El concierto de Ibermúsica en el Auditorio Nacional del 23 de noviembre ¡a las diez y media de la noche! (había, por ello, bastantes huecos) constituyó una sorpresa muy agradable. La Orquesta Sinfónica del Estado de Sao Paulo ha resultado ser un conjunto espléndido, disciplinado y brillante, que toca con gran entrega y competencia. ¡Qué nivel de orquestas hay actualmente! Nada que ver con el de hace tres o cuatro décadas.
Hacía tiempo que no sabía apenas nada del cellista brasileño Antonio Meneses, cuyos comienzos fueron tan brillantes (¡aquella grabación de Don Quijote de Strauss con Karajan!). Por eso pensaba que debía de estar en declive artístico o técnico. ¡Nada de eso! Con un sonidazo imponente por volumen y riqueza, tocó un admirable Concierto de Elgar. Aun así, es una obra tan especial, que no acabó de sonarles, ni a él ni a la batuta, del todo a británico, eso tan especial y tan difícil de explicar que lograba con toda naturalidad la Du Pré (intérprete suprema de esta bellísima obra, acaso la cima de todo Elgar), y también Lloyd Webber (en su grabación Philips dirigida por Menuhin) o incluso, hoy mismo, Alisa Weilerstein (en el DVD y Blu-Ray de EuroArts que acaba de salir dirigiendo Barenboim). O sea, la de Meneses y Tortelier hijo (su padre, Paul, el insigne cellista, tampoco acertó del todo en la grabación con Boult) fue irreprochable, pero un poco alejada del mundo elgariano.
Antes, para abrir boca, Tortelier había dirigido con plena corrección –y no más– el sublime preludio de Khovanchina de Mussorgsky.
Pero la segunda parte fue la pera limonera. Choros nº 6 de Villa-Lobos, una partitura de unos 25 minutos quizá nunca tocada en Madrid y de la que resulta muy difícil hallar una grabación (logré, no fácilmente, la de ASV, con la Filarmónica de Gran Canaria y Leaper), es una página excelente, cautivadora, soberbia y suntuosamente orquestada, que Tortelier hizo suya con una entrega, sintonía, convicción y capacidad de seducción arrolladoras. ¡Qué maravilla, qué gozada! Su espectacular mímica (sin batuta) resulta además muy adecuada y contribuye lo suyo a explicar la música. La orquesta bordó la nada fácil partitura.
Tortelier se lo puso a sí mismo muy difícil con la obra final del programa, nada menos que La Valse de Ravel. Pero el nivel de excelencia no disminuyó: una versión muy particular la suya, pero logrando que fuese de una lógica incontestable. Y de nuevo envolvió y sedujo por completo al público, a pesar de que eran más de las doce de la noche.
Ayer quedé convencido de que Tortelier no es desde ahora un apellido que debamos asociar sólo al del glorioso cellista Paul, sino también a un espléndido director, Yan Pascal, un director nato, que es un músico enormemente seductor y convincente. Mientras es casi ignorado por las compañías de discos, tenemos que sufrir a los omnipresentes en grabaciones Gergiev o Welser-Möst... ¡Qué cruz de mundo musical!
Y del mundo musical al mundillo musical: la derecha y la Orquesta del Diván
¡Y no digamos el del mundillo! La derecha más rancia vuelve a la carga contra la West-Eastern Divan Orchestra (¡alguno de estos derechones ni siquiera saben escribir bien su nombre!) tratando de disimular desesperadamente, y en vano, que odian a Barenboim –al que nunca han sabido elogiar– por motivos políticos, y que les molesta que el nombre de un proyecto acogido por una autonomía gobernada por la izquierda salga en numerosos CDs y DVDs distribuidos por todo el mundo. Y es sólo el principio, pues las 9 Sinfonías de Beethoven darán la vuelta al mundo en CDs y DVDs del sello Deutsche Grammophon, dirigidas por su mayor intérprete, el director-fundador de la Orquesta palestino-israelí-andaluza.
Anda, si aún encima es usted progre. Aunque pensándolo bien, encaja perfectamente en su perfil...
ResponderEliminar... señor Anónimo, Ángel Carrascosa pone el dedo en la llaga de la miserable instrumentalización política de un proyecto como el West-Eastern Divan y la fobia que hacie el señor Barenboim define a parte de la fauna crítica hispana a cuenta de sus simpatías políticas (no olviden que Barenboim es también una estrella en la Comunidad de Madrid, por cierto, donde ha sido también merecedor de algunos galardones...). Sospechoso es que la prensa andaluza no se haya hecho eco de la firma del contrato de graaciones con Decca y Deutsche Grammophon de Barenboim, quizá porque sería como reconocer que el artista odiado es una de las grandes luminarias musicales actuales, con todo el prestigio y el tirón positivo que indudablemente tiene sobre este proyecto con base en Andalucía, al que miserablemente se intenta torpedear. J.S.R.
ResponderEliminar... señor Anónimo, Ángel Carrascosa pone el dedo en la llaga de la miserable instrumentalización política de un proyecto como el del West-Eastern Divan y la fobia que hacia el señor Barenboim define a parte de la fauna crítica hispana a cuenta de sus simpatías políticas (no olviden que Barenboim es también una estrella en la Comunidad de Madrid, por cierto, donde ha sido también merecedor de algunos galardones...). Sospechoso es que la prensa andaluza no se haya hecho eco de la firma del contrato de grabaciones con Decca y Deutsche Grammophon de Barenboim, quizá porque sería como reconocer que el artista odiado es una de las grandes luminarias musicales actuales, con todo el prestigio y el tirón positivo que indudablemente tiene sobre este proyecto con base en Andalucía, al que miserablemente se intenta torpedear. J.S.R.
ResponderEliminarSí, anónimo 1º; tal vez no exactamente "progre", pero sí, y a mucha honra, progresista. Si lo duda, no tiene más que leer la carta al Director que hoy mismo, día 27 de noviembre, me ha publicado "El País". No me da vergüenza admitirlo, mientras sí que sienten vergüenza en admitirlo tantos derechones de este país. ¿Por qué les dará vergüenza?...
ResponderEliminarLa revista Ritmo y Ángel Carrascosa siguen una línea coherente. Yo creo que su devoción por Barenbboim se debe a la calidad del argentino, no a su ideología. Su visión negativa de los historicistas, muy valiente, se debe a motivos estéticos. Y el autor de este blog y la revista en la que escribe han apoyado siempre la creación musical contemporánea. Pienso que la gente de mentalidad reaccionaria en lo político es más difícil que acepte la música de Berg, Webern o Ligeti. Pero criticar a Angel por ser progre...En el mundo musical se ha vivido, desde Schonberg, una lucha entre modernos y trasnochados, y yo creo que estos últimos eran mejores (Prokofiev, Kachaturian, Shostakovich, Rota, Britten, Herrmann, Rozsa). Aunque entre los modernos hubo grandes músicos (Lutoslawski, Penderecki, Werner Henze, el mismo Ligeti) los primeros fueron olvidados en favor de los segundos. Hoy nadie discute a Shosta, Prokofiev o Britten, pero lamentablemente Rota o Herrmann sólo son considerados músicos de cine. Nino Rota es tan gran compositor como Alban Berg, y un operista comparable a Britten. Decir esto no sé si es progre o facha, pero desde luego esta no es la opinión dominante (aunque la orquesta de rtve vaya a tocar el concierto para trombón de Rota...).
ResponderEliminarVarias cosas.
ResponderEliminarEugenio, sabes que adoro a Herrmann y a Rota, pero es un poco exagerado compararlos con Berg, que era un enorme compositor, de los más grandes del siglo. Estos otros dos están por debajo, por mucho que el Concierto para trombón de Rota (que espero escuchar este viernes en Madrid si la nieve no me impide llegar a la capital) haya sido interpretado por Muti con la Filarmónica de Viena o por Barenboim (sí, también él) al frente de la Filarmónica de Berlín.
Con respecto a si una mentalidad "progre" está más abierta o no a la música "rara", no está la cosa clara. Que las dictaduras de los años veinte, treinta y cuarenta persiguieron a las vanguardias es evidente, pero también es cierto el coqueteo de la vanguardia con totalitarismos posteriores. Incluso hay quienes llegan a afirmar (que conste que no comparto esta opinión) que la auténtica música progresista de hoy es la accesible por el gran público (ya se sabe, melódica, tonal y todo eso) y que los actuales compositores de vanguardia son de modo directo o indirecto resultado del intervecionismo de ciertos estados totalitarios en la cultura durante los años setenta y ochenta.
No está del todo clara la cosa, no. Lo que sí tengo claro es que a los buenos melómanos lo que les gusta es la buena música, independientemente de su filiación estilística. Lo demás es sectarismo.
En cuanto a mi amigo Ángel Carrascosa, fue él uno de los primeros que en España habló en público del talento un Barenboim al que hace pocos lustros, en otra revista española, definieron como "correcto pianista metido a director". Y no creo que en los setenta, cuando empezó a hablarse de Barenboim como gran músico, nadie supiera aún de las querencias políticas del de Buenos Aires. Quienes lo han ensalzado y lo han detestado desde entonces lo habrán hecho por motivos diferentes. Otra cosa es ahora, claro, cuando para algunos decir Barenboim y decir PSOE son la misma cosa.
Aprovecho para decir que con frecuencia me divierto enviándole a Ángel grabaciones radiofónicas sin decirle quiénes son los intérpretes, y que rara vez suelen gustarle interpretaciones de sus artistas detestados o defraudarle alguna de sus preferidos. Recuerdo que hace pocos meses le mandé sinfonías de Beethoven por Thielemann y Barenboim, creo que en ambos casos con la Filarmónica de Viena. Pues bien, no le gustaron las del primero y les encantaron las del segundo, insisto que sin saber de quiénes se trataba. Dicho de otra manera: sus gustos se podrán compartir o no (en mi caso bastante, salvo en lo que a instrumentos originales se refiere, tema en el que la bronca está asegurada), pero lo que está claro es que estos gustos están bastante definidos. Un saludo.
A mí me sigue haciendo gracia -me censuren o no- que se confunda izquierda con progreso. Y también me hace gracia que lo que no sea izquierda (o "progresista", como les gusta llamarse, como si los demás no fueran partidarios del progreso) es facha, reaccionario, totalitario o trasnochado.
ResponderEliminarQué pocos liberales hay en este país. Así nos va en la economía, en las artes y en todo.
Con permiso del propietario de este blog, le doy parte de razón al señor Anónimo: auunque la tradición lleva a denominar como "progresistas" a las ideologías que habitualmente conocemos como "de izquierdas", no necesariamente un gobierno "progresista" conduce hacia el "progreso", entendiendo este último término como el desarrollo económico, social y cultural de un país en su más amplio sentido. También es verdad que un gobierno "de derechas" no tiene por qué no conducir al "progreso", insisto que entendido en ese sentido. Pero al final todo se reduce a una cuestión terminológica.
ResponderEliminarDicho esto, convendrán ustedes conmigo en que el término "liberal" no es menos resbaladizo que el de "progresista". No es lo mismo "liberal" en la Inglaterra de Adam Smith que en la España de la dictadura franquista, o que en los EEUU de los Bush. ¿Verdad?
¿Podría entonces el señor Anónimo explicar qué es para él ser "liberal" en la España de 2010? Por poner ejemplos concretos: ¿es liberal estar en contra del matrimonio homosexual? ¿Es liberal oponerse a una radical separación entre Iglesia y estado? ¿Es liberal dar carta blanca a los grandes empresarios para que hagan y deshagan a su antojo en el mercado laboral sin tener en cuenta los derechos básicos de los trabajadores en lo que a estabilidad y salario se refiere? O pasando al campo de la música, ¿es liberal dejar la cultura en manos privadas, dando pie a que las manifestaciones minoritarias, tales como la música antigua o la contemporánea, o incluso la clásica en su totalidad, queden desatendidas frente al imperio del libre mercado?
Si su respuesta a las anteriores preguntas, sr. Anónimo, es SÍ, entonces es que usted llama "liberal" a lo que yo llamo otra cosa. ¿Me explico?
Fernando, te aseguro que si la obra de Rota se hubiera difundido como debiera, sería considerado uno de los grandes del siglo XX. Yo conozco mejor la obra escrita por Rota para la sala de conciertos, porque compro casi todos los discos que hay editados al respecto (unos 20, aunque hay más:hablo de cd´s, claro). Su obra cinematográfica la conozco en parte, y gracias a las películas, sobre todo. En mi afirmación se combinaban mi amor por Rota y cierta manía que le tengo a Berg, porque casi nunca me emociona su música (ni siquiera "Lulú" y "Wozzeck"). Pero no discuto su grandeza, reconocida por la crítica y, algo menos, por el público. Estoy seguro que a Barenboim le dejan dirigir "Metanoia" en Berlín pero no le dejarían dirigir nada de Rota o Herrmann. Lo mismo pasa con Berg, por lo menos el operístico, está de moda. Su concierto violinístico ya está en repertorio, por cierto. De Rota, se ha tocado muchas veces la suite del ballet "La strada" y su "ópera bufa" ha sido grabada y fimada con Flórez y Campanella (la produccón era de Pizzi, creo, en La Scala). Creo que es lo único de Rota filmado (no sé si está en dvd, yo la vi en Mezzo). De Wozzeck o Lulú habrá 20 ediciones en dvd de cada una. Y a mi me gustaría que en vez de tanto Berg, hubiera algo de Rota, que tiene varias óperas: La visita meravigliosa, Ariodante, Torquemada, I due timidi, La notte di un nevrastenico, Aladino e la lampada magica. No puedo hablar de primera mano, porque no las he escuchado, pero según el libro "Nino Rota, la imagen de la música", de José María Latorre, algunas de ellas son magistrales y todas merecen grabación discográfica e incluso videográfica. I due timidi y La notte di un nevrastenico sé que están en cd (a un precio vergonzoso, por certo, por lo caro). De las que he escuchado, "El sombrero de paja de Florencia" es una obra maestra y "Lo scoiatolo in gamba" una deliciosa fábula musical (dura media hora). De Herrmann no hablo, porque aunque me parece un genio, lo considero algo inferior a Rota (pero su ópera "Cumbres borrascosas" merece más atención que el desprecio y olvido que sufre). Puede que Herrmann no esté al nivel de Berg, pero no desmerece al lado de Barber, Copland y Bernstein (me refiero a Leonard, no a Elmer, que tb es grandísimo, por cierto). Bueno, perdón por este exordio, pero es que estoy en contra de que se consolide un repertorio de obras maestras(siempre las mismas) y no se descubran obras olvidadas de grandísima calidad (como la sinfonía de Moeran o las de Alwyn y Stanford, muchas obras de Malcolm Arnold, Casella, Martucci, Pizzeti, Malipiero, Sabuo Moroi, etc., etc. todas ellas editadas, en muy buenas versiones, por Naxos).
ResponderEliminarAl final, Eugenio, la nieve me ha impedido escuchar hoy viernes el Concierto para trombón de Rota. Sigo pensando que Nino no es uno de los verdaderamente grandes, por mucho que se empeñe Latorre, cuyo magnífico libro, por cierto, devoré hace años en cuanto salió al mercado. ¿Conoces el de Carlos Colón sobre Rota-Fellini? Es igualmente admirable. Desde luego que Il Capello es una delicia, como también la producción de Pizzi en la que canta Flórez. A ver si la sacan en DVD.
ResponderEliminarLamento que no te entusiasme Berg. A mí sí me parece un compositor de lo más emocionante. Lo mismo es que no has escuchado interpretaciones realmente buenas. En cualquier caso no es tema para seguir tratándolo en este blog, cuyo dueño debe de estar ya un poco harto de que nos hayamos desviado tanto de lo que se hablaba en la entrada original. Mil perdones a él, y un cordial saludo.
Perdón a Ángel, ya te comentaré en tu blog más cosas sobre Rota. Por cierto, si Latorre reescribiera hoy el libro sobre Rota sería mucho mejor, porque conoce mucha más música suya.
ResponderEliminarD. Eugenio: conozco de Rota no mucho más que cualquier buen aficionado, y la mayoría de lo que conozco me gusta mucho. No pongo en duda que pueda ser un compositor mucho más importante de lo que se suele creer. Pero no le oculto que me incomoda que para exaltar a Rota trate usted de echar por tierra a, para mí sin duda alguna, uno de los mayores compositores del siglo XX, Alban Berg.
ResponderEliminarNo lo echo por tierra, reconozco que es un gran compositor (aunque a mi no me guste), lo que pasa es que Berg, un compositor de obra mucho menos amplia que Rota, ha sido mucho más grabado que el italiano, en una proporción seeguramente abusiva. De hecho, te pueden gustar los dos. El mismo José María Latorre, gran conocedor de Rota, me consta que admira muchísimo a Berg (Latorre ha sido crítico musical en la revista CD COMPACT durante muchos años).
ResponderEliminarAlberto Ayas Linde:
ResponderEliminarYo soy seguidor de Ángel Carrascosa en la revista RITMO desde hace más de veinte años. Por lo general confío siempre en sus juicios antes de comprar discos. Y mi admiración por él en este aspecto no va a cambiar por las ideas políticas que pueda tener.
Respondiendo a FLV-M, para mí ser liberal es simplemente la defensa de la libertad de las personas a todos los niveles, lo cual incluye la completa libertad sexual y religiosa, la total separación entre Iglesia y Estado, la eliminación o drástica reducción de las subvenciones (¿por qué un aficionado a Bisbal tiene que pagarme mis conciertos de Bach si yo no pago los suyos?), la existencia de un Estado de Bienestar sostenible y proporcional al nivel de producción nacional, y de una legislación laboral flexible que maximice la productividad, sin que ello suponga pisotear los derechos de los trabajadores, la liberalización y privatización al máximo de los servicios sin desatender, por supuesto, a quien no pueda pagarlos, etc.
ResponderEliminarDicho esto, quiero pedir disculpas a Ángel Carrascosa por fastidiar un poco su blog con una conversación política. Reconozco que entré de forma un poco socarrona, pero sin intención de molestar, si no de echar un poquito de sal al blog. Esta es mi tercera y última intervención (salvo que alguien quiera que le aclare algo) en esta conversación.
Saludos a tod@s.