LAS SONATAS PARA PIANO
Beethoven fue un compositor idolatrado por Schubert, pero al que supo resistirse como creador. Es decir: opino que dominar la música de Beethoven es muy conveniente, pero a la vez que no debe abordarse a Schubert como una prolongación de aquél, pues la personalidad del autor de Rosamunda es muy fuerte, inconfundible, muy diferente de la de su antecesor. En el caso de estas Sonatas, el conocimiento a fondo de la sonata clásica es fundamental, pero teniendo bien presente que Schubert -lo mismo que hizo Beethoven, pero de otra manera- no siempre aplica la forma según las reglas heredadas, sino de modo muy personal, y apasionante por cierto. Estas Sonatas “inauguran un mundo nuevo y permiten formarse una idea de lo que significa realmente el Romanticismo en la música: una original interacción de conmovedoras melodías, riqueza armónica y concisión rítmica que no se ve constreñida por formas excesivamente estrictas, sino que se encuentra sostenida, sin embargo, por una extraordinaria sensibilidad tímbrica y una expresividad inmensa y esencialmente omnipresente”, escribe Detlef Giese.
El tan característico humanismo schubertiano, su dulzura, su inagotable inspiración melódica, no lo son todo en su música. Sus procedimientos son muy suyos y a las abundantes repeticiones temáticas que propone no es fácil (como le pasa a Bruckner) hacerles justicia, comunicarles toda la debida variedad de acentos y expresión. Como decía Federico Sopeña, “si se le interpreta bien, esas repeticiones, tan fatigosas en otros compositores, son en Schubert bienvenidas una y otra vez, nunca cansan: es algo realmente misterioso” (cito de memoria lo que le oí decir en una conferencia).
Un último aspecto importante: tocando estas obras es fácil caer también en la dulzonería, para mí especialmente odiosa. Dulzura y dulzonería o blandura son cosas muy distintas. Además hay pianistas a los que parece darles vértigo emplearse a fondo en la tragedia personal de Schubert, mucho más omnipresente de lo que muchos piensan (sigue pesando mucho el viejo prejuicio de que Schubert es sólo delicioso, encantador). Sviatoslav Richter fue quizá el primer pianista grande que se libró por completo de este temor; el reputado Alfred Brendel no siempre supo hacerlo (en contra incluso, a veces, de lo que él mismo decía sobre la música: una cosa es explicarlo bien con palabras, como él hacía, y otra bien distinta llevarlo a la práctica tocando). Barenboim lo aplica sin rodeos en, al menos, algunos momentos de todas estas obras: él ha dicho en alguna ocasión que en la música de Schubert se dan a menudo la mano la sonrisa y el dolor; lo pone en práctica con todas las consecuencias, si bien es cierto que en ciertas sonatas predomina abiertamente ese último. Radu Lupu y Elisabeth Leonskaja son otros dos pianistas que han llegado con frecuencia al fondo de Schubert. Hay algunos más, pero que han grabado con menor profusión su música.
D 537 La m (No. 4) (1817)
1970 DG Kempff 07’29+6’07+4’37 7/7
1981 DG Michelangeli 10’03+7’30+4’55 9/8,5
*1981 EuroArts Michelangeli 10’43+8’36+4’53 9/8
1982 Philips Brendel 09’12+8’05+4’41 8/8,5
1994 Decca A.Schiff 11’09+8’17+4’42 9,5/8,5
1902 Philips Uchida 07’31+7’46+4’48 9/9
2013 Arcana Badura-Skoda 11’39+7’36+5’08 7/7
2003 HMundi Planès 10’42+8’03+5’13 8/9
2014 DG Barenboim 07’20+7’02+5’14 10/10
*2017 Medici Barenboim 07’44+7’17+5’11 10/10
D 568 Mi b M (7) (1817)
1970 DG Kempff 10’03+6’04+4’30+8’06 6/7
1993 Decca A.Schiff 09’55+5’26+4’31+9’24 6,5/8,5
1994 Teldec Leonskaja 09’52+7’33+4’33+9’38 9/9
2001 Philips Uchida 09’33+7’21+5’01+9’14 8/9
2002 Naxos Jandó 10’04+5’49+4’18+7’04 7/8,5
2013 Arcana Badura-Skoda 09’31+6’23+3’51+7’14 6/7
2014 DG Barenboim 09’39+5’27+5’05+9’30 10/10
*2017 Medici Barenboim 07’05+5’42+5’10+6’35 9/10
D 575 Si M (9) (1817)
1970 DG Kempff 8’00+5’42+5’33+5’32 6/7
1979 JVC S.Richter 8’04+5’15+6’09+4’27 9/8
1979 Philips S.Richter 7’49+5’41+6’24+3’59 8,5/8
1993 Decca A.Schiff 8’41+5’20+5’25+5’29 7,5/8,5
1999 Philips Uchida 8’01+6’00+6’23+5’39 9/9
2003 HMundi Planès 8’29+5’52+5’19+5’34 8/9
2013 Arcana Badura-Skoda 8’02+5’14+4’44+5’18 6/7
2014 DG Barenboim 7’56+5’40+6’22+6’05 9,5/10
*2017 Medici Barenboim 5’38+5’46+6’02+3’40 10/10
D 664 La M (13) (1819 o 1825)
1963 EMI S.Richter 11’52+6’28+6’34 9,5/7,5
1967 DG Kempff 10’39+4’32+5’19 7/7
1967 Decca Ashkenazy 10’35+4’55+6’24 7,5/7,5
1971 RCA Badura-Skoda 07’10+4’15+7’54 6/7
1975 Decca Cherkassky 06’51+4’32+6’52 5/7
1979 JVC S.Richter 12’08+6’14+6’43 10/8
1981 Philips Arrau 11’30+5’16+8’02 9/8,5
1982 Philips Brendel 12’26+4’23+8’25 8,5/8,5
1992 Erato Bashkirov 10’21+4’43+7’08 7/8
1993 Teldec Leonskaja 12’55+5’39+7’27 8,5/9
1993 Decca A.Schiff 11’01+4’10+8’20 6,5/8,5
1994 Decca Lupu 07’33+5’07+6’51 8/9
2002 Philips Uchida 08’05+4’02+7’14 7,5/9
2003 MDG Leonskaja 13’03+5’18+7’37 9,5/8,5
2014 DG Barenboim 07’18+4’24+7’44 8,5/10
*2017 Medici Barenboim 07’27+4’04+5’30 9/10
2017 HMundi Perianes 07’23+5’33+7’10 8/10
Ayer le pidieron a Amaya Prieto en Música a la carta "L'apprenti sorcier" de Dukas y dijo: "entiendo que se refiere al Aprendiz de brujo", y lo puso. ¡Qué lucidez!.
ResponderEliminarLOZANO ANDALUZ.
Gracias Angel. Como casi siempre, coincido con sus apreciaciones. Yo le cuento que yo no entendía Schubert antes del ciclo de Barenboim de 2014. Quiero decir, sí había escuchado varias de sus sonatas, por ejemplo el ciclo de Uchida y algunas grabaciones de Serkin, y sí me gustaba pero no me “traumatizaba”. Cuando escuché el ciclo de Barenboim fue una absoluta revelación. Es como si Barenboim me hubiera acercado a Schubert, como si me lo hubiera traducido. Además me parecía un Schubert sin lo cursi, tal vez es lo que usted llama dulzonería. Y lo más sorprendente es que luego de ese ciclo pude entender y disfrutar muchos otros, incluído el de Uchida. Es decir Barenboim me reveló Schubert. Hoy estas obras, las sonatas para piano, son de mis obras preferidas de todos los tiempos, y creo que no podría vivir sin ellas. Me encantan hoy en día, aparte de Barenboim, Brendel, Schiff y un poco menos Richter. Bastantes otros pero estos son mis top.
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