen, la instrumentista consigue un equilibrio ejemplar entre musicalidad, rigor e imaginación: un poco la cuadratura del círculo. Todo ello con una ejecución modélica y una sonoridad de riqueza y belleza extraordinarias. Para mí se suma en igualdad de nivel a las grandes versiones clásicas existentes en disco: la pionera de Pablo Casals, hoy superada, las de Pierre Fournier, Janos Starker, Maurice Gendron, Paul Tortelier, Mstislav Rostropovich o Yo-Yo Ma. No es poco decir.

“The Messenger” con Hélène Grimaud

Suguiendo la costumbre o manía cada vez más extendida de poner título a los discos, ese es el que Deutsche Grammophon le ha puesto al último trabajo discográfico de la gran pianista francesa (Aix-en-Provence, 1969). Se debe a la presencia de la obra de ese título (de 1997) de Valentin Silvestrov (Kiev, 1937); mejor dicho, de las dos obras, una para piano y orquesta de cuerda y otra para piano solo. No me ha gustado ninguna de ambas, ni siquiera esta última, más pasable. Se trata de una música totalmente letárgica y que parece no querer molestar a nadie, sino si acaso servir de musiquilla de fondo. Es una especie de tímido minimalismo que pretendiera ser moderno, pero que no nada tiene de vanguardista. En mi opinión, una insignificancia para rellenar con media hora insulsa un programa con tres geniales composiciones de Mozart: las Fantasías K 397 y 475

La primera es una de las páginas más dolientes, y la segunda una de las más prebeethovenianas del compositor. Muy buena interpretación de la primera y decepcionante de la segunda, que requiere más brío y potencia. El Concierto No. 20, K 466, consigue aquí una admirable interpretación… desde el piano, bastante apasionado y dramático (toca las magníficas cadenzas de Beethoven). Pero la parte orquestal no está en consonancia: bastante más ligera e insustancial. Se trata de la Camerata Salzburg, pero nos quedamos sin saber si el director es el concertino o la propia Grimaud. Sea quien sea, no está a la altura. La toma de sonido de esta obra destaca en exceso al piano; mejor las de las Fantasías.

Las Sonatas de Beethoven por Artur Schnabel

Hasta ahora no las conocía más que muy parcialmente. Acabo de zamparme las 32. Grabadas por EMI entre 1932 y 1935, creo que fue la primera integral en ser llevada al disco. El austríaco Schnabel (1882-1951) y el suizo Edwin Fischer (1886-1960) fueron los dos mayores pianistas del ámbito germánico de su generación. Diré antes de nada que me parecen superiores a su contemporáneo el alemán Wilhelm Backhaus (1884-1969) y al también germano Wilhelm Kempff, algo posterior (1895-1991), quienes son sin embargo mucho más conocidos por sus ciclos Beethoven.

La aportación de Schnabel a esta colección fundamental, el Nuevo Testamento de la música teclado (siendo el Antiguo El clave bien temperado de Bach), pues sentó las bases y la jurisprudencia interpretativas. De las grabaciones anteriores a la estereofonía (es decir, hasta mediados de los años cincuenta del pasado siglo) son sin duda las más decisivas, sin olvidar las aportaciones -solo de algunas Sonatas, no de todas- de Fischer, de Solomon, de Rubinstein y, más relevantes aún, del primer Claudio Arrau, las que grabó para EMI solo un poco después (entre 1956 y 1960).

Pues bien, aunque el ciclo de Schnabel ha sido -como es natural- superado, sobre todo por Arrau y Barenboim, aún se puede (y se debe) conocer y hasta aprender de él. En líneas generales Schnabel es particularmente lúcido y profundo en los movimientos lentos, si bien tiene tendencia a hacer casi todos ellos, incluso varios andantes, como si fuesen adagios o hasta largos. Con alguna sorprendente excepción, como el movimiento inicial de la Sonata “Claro de luna”, que lleva bastante aprisa. No se libra, sin embargo, de caer en el mecanicismo -hasta ocasionalmente vertiginoso- en algún que otro allegro: el caso más curioso es quizá el de la Sonata No. 7, cuyo primer movimiento se pasa de velocidad rozando lo chapucero, mientras que el segundo es monumentalmente denso y hondo. La destreza técnica de Schnabel es variable: inferior, sin duda, a la de Backhaus o a la de Arrau, a veces carece de la debida limpieza y otras es muy considerable. Lo cual puede deberse a que las tomas de aquellos años, si había tropiezos, se repetían mucho menos que en las de años posteriores.  

Hace no mucho el ciclo ha sido reprocesado con gran acierto, con lo que sus tomas sonoras son más que aceptables para su conocimiento, ya que no enteramente disfrutables.

16 comentarios:

  1. He tenido oportunidad reciente de escuchar el ciclo de Schnabel en la edición de PRISTINE classics. Creo que mejora todo lo conocido y arroja nueva luz sobre su sonido tan alemán, denso y apoyado en el registro grave. Sobre su importancia histórica no tengo ninguna duda y no solo por haber sido pionero en la grabación de la integral (otro mérito de Legge). En buenas condiciones de sonido, es una referencia que pone en perspectiva y realza los logros de Arrau y Barenboim.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Vaya! No tenía ni idea de las remasterizaciones de esa "Pristine". Yo he escuchado el reprocesado realizado en los Estudios de Abbey Road y que ha editado Warner ya bajo su sello.

      Eliminar
    2. Schnabel tuvo un mérito tremendo. A parte de realizar la prímera edición en partitura de las sonatas que respetaba el texto original ( sin los añadadidos decimonónicos de Von Bulow y Liszt), se puede decir, como han comentado muchos críticos, que redescubrió la interpretación de las sonatas de Beethoven. Después de más de 80 años de la grabación, yo creo que sus aportaciones en los movimientos lentos, tienen todavía mucha vigencia y en algunos casos suenan muy modernos. Con los rápidos el resultado es extraño. Algunos están tocados a una velocidad de vértigo, muy por encima de sus posibilidades técnicas, casi como si no le interesaran. Otros, sin embargo resultan muy plausibles en su resolución. En cualquier caso resulta muy interesante la escucha del ciclo completo y arroja luz para entender lo que vino después (Arrau y Barenboim por ejemplo). Por cierto, como comenta Aurora, la edición del sello Pristine creo que mejora en mucho cualquier reedición de otro sello (Warner incluida)

      Sobre otros pioneros en el ciclo de las Sonatas, Solomon grabó para EMI a principios de los 50, 19 sonatas , y no pudo terminar el ciclo porque un derrame cerebral le privó de la movilidad de la mitad de sus cuerpo. Son interpraciones muy interesantes, para mí un Beethoven modélico y bastante adelantado a su tiempo. De haber terminado el ciclo completo creo que hoy en día sería bastante más conocido. Además, existe el problema de donde conseguir esas grabaciones. Durante mucho tiempo descatalogadas por EMI, hace unos años aparecieron en discos sueltos editadas por el sello TESTAMENT, por cierto, bastante caro.

      Por último, no se si es muy conocido que Arrau antes de grabar su célebre integral para Philips de los años 60 intento por dos ocasiones entre los años 40 y 50 acometer el ciclo para la American Decca primero y para EMI después. Al final solo se grabaron 12 sonatas (algunas de ellas repetidas). Es interesante comparar los resultados con las posteriores del sello holandés, aunque el genio pianístico del chileno ya estaba presente allí.

      Saludos

      Un saludo

      Eliminar
    3. De acuerdo con todo lo que dices, de Schnabel, de Solomon y de Arrau.

      Eliminar
    4. Pristine classics o Andrew Rose que es el que las hace, tiene unas ediciones de grabaciones historicas que a veces rayan en lo milagroso. Yo lo conozco en grabaciones de Furt y se consigue un sonido expectacular Ambient Stereo. Aunque los precios son algo carillos. Estoy valorando si adquirir descargado el anillo de Roma pero son mas de 120 € los archivos flac simples. No se.

      Eliminar
  2. Hoy, 14 de octubre de 2020, se cumplen 30 años de la muerte del gigante Lenny. Un verdadero genio como los gigantes e inalcanzables Furtwängler y Klemperer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ángel, ¿tuviste la oportunidad de asistir a algún teatro para ver dirigir a Bernstein? Muchas gracias.

      Eliminar
    2. Sí, en una sola ocasión. En el Teatro Real, con la Filarmónica de Viena. Hizo su Divertimento, la Sinfonía "Haffner" y el Segundo Concierto de Brahms, con Zimerman. Todo ello precedido del Himno Nacional español mejor interpretado que he oído en mi vida. Un concierto memorable.

      Eliminar
    3. Madre mía!!! Que envidia... Zimermam y Bernstein en el 2 de Brahms. ¡Cuántas veces lo habré visto en DVD!. Con alguna de las de Barenboim y de Arrau mis preferidas

      Eliminar
  3. Ya que comentas ese concierto, con tu experiencia musical y en un ejercicio de nostalgia, ¿podrías incluir en una entrada los conciertos en directo a los que hayas asistido que te hayan resultado más memorables o que más te hayan impactado? Yo con mi edad, a muchos grandes intérpretes nunca pude escucharles en directo. Es una sugerencia. Gracias de antemano.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso que me pides me llevará un esfuerzo de memoria y mucho tiempo. Pero bueno, iré por partes. En mis primeros años en Madrid escuché en las dos principales orquestas nacional, la ONE y la RTVE, en numerosas ocasiones a directores como Markevitch y Celibidache, así como a Schmidt-Issestedt, Kletzki, Munch, Martinon, Rossi, Giulini, Sawallisch, Maag, Dorati, Horenstein, Jochum, Sanderling, Kondrashin, Svetlanov, Ferencsik, Dohnányi, Kertész, Van Kempen, Leitner, Berglund, Lutoslawski, Karl Richter, Maazel, Abbado, Mehta, Muti, a un jovencísimo Tilson Thomas, etc. E innumerables solistas: Rubinstein, Arrau, Sviatoslav Richter, Kempff, Magaloff, Bashkirov, Weissenberg, Argerich, Barenboim, Menuhin, Oistrakh, Milstein, Stern, Ida Haendel, Szeryng, Ferras, Zukerman, Perlman, Mutter, Accardo, K.W.Chung, Fournier, Tortelier, Rostropovich, Rampal, Maurice André... Y, por supuesto, los grandes solistas y cantantes españoles.

      Eliminar
  4. Muchísimas gracias por la respuesta. La lista parece interminable. Promete ser muy interesante.

    ResponderEliminar
  5. Hola desde Compostela. Sviatoslav Richter y David Oistrakh....después de esos conciertos dejó usted de ir a ver más solistas, no? Es una obra. Menuda lista!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, en absoluto. Aunque tengo a ambos en altísima estima, no hay por qué santificar a los desaparecidos como algo inalcanzable. De verdad que he escuchado desde entonces a otros pianistas y violinistas que no me parecen inferiores.
      Por cierro, en la lista me olvidé de Alfred Brendel, al que también escuché con la ONE, en un Concierto de Mozart.

      Eliminar
    2. Le voy a contar una anécdota: Oistrakh estaba anunciado para tocar el Concierto de Brahms con la ONE, cuando se produjo alguno de los últimos desmanes de Franco. Entonces, con muy poca antelación, se anunció que Oistrakh no vendría a España. Lo sustituiría un joven violinista desconocido, pero -aseguraban- muy prometedor. Varios amigos y yo que habíamos comprado entradas cogimos un buen cabreo, y estábamos de uñas contra el intruso que iba a sustituir al genial violinista de Odessa. Cuál fue nuestra sorpresa al ir comprobando que aquel joven peludo y patilludo estaba tocando el Concierto de modo absolutamente magistral, acaso tan bien (o casi casi) como habría podido hacerlo Oistrakh. El sustituto se llamaba Pinchas Zukerman.

      Eliminar