Un lector me acaba de escribir esto:
“Hombre, aunque Stravinsky no sea uno de tus favoritos y hablando de discografía, un monumento como La Sinfonía de los Salmos está ausente de la discografía. Si recuerdas alguna, agradecería tu opinión”
No entiendo qué quiere decir con que “está ausente de la
discografía”. He aquí mi contestación:
LA SINFONÍA DE LOS SALMOS, UN STRAVINSKY IMPERECEDERO
Por si algún lector quiere conocer mi opinión al respecto, confieso que Stravinsky no está entre mis compositores favoritos, ni siquiera entre los del siglo XX: hay unos cuantos que me interesan mucho más. Sin embargo, unas pocas obras suyas siempre me han entusiasmado, entre ellas los tres ballets de su primera época, la Historia del soldado y, por encima quizá de todas ellas, la Sinfonía de los Salmos (1930). Conforme él mismo explicó en una carta, “no he hecho una sinfonía con salmos cantados, sino que, por así decirlo, sinfonizo el canto de salmos”. Con una curiosa orquestación que excluye violines y violas, consiste en 5 flautas, 5 oboes, 4 fagotes, 4 trompas, 5 trompetas, 3 trombones, tuba, arpa, dos pianos, timbales, bombo, cellos y contrabajos. El coro mixto es a 4 voces y Stravinsky recomendó que las agudas fuesen infantiles (indicación que sin embargo no suele respetarse). La escritura coral contiene claros ecos de Bach y, más aún, de la arcaica liturgia bizantina, pero la obra suena al tiempo decididamente moderna: una contradicción sabiamente resuelta que confiere a la partitura una gran originalidad y una fuerte impronta. La estructura es también inusual: a un muy breve primer movimiento sobre dos versículos del Salmo 39 (“Escucha, Señor, mi plegaria”) siguen en el segundo tres versos del siguiente Salmo (“Confiado esperé en el Señor y Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor”). El tercer y último movimiento, tan dilatado como los dos anteriores juntos, es el famoso Salmo 150 completo (“Aleluya”), que adquiere un carácter nada grandioso (como, por ejemplo, en Bruckner), sino íntimo y casi tímido, pero hondamente conmovedor (esto último constituye una rareza dentro de su producción), lo que Stravinsky consigue sin el menor rastro de romanticismo o de delectación melódica, sino con milagrosa sencillez. Estamos hablando de una de las composiciones sacras más admirables del siglo XX. Aunque la obra fue encargada por Sergei Kussevitzky para el cincuentenario de la Orquesta Sinfónica de Boston, Ernest Ansermet se adelantó seis días al estreno oficial, ofreciendo la primera audición el 13 de diciembre de ese año en Bruselas.
GRABACIONES SELECCIONADAS:
Coro del English Bach Festival. Orquesta Sinfónica de Londres. Leonard Bernstein (1972). DVD ICA ICAD 5124 (+La consagración de la primavera. Capriccio para piano y orquesta).
Interpretación, filmada en el Royal Albert Hall londinense
el 8 de abril de 1972, difícil de calificar: fascinante como tantas propuestas
del director de Lawrence, pero tal vez discutible por su heterodoxia, ya que
incide sobre todo en los aspectos expresivos, incluso expresionistas, que -pese
a que le pesase al autor- también puede desprender la partitura. Interpretación
que encandila por su intensidad, su teatralidad, incluso su efectismo, pero que
surge sin duda de una sincera convicción. El Salmo 40, muy introspectivo,
alcanza momentos casi aterradores, y el 150 es particularmente tremendista, sin
descuidar la íntima y honda unción. El coro, notable (pero de pronunciación no
muy esmerada), pese a ser enorme, no suena descompensado con respecto al
soberbio contingente orquestal. La toma sonora es bastante buena, mejor que la
imagen, que ha sufrido deterioro en algún punto; en estos casos, el realizador
Humphrey Burton ha optado por mostrar la partitura o imágenes fijas del
director.
Coro y Orquesta Filarmónica de Múnich. Sergiu Celibidache (1984). EMI 5578512 (+FAURÉ: Requiem).
Markevitch, precisamente director fundador de la Orquesta
Sinfónica de RTVE que frecuentaría Celibidache, llevó a cabo en Moscú el año
1963 la primera grabación de música sacra en Rusia (Philips 1964), una austera
versión que ha quedado hoy desfasada, al frente además de los conjuntos de la
Academia Estatal Rusa que dejan bastante que desear. La del propio Stravinsky
(Sony 1964) rezuma su conocida insipidez y demuestra una vez más que el autor
no es siempre su mejor intérprete. Atractivamente áspera e incisiva es la de
Simon Preston (Decca 1975) y, por el contrario, en exceso refinada y pulida la
de Karajan (DG 1979). Todas estas son ampliamente rebasadas por la genial
recreación de Celibidache (en público, 31-I-1984), de una desnudez y una
hondura sobrecogedoras. No sé qué habría pensado el autor, tan poco comprensivo
(por decirlo suavemente) con otros directores, tras escuchar recreaciones que,
como la de Bernstein o esta, dejan tan atrás a la suya: de lo insulso a lo
excelso.
Esta versión, acoplada originalmente con una decepcionante versión de Le sacre du printemps (trece años después Barenboim se desquitaría con su magnífico logro de Chicago), está ahora más adecuadamente emparejada en serie media con el Poema Divino de Scriabin. La interpretación de la Sinfonía, que compagina con acierto la incisividad -y hasta áspera rudeza- con la consoladora contemplación religiosa, sobresale en particular por la atmósfera mística que logra en el movimiento final, el más lento de las quince grabaciones consultadas -la sensación temporal queda como suspendida- y el más extático y conmovedor, Celibidache incluido. Vuelvo a concluir que, en esta obra, las interpretaciones que más elevan la música de Stravinsky son las que más se alejan de su versión batuta en mano (¿o sería ensayada y preparada, como algunas otras, por su mano derecha, Robert Kraft? Este sí fue un director capaz pero lógicamente seguidor entonces al pie de la letra de los postulados del compositor).
Glen Ellyn Children Chorus. Coro y Orquesta Sinfónica de
Chicago. Sir Georg Solti (1999). Decca 4588982 (+Sinfonías en Do y en tres
movimientos).
Sinfonía de los Salmos: Discografía
1963 Philips Markevitch/Coro&OAcademiaEstatalRusa 3’10+4’52+11’19=19’21 8/6
1964 Sony Stravinsky/CantoresFestivalToronto/OSinfCBC 3’22+6’15+11’56=21’33 7/8
1965 Sony Bernstein/CoroFestBachInglaterra/OSinfLondres 3’36+8’10+12’29=24’15 8/7,5
*1967 EuroArts Markevitch/Coro&OFilRadioFrancia 3’22+5’04+11’43=20’09 7,5/5
*1972
1973 Sony Bernstein/CoroEnglishBachFestival/OSinfLondres 3’36+8’10+12’31=24’17 9/7,5
1975 Decca Preston/CoroCatedralCristoOxford/EnsPhilipJones 3’29+6’40+11’17=21’26 8,5/8
1979 DG Karajan/CoroÓperaAlemanaBerlín/OFilBerlín 3’32+6’33+11’25=21’30 7/8
1984 EMI Celibidache/Coro&OFilMúnich 3’52+7’27+12’10=23’29 10/8
1988 Erato Barenboim/Coro&OdeParís 3’13+6’10+13’26=22’49 9/9
1989 CSO Levine/Coro&OSinfChicago 3’24+6’23+11’43=21’30 6/7
1993 Sony TilsonThomas/C&OSinfLondres 3’09+6’45+12’06=22’00 8,5/9
1999 Decca Solti/Coro&OSinfChicago 3’20+6’39+11’04=21’03 9/9,5
1999 DG Boulez/CoroRadioBerlín/OFilBerlín 3’12+6’08+10’39=19’59 8/9
2008 EMI Rattle/CoroRadioBerlín/OFilBerlín 3’24+6’36+12’43=22’43 8,5/9
2009 Orfeo Nelsons/CoroyOSinfCiudadBirmingham 2’54+6’49+11’18=21’01 8,5/9
*2012 DCHall K.Petrenko/CoroRadioBerlín/OFilBerlín 3’12+5’24+11’22=19’58 9/9,5
"Lo que más me ha sorprendido [en el álbum de Blu-rays de Stravinsky/Filarmónica de Berlín], agradablemente, de Kiril Petrenko ha sido su Sinfonía de los Salmos con el maravilloso Coro de Radio Berlín, versión muy sentida y espiritual (y en la que, por fin, deja de estar sonriendo sin cesar, algo que llega a incomodarme). Mi interpretación predilecta de esta obra -a la que tengo por una de las mayores cimas de Stravinsky- sigue siendo la de Celibidache con el Coro y la Orquesta Filarmónica de Múnich (EMI 1984)".
Hay otra obra interesante, de la que no me acuerdo el nombre, pero inspirada directamente por el estilo de las cantatas de Bach.
ResponderEliminarA ese reducido grupo de obras que cita yo le añadiría precisamente esas dos sinfonías del disco de Solti. Principalmente la de "en tres movimientos" que me parece una maravilla.