Opiniones de aquí y allá sobre música clásica, muchas veces a contracorriente, para que conozcan lo que opino algunos más que los amigos con los que me comunico directamente.
miércoles, 8 de octubre de 2014
Asombroso “Falstaff” de Elgar en el Concierto de Europa 2014
El Concierto de Europa del 1º de mayo ha tenido lugar este año en la Philharmonie de Berlín. Editado en DVD y Blu-ray por EuroArts, el DVD también suena muy bien, pero la imagen es bastante menos buena que la del Blu-ray. La primera parte estuvo dedicada al personaje shakespeariano de Falstaff en dos visiones tremendamente diferentes: la primera representada por la obertura de Las alegres comadres de Windsor de Otto Nicolai. Barenboim la había grabado en audio para D.G. en 1979 con la Sinfónica de Chicago y la filmó para Arthaus en 1997 con la Staatskapelle Berlin. Ahora hace una versión menos orientada hacia lo puramente sinfónico que aquélla y más depurada que la siguiente. La de 2014 es una verdadera delicia por su espíritu risueño, su fino humor, su vivacidad y su elegancia; es curioso, pero la cuerda de la Filarmónica de Berlín suena un poco como si fuera la de Viena (más adecuada para esta música, y no sólo porque su autor fuera el fundador oficial de la maravillosa Orquesta austríaca).
Falstaff de Elgar, “estudio sinfónico” de 1913 (dos años, pues, posterior a su Segunda Sinfonía), era para su autor su mejor obra. Se trata de un gran poema sinfónico (aquí dura 36 minutos) de complejidad extrema, magníficamente orquestado y que tiene puntos en común con el Till straussiano. Se trata de una obra maestra extraordinaria que sin embargo no es precisamente fácil de escuchar. Barenboim la grabó en 1976 para Sony con la London Philharmonic, una excelente versión que queda eclipsada por ésta: se trata de una de esas raras veces en las que tenemos la sensación de que no se puede hacer mejor, tal es el grado de comprensión hasta en los menores detalles, por el sentido que cobra cada frase, por la multiplicidad de estados de ánimo que describe, por la fluidez, la aparente espontaneidad y la enorme plasticidad con que discurre ante nuestros ojos y oídos. El sentido del humor con que es visto el personaje del gordinflón que se cree un seductor es muy acusado, como también la ternura que merece poco antes de su muerte.
Pese al altísimo standard al que nos tiene acostumbrados la Filarmónica de Berlín, esta ejecución se eleva hasta niveles sencillamente pasmosos. Creo que se trata, de lejos, de la interpretación más asombrosa que haya escuchado (y entre ellas hay maravillas como las de Barbirolli/Hallé, EMI 1964 y, más aún, Solti/London Philharmonic, Decca 1980). Por cierto, llama la atención que la Orquesta Filarmónica de Berlín sólo haya tocado Falstaff de Elgar en dos ocasiones: en 1996 y en 2014, ambas dirigidas por el de Buenos Aires. Quien, por cierto, la dirige, como el resto del programa, ¡de memoria!
La Quinta Sinfonía de Tchaikovsky que ocupaba la segunda parte es una obra que ya había grabado Barenboim en dos ocasiones: en 1995 con la Sinfónica de Chicago en estudio para Teldec (CD) y en 2004 en público en Ginebra con la West-Eastern Divan Orchestra (CD y DVD Warner): la primera es una correcta versión que no apasiona, mientras la segunda convence bastante más. Pero esta tercera supera con creces a ambas. Lejos de todo tremendismo o exhibición exterior (a las que tanto se presta la brillante partitura), Barenboim modela una versión de libro, uno de sus grandes logros en Tchaikovsky (autor en el que posee más y mayores aciertos de lo que parece a primera vista, desde el Primer Concierto, tocando o dirigiendo, a Cascanueces y El lago de los cisnes, pasando por Romeo y Francesca o Eugenio Oneguin). Impresiona, desde la sobrecogedora introducción, por la profundidad y la veracidad con que ahonda en el particular universo del compositor, desentrañando sus más recónditos sentimientos. La cantabilidad de las hermosísimas melodías es embriagadora, el sentido trágico conmueve, la sensualidad es patente, y aporta momentos de especial magia. La claridad instrumental es llamativa, y formidable la ejecución. El éxito fue abrumador. Con esta versión completa Barenboim la trilogía sinfónica final tchaikovskiana en tres interpretaciones de primer orden: la Cuarta con la Sinfónica de Chicago (Teldec 1997), esta Quinta y la “Patética” con la Orquesta del Diván en Salzburgo 2007 (DVD y Blu-ray C Major).
El concierto se completa con una breve entrevista de diez minutos hecha a Barenboim en el intermedio; hablada en alemán, se acompaña de subtítulos en inglés y francés. La atenta realización, a cargo de Henning Kasten, está en los niveles de las mejores publicaciones actuales, o sea a pedir de boca.
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