Tres Sinfonías de Beethoven

 

Quinta y Séptima por Manfred Honeck

Recientemente han llegado a mi poder unas interpretaciones de Sinfonías de Beethoven que me parecieron de interés. Unas han resultado serlo merecedoras de poco y otra de mucho, como expongo a continuación. El CD del sello "Reference Recordings" (¡qué modestos!) con la 5ª y la 7ª por quien fue uno de los concertinos de la Filarmónica de Viena (su hermano Rainer sigue siéndolo). Nacido en 1958, Manfred Honeck es director de la Sinfónica de Pittsburgh, con la que al parecer está grabando las 9 Sinfonías. 

Despertó mi curiosidad por escuchar alguna de estas un crítico musical, creo que bastante despistado, al que había leído que Honeck proponía una cuarta vía en la forma de abordar estas obras entre Furtwängler y Toscanini, entre Karajan, Carlos Kleiber y Harnoncourt (esos eran directores los que citaba, olvidándose de Klemperer, de Böhm, de Solti, de Bernstein, de Barenboim... todos estos muy superiores beethovenianos a los puestos como ejemplo, con la evidente excepción de Furtwängler). 

Pues bien, nada de cuartas, quintas o sextas vías. Si acaso, una vía sin numerar, pero más bien muerta, a juzgar por esta caprichosa Quinta, cada uno de cuyos movimientos parece un cosido mal enhebrado a base de numerosos retazos (a veces cada retazo es una breve frase). Una versión carente de continuidad y de unidad, totalmente a ignorar, que además no suena a Beethoven ni por el forro (la Orquesta, espléndida en la época de William Steinberg, quien grabó precisamente a principios de los 70 para el sello Command Classics unas notables 9 Sinfonías de Beethoven, tampoco ayuda). Lo curioso es que la Séptima que completa el disco es apreciablemente mejor, bastante sensata incluso, aunque nada tiene de aportación ni de novedosa, y distando de situarse entre las mejores.

Novena por Solti en los Proms de 1986

Sin embargo, he visto y escuchado un vídeo en que Sir Georg Solti dirigió a la London Philharmonic en el Royal Albert Hall una Novena de primera magnitud. Sus dos grabaciones de audio, ambas con la Sinfónica de Chicago, fueron publicadas en 1972 y 1987. Esta última fue grabada al parecer en septiembre de 1986, o sea poco después del concierto londinense con la LPO, y ambas se parecen bastante, incluso en duraciones: la de Londres es levemente más lenta, lo que puede ser debido a las grandes dimensiones de la sala, y la del disco está mejor cantada por los solistas y por el coro. 

Los tres primeros movimientos son de lo mejor que he escuchado nunca. Denso, intenso, profundo, grave, dramático y poderoso el primero, incisivo y clarísimo el scherzo, hermosísimo el Adagio. Es la de este una de las interpretaciones más intensas y abiertamente románticas que recuerdo; lejos de ser interiorizado y meditativo, es tremendamente extrovertido y de expresividad casi voluptuosa. Magnífica la orquesta, que pocos, muy pocos, han logrado hacer sonar tan rematadamente bien y, en este caso, tan beethoveniana. 

En mi opinión el finale es, en las tres versiones que conozco de Solti, el movimiento menos logrado -dentro, por supuesto, de un alto nivel-. Para mi gusto, algún pasaje carece de la debida calma y además hay una tendencia a hacer cantar al coro -una enorme y bien compactada masa formada por los BBC Singers, las London Voices y el Coro de la Ópera Nacional de Gales- en exceso fuerte. Eso mismo le ocurre a la suntuosa Jessye Norman: su primera intervención está cantada a toda voz, con propósitos seguramente efectistas; por suerte, en la decisiva intervención final está admirablemente contenida. Muy bien la mezzo Sarah Walker en el papel, como se sabe, menos lucido del cuarteto. Tanto el tenor Reiner Goldberg -solo ligeramente apurado- como el bajo Hans Sotin tienden también a cantar a pleno pulmón, sin matizar ni procurar toda la expresividad deseable. 

Es una lástima que este documento no haya sido comercializado en DVD por la BBC, entidad que sigue cometiendo el imperdonable y multirreincidente pecado de no haber publicado las 9 Sinfonías de Beethoven filmadas que Klemperer dirigió en el Royal Festival Hall el año 1970.