Casi siempre se cita como la cima sinfónica de Mozart la colección de las tres últimas sinfonías, números 39, 40 y 41 (compuestas casi de corrido en entre junio y agosto de 1788), indudable culminación de su arte puramente orquestal. Pero es quizá por motivos cronológicos, pues de haber sido compuesta la No. 38, llamada “Praga”, ese mismo año, y no dos antes, la trilogía se convertiría en tetralogía, ya que es digna de figurar junto a ellas.
Asombra comprobar el progresivo e impresionante avance llevado a cabo por el genio de Salzburgo a lo largo de los 24 años en que se dedicó a este género: una trayectoria meteórica que contrasta con la más pausada de Haydn (quien, sin embargo, y a la postre, nos ha legado un número más elevado de obras maestras en este terreno).
Son varias las sinfonías anteriores a la 38 muy destacadas: la 25, la 28, la 29, la 31 “París” y de la 33 a la 36 “Linz”, pero la que sigue a esta última (la 37 propiamente no existe) es quizá la primera de toda la serie que podríamos denominar capital (pues obra maestra parece que se le podría aplicar a algunas de las precedentes).
A partir de la hermosa Sinfonía No. 25 (1773) son escasas las sinfonías de Mozart en solo tres movimientos: las escuetas Nos. 26 y 32 (en realidad oberturas en tres partes), la No. 31 “París” y la No. 34, si bien a esta última le fue añadido (¿en 1782?) el minueto del que carecía (y que, es curioso, pocas veces se toca, pese a su calidad). La última fue precisamente la K 504, “Praga”.
A diferencia de lo que es habitual en Haydn, en Mozart solo las Sinfonías 36 “Linz”, la 38 y la 39 comienzan con una introducción lenta, indicada “Adagio” en los tres casos. En la que nos ocupa es evidente no solo la solemnidad sino también el patetismo de esta sección de apertura, que en algún aspecto se anticipa a momentos de Don Giovanni. Un carácter afirmativo domina sin embargo el “Allegro”, en el que la destreza de las secciones fugadas -como más tarde en la obertura de La flauta mágica-, las sabias alternancias de los modos mayor y menor y el admirable manejo y administración de los medios orquestales -parejas de oboes, flautas, fagotes, trompas y trompetas, además de los timbales y las cuerdas- son inequívocas señas de identidad del Mozart que había alcanzado su apogeo creativo.
En el “Andante”, introspectivo y con momentos de gran dulzura, e incluso no desprovisto de alguna incursión en el modo menor, las trompetas y los timbales permanecen en silencio. Admira su juego cromático, audaz pero natural, lleno de lógica, nunca gratuito o forzado.
El “Presto” final cita abiertamente un instante de Las bodas de Fígaro, cuando Cherubino ha de saltar por la ventana para no ser sorprendido por el Conde en las estancias de la Condesa. Con una presencia especialmente destacada de las flautas, y también muy modulante, en este movimiento, al igual que en el “Allegro”, es el primer tema el que predomina. Aunque su carácter es mayormente optimista, la sección del desarrollo no carece de tensión dramática.
Concluida el 6 de
diciembre de 1786, fue estrenada unas seis semanas más tarde, el 19 de enero de
1787, bajo la dirección de su autor, en Praga, la ciudad que siete meses antes
había acogido el estreno y poco más tarde reponía entusiasmada Las bodas de Fígaro: la bella ciudad
siempre trató al salzburgués mejor que Viena, la capital en la que vivió sus
últimos años. Mozart no tardaría en sumergirse en la composición de Don Giovanni, otra ópera que también
sería estrenada triunfalmente en la hoy capital checa.
Sinfonía
No. 38, K 504 “Praga” (1786): DISCOGRAFÍA
1949 DG Schmidt-Isserstedt/OFilNDR 11’02+09’22+5’29 6/5
1954 DG Markevitch/OLamoureux 10’17+08’35+5’33 7,5/6
1954 Mercury Kubelik/OSinfChicago 09’49+08’12+5’51 7/6
1955 DG Walter/OFilViena 10’54+09’02+3’48 9,5/6
1958 EMI Karajan/OPhilharmonia 10’17+08’27+5’37 8/6,5
1959 Decca Peter
Maag/OSinfLondres 13’43+14’43+5’28 9/7,5
1960 Sony Walter/OSinfColumbia 10’55+09’05+4’10 8/7
1960 DG Böhm/OFilBerlín 10’22+08’34+6’17 8/7
1962 Philips Jochum/OConcertgebouw 10’51+08’58+7’30 8/6,5
1962 Decca Colin
Davis/EnglishChamber 10’34+09’36+5’57 7,5/7
1963 EMI Klemperer/OPhilharmonia 10’53+08’59+6’00 9/8
1967 EMI Barenboim/EnglishChamber 11’28+10’43+5’39 10/8
1970 Eterna Otmar Suitner/StaatskapelleDresde 11’58+08’48+5’56 6/6
*1971 DG Kubelik/OFilViena 10’28+08’38+4’03 8/7
1972 Decca Britten/EnglishChamber 14’57+11’55+6’00 9,5/8
1973 Philips Krips/OConcertgebouw 12’57+07’40+6’02 8/8,5
1977 DG Karajan/OFilBerlín 10’11+09’02+5’36 7,5/8
*1978 DG Böhm/OFilViena 11’02+09’16+6’22 9,5/8
1979 DG Böhm/OFilViena 13’38+08’49+6’19 9,5/8,5
1981 Sony Kubelik/OSinfRadioBávara 10’58+08’55+5’48 8/8
1981 Warner Harnoncourt/OConcertgebouw 19’25+11’03+7’47 7/8
1982 Decca Hogwood/AcademyAncientMusic 13’05+10’45+7’44 7,5/8,5
1983 Decca Solti/OSinfChicago 10’47+09’00+5’51 9,5/9
1985 Warner Marriner/AcademyStMartin 12’51+12’25+5’44 7/8,5
1985 EMI Tate/EnglishChamber 14’03+14’27+5’50 8/8
1986 DG Bernstein/OFilViena 13’29+09’11+8’41 8/9
1987 DG Levine/OFilViena 17’41+11’30+7’43 6/8
1989 Philips Gardiner/EnglishBaroqueSoloists 17’47+11’41+7’48 7,5/8,5
1989 Philips Brüggen/OSigloXVIII 18’44+10’48+7’50 7,5/9
1990 Erato Menuhin/SinfoniaVarsovia 13’33+10’01+6’10 6/8
1990 Philips Colin Davis/StaatskapelleDresden 13’32+12’38+6’04 8,5/9
1991 Telarc Mackerras/OCámPraga 16’11+10’50+7’22 6/8
1992 EMI Norrington/LondonClassicalPlayers 18’21+10’17+8’10 5/8
1994 Philips Muti/OFilViena 16’39+11’38+7’53 8/8,5
1994 Archiv Pinnock/EnglishConcert 13’07+12’10+7’27 8/8,5
1998 Denon Blomstedt/StaatskapelleDresde 13’49+09’10+6’08 9/9
2007 HMundi Jacobs/OBarrocaFriburgo 15’59+09’53+6’50 6/9
2008 Linn Mackerras/OCámEscocesa 17’43+11’18+7’35 7/8
2008 DG Abbado/OMozart 17’41+11’13+8’09 6/8,5
*2020 Unitel Barenboim/OFilViena 14’12+08’00+5’57 9,5/9
2021 Pentatone Andrew Manze/OFilNDR 18’29+12’12+8’22 7,5/9
2022 Accentus Blomstedt/OGewandhaus 17’52+12’01+8’32 8,5/8
En mi opinión, las
insistentes repeticiones, que se han hecho frecuentes sobre todo en los últimos
años, hasta alargar la Sinfonía hasta los 35 o los casi 40 minutos, no
benefician a la obra. Un hecho que encontramos en grabaciones de varias
Sinfonías de Mozart, no solo en la K 504.
Es curioso; no sueles hablar muy favorablemente de David Hurwitz, sobre todo por sus declaraciones sobre las grabaciones más recientes de Barenboim, pero hay otras muchas cosas que sí compartís, como vuestro escaso interés por la interpretación históricamente informada y vuestra postura común a cuenta de las repeticiones. Hurwitz aplica el asunto sobre todo a obras como la Gran Sinfonía en Do mayor de Schubert (número 8 o 9, como queramos). Él dice que no tiene sentido respetar todas las repeticiones de esa sinfonía, porque si se hiciese eso, el Scherzo alcanzaría una duración desproporcionada… Sospecho que mantendría la misma postura con obras como esta Sinfonía número 38 de Mozart o la Júpiter.
ResponderEliminarEl tema de repeticiones sí o no, en general no me parece claro ni a favor ni en contra, sino que depende mucho de los casos. De entrada, además, no es lo mismo escuchándolas en concierto que en disco. Pero, sobre todo, para mi gusto en algunas sinfonías quedan muy bien y en otras menos bien. A veces pueden equilibrar o desequilibrar el conjunto.
EliminarEn el caso de la "Grande" en Do mayor de Schubert me gustan las repeticiones, que "brucknerizan" un tanto la obra. Salvo precisamente en el scherzo, que puede llegar a resultar en exceso reiterativo. Sus movimientos de gustan a 20', 15', 10' y 15' más o menos; mucho mejor que 20', 15', 15' y 15'.
https://youtu.be/xpIR7XP7BEE?si=wtofF4vzzAQzicEC
ResponderEliminarEsta interpretación de Karajan con la Philarmonia O. en 1958, que en su dia salió en el sello Testament acoplada con una también sensacional Missa Solemnis de Beethoven, me parece gloriosa.
Me gustaria saber su opinión si tuviera tiempo.
Un saludo
Hola, Angel, solo para decirte que el fin de semana estuve viendo a Hrusa haciendo Jenufa en el Covent Garden de Londres y quede impresionado. Creo que es el director joven mas prometedor, mucho mas que Makela y otros que tienen mas marketing. Me parecio impresionante en intensidad, equilibrio, organizacion y autentico amor por esta musica, que el adora. Y al acabar estuvo dandose abrazos con la mitad de la orquesta (estaba en primera fila de patio y lo vi todo) durante un buen rato, con una realmente sentida emocion, la orquesta parecia encantada con el. Era la ultima funcion de Jenufa (primera opera que hacen con el como director titular del teatro). Me sorprendio gratamente, habia un ambiente de confianza y de ganas de hacer cosas juntos realmente bonito. Un saludo
ResponderEliminarTodo lo que le he escuchado a Hrusa me ha gustado; en ocasiones, más que mucho. Pero no tiene a una compañía de discos potente detrás de él haciéndole campañas de marketing.
EliminarComo sí la tiene Klaus Mäkelä con Decca y con un lobby que también ensalza la figura de Yannick Nézet-Séguin, el montrealés de las uñas pintadas. Así como las "empoderadas" Yuja Wang y Khatia Buniatishvili, dos de varias pianistas actuales y muy preocupadas por mostrar infartantes escotes. Los citados son buenos músicos, pero anhelaría menos marketing estelar y más profundidad musical.
EliminarBuenas noches, le recomiendo la escucha de la 38 por Vegh y la Camerata Academica. Se trata de una grabación en vivo editada por Orfeo. De sus últimos años, ya nonagenario, aproximadamente de las mismas fechas en las que grabó sus maravillosas 40 y 41 para Decca. Un cordial saludo y gracias
ResponderEliminarSoy un entusiasta admirador de Sándor Végh como intérprete de Mozart, pero desgraciadamente esa grabación no aparece en Qobuz, y tampoco la encuentro en YouTube.
EliminarComo ya he dicho varias veces en este blog, escucho muy poco Radio Clásica: casi solo en el coche, normalmente en desplazamientos cortos. Rara vez la sintonizo para escuchar algo en concreto, y las veces que lo hago suelo encontrarme con músicas de escasa calidad.
ResponderEliminarEsta vez quiero señalar hoy un par de cosas chocantes con las que me he encontrado hace poco, en sendas escuchas de 10 y 5 minutos: en un programa de música polifónica el comentarista, se supone que un experto y que conoce la pronunciación latina, leyó dos palabras con doble ele, entre ellas Illo Tempore, diciendo Iyo tempore. Sin comentarios.
Y en la otra ocasión a que me refiero, otro comentarista aseguró que el Concierto para violín de Dvorák era cuatro años anterior al de piano del mismo autor. Pero resulta que el de violín data de 1880 (revisado en 1882), mientras el de piano se remonta a 1876. ¡Estamos apañados!
Pues hay que agarrarse cuando se tropiezan en su camino con el ae.
ResponderEliminar¿Qué es el ae?
EliminarRosa rosae.
ResponderEliminarRosa, rosae. Del latín de la juventud lejana,
ResponderEliminarImagino que Bruno se refiere a la grafía latina (p.ej., puellae). Lo cierto es que no hay que ser puristas y pronunciarlo como si estuviéramos en la Roma de Cicerón, sino vulgarizado, que es la que emplea(ba) la Iglesia, para la que se escribieron tantas misas, motetes, etc. A propósito de Radio Clásica, lo que más me fastidia, además de la programación de música de calidad dudosa, es que ya no quedan apenas secciones que emitan las obras completas (salvo conciertos en directo o Grandes ciclos de María del Ser). Cada vez recortan más en música y amplían los comentarios, muchas veces intrascendentes. Por no hablar, y perdón por quienes se sientan ofendidos, de programas de músicas como las de videojuegos...
ResponderEliminarNo cuesta nada pronunciar rosae bien. De vez en cuando es bonito saber algún dicho latino. No digo sobre leer a César o Tito Livio.5 minutos en el bachiller. Sobre todo si hablan por la radio.
ResponderEliminar