Antología Schubert por Goerne
El pasado sábado 22 de octubre
el diario El País publicaba dos artículos de Luis Gago: un espléndido comentario
sobre el álbum lanzado por Harmonia Mundi con los lieder de Schubert grabados por el barítono Matthias Goerne y
varios pianistas: una recopilación de 12 CDs de extraordinario interés, acaso
la antología más destacada existente en discos desde la grabación íntegra
llevada a cabo entre 1966 y 1972 por Dietrich Fischer-Dieskau y el pianista
Gerald Moore para DG. Un artículo breve, pero modélico, que rebosa conocimiento
del asunto tratado y que a la vez lo explica con sencillez, claridad y acierto
a quienes no lo conozcan a fondo. Se trata, además, de un artículo muy oportuno,
pues es un legado musical de enorme trascendencia que, por desgracia, es poco
conocido incluso por personas de buena cultura (ya sabemos que la cultura
musical en España suele ser muy inferior a los conocimientos sobre otros
ámbitos artísticos).
La Norma del Teatro Real
El otro artículo es una
crítica sobre el estreno de la ópera Norma
de Bellini, generalmente considerada la cima del bel canto, en el Teatro Real.
Sin embargo el mismo comentarista dista mucho de mostrar el mismo grado de
conocimiento y de ecuanimidad en este otro terreno. Aparte de citar a Verdi
juzgando las luces (grandes) y las sombras (menores) de Bellini, resulta
extraño que no cite a Wagner, que también elogió vivamente esta ópera; y parece
claro que tiene mayor mérito una opinión de alguien muy lejano a él, antes que
la de un continuador y compatriota de Bellini. Gago juzga muy escuetamente -evidente
inseguridad sobre sus propias opiniones- a los cantantes que encarnaron los
tres principales papeles de la ópera en Madrid, y hace una apretada lista de
las principales Normas desde el estreno (1831) por Giuditta Pasta.
Y aquí sucumbe a varios
tópicos fuertemente afianzados: entre ellas destaca a Maria Callas.¡Qué bien se
queda citándola como la más grande, qué políticamente correcto es! Según Gago,
Callas "prendía fuego en cada nota". Pero alguien que conozca bien el
bel canto en general, en particular el maravilloso y fascinante personaje de la
sacerdotisa (y no sea, claro, un ciego fan de tal o cual cantante) no podrá
dejar de poner serias pegas a la famosa soprano greco-norteamericana, por mucho
que para muchos de esos fans dudar de que la Callas ha sido la más grande en
todo lo que cantó sea un pecado de imposible perdón. Las carencias de la Callas
como Norma se aprecian visiblemente en cualquiera de sus dos grabaciones (1954
y 1960) de la ópera completa. Es cierto que su interpretación es intensa y muy
dramática. Pero no cuida por igual, ni mucho menos, varios de los aspectos del
complejo personaje: así, apenas hay lugar para la ternura, para la añoranza del
amor que le tenía Pollione. Es muy vengativa, tanto que aproxima Norma a Medea
(la de Cherubini, uno de sus mayores éxitos).
Y, curiosamente, Gago no cita
entre las grandes Normas a Montserrat Caballé, seguramente la Norma más completa
y admirable desde que existen discos. La soprano catalana -a la que es
frecuente ignorar o menospreciar precisamente en España- posee la autoridad y
el fuerte temperamento que demanda Norma, pero también, y en grado sumo, esos
otros aspectos que deja de lado su admirada Callas (la cual, por cierto,
también admiraba en extremo a la catalana). Hay algo más: aunque la belleza de
timbre es cuestión subjetiva, será fácil aceptar la tremenda superioridad de
Caballé, así como de su técnica, su capacidad para el canto legato, para la graduación de
intensidades, incluyendo su incomparable pianissimo.
En cambio, la voz de Callas,
algo desabrida y hasta agria por naturaleza, no es desde luego la ideal para el
bel canto, como su propio nombre indica. Por no hablar de su fuerte trémolo,
sobre todo en su segunda grabación. Finalmente, creo que Callas cae en algún
momento en excesos veristas, más propios para Tosca o para la Santuzza de Cavalleria rusticana (dos, por cierto,
de sus mayores logros). Se ha dicho muchas veces, sobre todo entre nosotros los
españoles -aquí abundan los antacaballistas
furibundos- que Caballé es autocomplaciente con su voz, lo que puede ser cierto
en algunas ocasiones, pero no precisamente en sus Normas, tanto en la grabación
de estudio para RCA (1972) como en su famosa representación en el Teatro Romano
de Orange (1974, DVD Hardy), en las que su perfección y su derroche de
musicalidad son apabullantes. Cualquier melómano sin prejuicios lo reconocerá
sin la menor duda. Tengo su súplica al padre ("Deh, non volerli
vittime") en esta última como el summun de la interpretación
belcantística, pues aúna la máxima belleza vocal y canora con una intensidad
expresiva conmovedora hasta el límite.
Gago termina la crítica
añorando a la soprano del tercer reparto, Mariella Devia (que cantará solo la
función del 30 de octubre). Esta ha sido una gran cantante, especialmente
centrada, sí, en el bel canto, pero el crítico debería imaginar que Norma dista
de ser un papel adecuado a su voz, en exceso lírica. (No he visto, ni creo que
asista a ninguna función de estas Normas en el Real, pero me parece que Gago sí
puede que lleve mucha razón en su descalificación de la escena, debida a Davide
Livermore, pues a este señor le he sufrido una de las puestas en escena más
ridículas, feas y grotescas que he visto en mi vida: la de su DVD con L'italiana in Algeri).
Me va usted a perdonar, pero en la agilidad di forza, Callas superaba a Caballé y eso es fundamental en el personaje de Norma. Los números más dramáticos son de Callas, pero además no es cierto que descuide los pasajes líricos (ahí está el logro de "Dormono entrambi", con su ensimismado hilo de voz). Como tampoco es cierto que el timbre de Callas la descalifique para este personaje, que no tiene nada de angelical. Esta es una vieja cantinela. Lo importante en belcanto es lo que se hace con la voz y la Callas convertía la suya en una gran actriz trágica. Saludos.
ResponderEliminarPor supuesto que la fuerza de Callas es mayor como drammatica d'agilità. No he quedido decir que descuide los pasajes líricos, pero insisto en que las peculiaridaes de su voz y de su técnica no le ayudan. Su timbre no la "descalifica", pero sí le complica las cosas. "Lo importante en el bel canto... en una gran actriz trágica": suscribo por completo esa frase suya. Ahí está su Medea de Cherubini. Mucho más que sus Normas.
Eliminar¿Cuál es el problema de la técnica de Callas en las Normas de los años 50? Insisto, junto al acero de las agilidades y los ataques di forza, escuchamos sonidos casi de soprano lírica, y una gama dinámica que poco le tiene que envidiar a Caballé. En “Mira, o Norma” en la función de La Scala, junto a Simionato, por ejemplo. ¿Qué pegas se le puede poner al canto a media voz, a esos sonidos flotados? Por no hablar del legato impecable, que es lo que distingue al cantante belcantista. Además reiterando que Norma no es Amina y por tanto no se le puede pedir el mismo sonido cristalino.
ResponderEliminarSí, Callas fue una gran artista, pero no estoy de acuerdo en que su técnica fuera de primera categoría, o tal vez la propia naturaleza le impedía domeñar por completo su caudal vocal. Las irregularidades en el legato son evidentes, las asperezas, el prematuro trémolo, la imposibilidad de apianar en el registro agudo... En cualquier caso, no conozco esa Norma con la Simionato. Pero es cierto que su arte le podía hacer superar esas limitaciones incluso en papeles líricos belcantistas, como en su Sonámbula en directo con Bernstein.
EliminarEstimado Gino. No te esfuerces. No vale la pena, te lo aseguro. Callas fue la más grande, aunque muchos se empeñen en minimizar sus logros. Ya no solo la cantidad de disparates que se suelen decir sobre su técnica, sino el desconocimiento total de lo que consiguió en los años en los que ella pisó los escenarios.
EliminarGino: Ya ves. Ha hablado Roma, luego no hay nada más que discutir, la cuestión queda definitivamente cerrada. La Callas es siempre la más grande. Ya está. Punto final. SOFÍA.
EliminarEn definitiva, que lo de la "tremenda superioridad de Caballé, así como de su técnica, su capacidad para el canto legato, para la graduación de intensidades, incluyendo su incomparable pianissimo" es una opinión, con todos mis respetos, muy muy minoritaria y con poca base.
ResponderEliminarEsa es su opinión, muy respetable, pero no es la mía.
Eliminar¿Cómo puede decir que no cita a Wagner? http://cultura.elpais.com/cultura/2016/10/21/actualidad/1477037522_959707.html
ResponderEliminarHasta Richard Wagner, que la dirigió en sus años de aprendiz en Riga, conservó inalterable durante toda su vida el amor incondicional por Norma, “de entre todas las creaciones de Bellini, la más rica en el modo profundamente realista en que la verdadera melodía se une con la íntima pasión”.
Me parece que la referencia a Wagner viene solo en la versión de internet; en el periódico en papel debieron de abreviarlo algo, pues creo que no se hablaba de él.
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