Un Bach fallido de David Fray, y otro muy destacado de James Ehnes
Es una empresa muy arriesgada la de abordar las Variaciones Goldberg, y me temo que el destacado pianista que es David Fray (Tarbes, Francia, 1981) no está preparado para salir airoso de tal prueba. El conjunto, con todas las repeticiones, 87’13”, resulta bastante monótono, comenzando ya con un Aria excesivamente morosa y que se vuelve interminable en su reaparición al final, en pianissimo. La encuentro una versión demasiado caprichosa, a menudo rebuscada y ni siquiera impecablemente tocada. Lástima. Un doble CD de Erato (2021) muy bien grabado, pero, a qué negarlo, innecesario.
Mientras tanto, un para mí desconocido James Ehnes (Brandon, Canadá, 1976) sale más que bien parado del no menos arduo reto de grabar la Obra para violín solo de Bach, tocada en un Stradivarius y registrada con ejemplar sonido por el sello Onyx (2021). Técnicamente impecable -lo que ya es mucho decir- es una interpretación que rebosa sensatez, musicalidad y buen gusto. Sin inventar ni descubrir nada, pero honesta a carta cabal, sin la menor extravagancia. Es decir, absolutamente irreprochable. Pero bueno, me temo que de esta interpretación y de este espléndido violinista se hablará menos que de las Patricias Kopatchinskaja, las Linas Tur Bonet o las Amandines Beyer (a esta le acabo de escuchar una atroz Chacona de la Partita No. 2, pero más de un crítico sevillano ha puesto por las nubes una reciente actuación suya con Bach en la capital andaluza. No me extraña gran cosa: ¡son los mismos que detestan a más no poder a Barenboim y que ensalzan a más no poder a Enrico Onofri!).
Elina Garanca y Thielemann en Wagner y Mahler
Deutsche Grammophon acaba de publicar un disco (de muy escasa duración) con actuaciones en público en Salzburgo de los Wesendonck-Lieder de Wagner y los Rückert-Lieder de Mahler, a cargo de la maravillosa mezzosoprano Elina Garanca, una de las voces más bellas de nuestro tiempo, y no solo eso, sino que la letona sabe modularla con arte consumado. Pero, ¿por qué este disco ha distado de entusiasmarme? Es por algo tan difícil (para mí) de explicar como relativamente fácil de apreciar: una falta de sintonía con los estilos, tanto de Wagner como de Mahler. O sea, nada nuevo, pues hay multitud de casos similares en la discografía: canto maravilloso, estilo dudoso, impreciso.
Pero menos me ha convencido la batuta del director que, como-es-casi-el-único-alemán-relevante-hoy ha de ser nada menos, para algunos, que el sucesor de Furtwängler y de Karajan. Pero Thielemann, recientemente destituido de la titularidad de la Staatskapelle de Dresde (y van… Múnich, Bayreuth…), pese a no ser precisamente un extraño a Wagner, sino todo lo contrario (como a Richard Strauss), se limita a dotar de una leve aureola a la voz, restándole todo tipo no ya de protagonismo a la orquesta (nada menos que la Filarmónica de Viena), sino incluso de función musical, lo que resulta irritante, máxime por la afectación con que la trata. Véase, por ejemplo, el levísimo, ingrávido acompañamiento (no es más) tristanesco que le asigna a “Im Treibhaus”. En Mahler sí que anda bastante despistado: pese a la esforzada voz, la batuta no logra dotar de tensión y de la debida progresión hacia el clímax final al maravilloso lied “Um Mitternacht”, que, además, adorna con no pocos horribles portamentos. “Blicke mir nicht in die Lieder” cae en completa irrelevancia, y la monotonía letárgica y el decadentismo cursi y melifluo se adueña de “Ich bin der Welt abhanden gekommen”, (Pero los thielemannianos no tienen que preocuparse: le harán caso a la ditirámbica reseña que el mes próximo aparecerá en al menos una revista española sobre este disco, ya que dirige “el rey del fortissimo”, aunque aquí no ejerza de tal).
Creo que no está de más ofrecer al lector la posibilidad de escuchar la ciaccona por la señora Beyer:
ResponderEliminarhttps://youtu.be/GXI2w1R8LbA
Aprovecho que se refiere a una nueva edición discográfica de las Sonatas y Partitas para violín de J.S.Bach para preguntarle cuál es para usted la interpretación grabada más recomendable. Gracias.
ResponderEliminarROSA.
Mi versión favorita es la de Hilary Hahn comenzada en Sony en 1997 y completada en 2018 en Decca (¡alucinante diferencia de 21 años!).
EliminarMe gustan también mucho Sergey Khachatryan (Naïve 2010), Henryk Szeryng (DG 1968), Shlomo Mintz (DG 1984), Itzhak Perlman (EMI 1988) o Nathan Milstein (DG 1975).
Ángel, me sorprende que entre tus grabaciones preferidas de esas obras de Bach no esté Arthur Grumiaux. Para mí su interpretación es sublime.
ResponderEliminarLlevas razón, su versión debería haberla añadido. También es una de mis favoritas.
EliminarViolinista competente sin duda James Ehnes, con una nada desdeñable interpretación de las Partidas de Bach con su Stradivarius modificado. Respecto a Kopatchinskaja creo que tiene la mejor grabación de la sonata Kreutzer junto a Fazil Say, que haya podido escuchar. Lleva la afinación al límite más absoluto ( tanto que a veces se la va un poco), consiguiendo una interpretación con gran fuerza expresiva. A Lina Tur no la conozco bien, creo que va por derroteros de la interpretación históricamente informada. Respecto a los violines/ cellos Stradivarius, Guarnieri, Amati decir que son instrumentos que "no existen" tal y como se construyeron, ya que fueron sometidos a modificaciones aberrantes para adaptarlos a las exigencias
ResponderEliminarsonoras del Romanticismo. Se les cambiaron clavijeros, volutas, mástiles, puentes,cordales. Sustituyendo las cuerdas de tripa por las metálicas de mayor longitud y tensión, ocasionando un cambio en las dimensiones y fisonomía de dichos instrumentos. Lo único que queda son las cajas de resonancia que en algunos casos fueron sometidas a las oportunas y lamentables modificaciones.
La Kreutzer que a usted le parece la mejor a mí me parece espantosa. Carrascosa, a propósito, le puso un 3.
EliminarLeonardo.
No supone ningún problema no coincidir con su gusto en la apreciación de esta sonata, como tampoco diferir del criterio de don Ángel. Para mí está es la mejor versión que he podido escuchar!.
EliminarMuchas gracias, Ángel, por este "aviso a navegantes". Da en el clavo con Thielemann: se asume que su supuesta pertenencia a la tradición centroeuropea lo convierte automáticamente en heredero de los grandes directores alemanes. Este señor es un muy digno kapellmeister, más cercano a Ferdinand Leitner que a Furtwängler.
ResponderEliminarAl otro lado del espectro hay los directores infravalorados. Es probablemente el caso de Georges Prêtre, de quien recientemente he escuchado versiones excepcionales de obras de Richard Strauss. Siempre me ha extrañado que no gozara de una mayor popularidad, dada su talla (raramente dirigía orquestas de primerísima fila). Supongo que no era suficientemente mediático ¿Conoce usted la causa?
De acuerdo con lo de "kapellmeister".
EliminarEn cuanto a Prêtre, director favorito -por cierto- de Maria Callas, mereció ser más valorado. Ignoro si es que personalmente no se promocionó mucho. Hubo bastantes personas que lo "descubrieron" en el primero de sus dos, magníficos, Conciertos de Año Nuevo en Viena.
Horripilante la versión de la Chacona de Bach por Amandine Beyer. Pésimo sonido con muy mala afinación; es cierto que a los violines barrocos les afecta mucho factores ambientales (temperatura, humedad) en su afinación, pero esto va más allá!. Desde luego tienen un sonido más atractivo, dentro de la interpretación con instrumentos originales, las versiones de Japp Schroder, kuijken o Lucy van Dael, por poner solo tres ejemplos.
ResponderEliminarGracias Angel. Quería preguntarte qué opinas de las recientes grabaciones de las Goldberg por Lang Lang y Hannes Minnaar
ResponderEliminarEscuché solo el Aria y las primeras variaciones de la de Lang y no me convenció gran cosa, pero tendré que escuchar más. Y de Hannes Minnaar no había oído hablar; indagaré.
EliminarMe ha picado la curiosidad y me he escuchado buena parte de las dos versiones por las que me pregunta: en la de Lang Lang me molesta -sí, sé que es una cuestión muy personal- la profusión de ornamentaciones (no escritas por Bach, aunque fuera costumbre de la época introducirlas) que, para mi gusto, desvirtúan la limpia línea de lo escrito. Por otra parte, cae a veces en lo casi frívolo (variaciones 4, 5 o 10).
EliminarEn cuanto al holandés Minnaar (n. 1984) me ha parecido que toca muy bien... como si fuera un clavecín, desentendiéndose de las posibilidades del piano (para eso, mejor tocarlas en el clavecín) y, algo mucho peor, es muy, muy mecánico: como una maquinita de escribir. Espero escucharle cosas mejores a este pianista.
Gracias Angel. De acuerdo con las de Lang Lang. Acabo de terminar de escuchar las de Minnaar, y la verdad me gustaron bastante. Confieso que me dejo llevar por el sonido, pero las disfruté. No detecté lo de la maquinita de escribir, tal vez las primeras me parecieron menos fluidas, pero el resto me gustó mucho. Un saludo desde Bogotá, y muchas gracias por estas páginas
EliminarEstoy disfrutando de la primera grabación de los 24 caprichos de Paganini por James Ehnes. No hay ningún colmo de excitación o electridad en ellas, pero la musicalidad es tremenda, la técnica solidísima y lejísimos queda de muchos mecanografistas de estas partituras, hay mucho buen gusto y emoción. La recomiendo, conseguí la grabación del año '96 del sello Telarc, la más reciente dicen que es mejor aún.
ResponderEliminar¡Vaya sorpresa! Buscaré a ver si encuentro alguna de sus dos grabaciones.
EliminarHe escuchado parte de la grabación de James Ehnes de los 24 Caprichos de Paganini, la de Oehms 2009, y sí, creo que se puede situar entre las mejores. Pero, sinceramente, no veo que sea especialmente creativo, como sí me lo parece Julia Fischer. No sé a qué "mecanografistas" se refiere: seguro que los hay, pero no llamaría así a ninguno de los violinsitas consagrados que han grabado la serie.
EliminarÁngel:
ResponderEliminarNo puedo recordar a qué obra de música clásica pertenece el arreglo que aparece a los 0:11 segundos del siguiente video:
https://www.youtube.com/watch?v=jRwcmPm_C6M
¿Podrías decirme a qué obra pertenece? Muchas gracias.
No la reconozco. Solo lo que más adelante toca el clarinete, un amago del comienzo de la Rapsody in blue de Gershwin.
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