De clavecinista
Cuando se publicó, allá por 1982, la estupenda versión
de Le nozze di Figaro dirigida por
Solti, hubo un aspecto (otro más) de esta interpretación que me gustó muy
especialmente: el clavecín continuo. Miré en el libreto (de los LPs) y me
encontré con que, inusualmente, figuraba el nombre de quien lo tocaba: un tal
Jeffrey Tate, del que apenas había oído hablar como director. También descubrí
que, en grabaciones anteriores, ya se había hecho cargo, igualmente con gran pericia
e imaginación, del clave y el órgano continuo en buena parte de las Obras
corales sacras de Vivaldi grabadas entre 1974 y 1990 por Vittorio Negri para
Philips.
Pero pronto el nombre de Tate empezaría a sonarme
empuñando la batuta, y muy para bien: estaba grabando para EMI, al frente nada
menos que de la English Chamber Orchestra, las Sinfonías de Mozart. Con tal éxito que acabarían siendo todas las
Sinfonías del salzburgués. Muchas de ellas fueron y siguen siendo versiones
referenciales. Luego abordó la grabación, también con la ECO pero ahora para
Philips (1986-1992), de todos los Conciertos
para piano de Mozart con Mitsuko Uchida. En mi opinión -y me consta que no
es la única- solo Böhm y Barenboim han llegado a tal altura conduciendo estas
obras.
...a director
Nacido en Salisbury el 28 de abril de 1943, no le
faltaron precisamente buenos maestros de los que aprender dirección, pues fue
asistente en el Covent Garden londinense de Solti, de Colin Davis, de John
Pritchard y de Rudolf Kempe, así como más tarde de Karajan en Salzburgo, de
Levine en el Met y de Boulez en Bayreuth y en París. En 1983 llegaba al
principal escenario neoyorkino para dirigir Don
Giovanni y al año siguiente a París y a Londres para Ariadne auf Naxos. En 1985 Henze le encomendó el estreno en
Salzburgo de su reelaboración de El
retorno de Ulises de Monteverdi (grabado por el sello Orfeo). La English
Chamber Orchestra, que nunca había nombrado un director titular, lo elegía para
este cargo en 1985. El año siguiente se hace cargo de la dirección musical del
Covent Garden y en 1989 de la Filarmónica de Rotterdam. Tareas y funciones
obtenidas pese a las graves secuelas producidas por la espina bífida, que le
fueron encorvando cada vez más la espalda, hasta obligarle a dirigir sentado y
costándole cada vez más esfuerzo mantener erguida la cabeza. Tampoco le afectó,
por suerte, haber sido uno de los primeros músicos muy conocidos en haber hecho
pública su homosexualidad.
Muy instructiva esta semblanza. Gracias.
ResponderEliminarMenciona de pasada a Jirí Belohlávek... ¿Tiene pensado hacer una reseña? También creo que ha sido un director injustamente apartado del podio de los grandes.
ResponderEliminarGracias por este apunte de Tate.
La verdad, no me importaría hacerlo, pero para ser sincero no conozco bien su discografía. Le escuché en el Real una ópera de Janácek que me gustó mucho, y en disco le conozco poco más que sus estupendos Dvorák: las 9 Sinfonías, los 3 Conciertos, las Danzas eslavas y el Stabat Mater. También he oído a varios amigos elogiar su Tristán en Glyndebourne. Y de él poco más sé. Gracias.
EliminarTiene grabados los conciertos de Beethoven con Paul Lewis al piano. A mí me gustan, a pesar del ímpetu, a veces excesivo, del pianista (Harmonia Mundi) Y sí, entendió muy bien a Dvorak, pero también me gustaron los conciertos para trompa de Strauss, en una grabación ya antigua (Supraphon) Creo que merece la pena, al menos, escucharlos una vez.
ResponderEliminarGracias y saludos.
No conozco ni sus Conciertos de Beethoven ni los de trompa de Strauss. Creo que usted puede escribir mejor que yo acerca de Belohlávek. Y seguro que a los lectores les vendrá bien saber esto que nos dice. Gracias.
EliminarNo me atrevo a hacer una crítica. Sería una osadía por mi parte. Mi gusto por la música es pura pasión, sin conocimiento musical de ningún tipo.
EliminarSólo apuntar que en los conciertos de Beethoven saca lo mejor de la BBC, quizá algo excesivo en percusión y metales. Tal vez algo necesario para que el ímpetu de Lewis no tape el sonido de la orquesta (sí, ha leído bien) A mí me encantan, son diferentes a todos los que he escuchado. Y en los conciertos de Strauss, especialmente en el primero, logra ese sonido tan "alpino" que caracteriza, sobre todo, al primero.
Sería, en fin, una osadía que yo intentase hacer una crítica. Si alguna vez escucha las grabaciones, y se decide, será un placer conocer su parecer.
Un saludo cordial, gracias.