Enrico Pace
En mi opinión, no existe una sola grabación del ciclo de estas Sonatas de Beethoven que sea verdaderamente extraordinaria. Incluso las combinaciones de solistas más prometedoras, por algún motivo, no han terminado de convencer: el gran David Oistrakh no estuvo del todo inspirado (ni parece que Beethoven fuese su autor: compárese sus grabaciones del Concierto de éste con sus impresionantes Brahms), y además el técnicamente perfecto Lev Oborin no fue, ni mucho menos, su igual (Philips 1964); tampoco Yehudi Menuhin y Wilhelm Kempff (D.G. 1970), porque el genial violinista ya no estaba en su mejor momento, porque el pianista alemán no es tan grande como algunos pretenden (o pretendían) y además porque la grabación resultaba extrañamente artificial; ni Pinchas Zukerman y Daniel Barenboim (EMI 1973), porque el gran violinista estuvo un poco dulzón, e incluso Barenboim algo por debajo de sus restantes ciclos beethovenianos (las 32 Sonatas o los 5 Conciertos); Itzhak Perlman y Vladimir Ashkenazy (Decca 1974-77), más irreprochables que de veras inspirados; Zukerman en declive musical junto a un algo gris Marc Neikrug (RCA 1992)...
Por no hablar de un Gidon Kremer estrafalario junto a una Martha Argerich poco beethoveniana (D.G. 1997); o de Anne-Sophie Mutter caprichosa y tendente a la frivolidad al lado de un pianista, Lambert Orkis, insuficiente (D.G. 1998). (Ante esta situación, es una pena que Teldec no continuase con la tan prometedora serie iniciada con las dos Sonatas más famosas, la “Primavera” y la “Kreutzer”, tras las magníficas interpretaciones de Maxim Vengerov, con Itamar Golan y Alexander Markovich en 1992).
Pues bien, este nuevo ciclo que ahora lanza Decca tampoco alcanza, ni de lejos, ese rotundo logro tan anhelado por los melómanos: lástima, otra ocasión perdida. Leonidas Kavakos (Atenas, 1967) es un instrumentista de primer orden, uno de los más dotados de una generación abundante en grandes talentos. Creo, en todo caso, que no está suficientemente preparado en lo musical para afrontar este gran reto. Pero lo que me ha parecido más desafortunado de este proyecto ha sido la elección del pianista Enrico Pace, que dista bastante de dar la talla. La verdad, deberían haber pasado hace mucho los tiempos en que un violinista de gran renombre era acompañado por un pianista menor: eso puede funcionar en una pieza de Wieniawski, pero de ninguna manera en una Sonata de Beethoven, de Brahms, de Franck o de Bartók.
Las primeras Sonatas, rapiditas y livianas (al pianista parece que las teclas le queman los dedos), están hechas mirando mucho más hacia atrás que hacia delante; la Quinta, “Primavera”, es avara en poesía; la Séptima, en fuerza y dramatismo. Las que parecen tomarse más a pecho son la famosa “Kreutzer” y la Décima, si bien no entusiasman todo el tiempo.
Una pequeña actualización. Isabelle Faust/Alexander Melnikov (Harmonia Mundi): extraordinaria. Alina Ibragimova/Cédric Tiberghien (Wigmore Hall Live): sensacional.
ResponderEliminar¿Grumiaux-Haskil? (Philips 1956-)57
ResponderEliminar¿Francescatti-Casadesus? (Sony Essential Classics 1958)
Desconozco las versiones de Faust/Melnikov (pero la verdad es que promete) y la de Ibragimova/Tiberghien (desconozco a esa violinista).
ResponderEliminarEn cuanto a Grumiaux/Haskil: admiro mucho al violinista belga, y bastante a la pianista rumano-suiza, pero su grabación me resulta decepcionante, aparte de sonar francamente mal.
Y la de Francescatti/Casadesus me gustaba (hace tiempo que no la escucho) bastante poco, me parecía francamente endeble.
¿Para cuándo una grabación de Nikolaj Znaider o de Janine Jansen con algún pianista de gran clase con el que se entiendan bien?...
Pues Faust/Melnikov e Ibragimova/Tiberghien son de conocimiento obligatorio para emitir juicios de conjunto sobre la discografía de estas obras. ¡Que estamos en el siglo XXI! Ibragimova cuenta con una discografía más que notable en Hyperion, con una grabación sensacional de las Sonatas y Partitas de Bach (nada menos) e integrales para violín y piano modélicas de Ravel y, sobre todo, Szymanowski (también con Tiberghien), por ejemplo.
ResponderEliminarMe permito suavizar su comentario ya que supongo que al Sr. Carrascosa le da pudor. Y asimismo espero que no se moleste por una defensa que no solicita, ni, en el fondo, necesita.
ResponderEliminarEsto es un blog abierto y no se le pueden pedir obligatoriedades a nadie. El Sr. Carrascosa hace bien comentando las grabaciones que conoce. Y Ud. también sugiriendo sus alternativas.
Nadie es capaz de conocer toda la discografía producida. Por limitación de tiempo y, posiblemente, de dinero.
Porque sería muy restrictivo no emitir cualquier juicio por no conocer TODAS las versiones. ¿Se podría en este supuesto enjuiciar la 5ª de Mahler, ejemplo representativo, sin conocer la versión de Kondrachin?. ¿Y la de Faberman?. ¿Y la de Abravanel?. ¿Además la de Rudolf Schwarz? Etc. . Y se puede seguir. Luego las sonatas de piano de Beethoven. ¿Alguno ha oído las de Annie Fisher? ¿del Pueyo? ¿Goode?
Muchas gracias, Bruno.
ResponderEliminarCreo que lleva usted razón, pero me parece que no era a mí a quien correspondía defenderse (o justificarse).