lunes, 2 de noviembre de 2020

La quinta serie de las 32 Sonatas de Beethoven que graba Barenboim (I)

 

1967-70

Tras su cuarto ciclo, grabado en público en la Staatsoper de Berlín (2007), que EMI editó primero en DVD y algo después Decca en CD, yo pensé que sería el último. Porque, tras seis Sonatas (8, 14, 21, 23, 29 y 32) grabadas en 1958 ¡a los 15 años! para el sello Westminster (hoy en DG), su primer ciclo fue realizado para EMI entre 1967 y 1970. Nada más comenzarlo, lo que de él escuchó Otto Klemperer le instó a solicitarle al sello británico la grabación con él de los 5 Conciertos y la Fantasía coral de Beethoven. Esas 32 Sonatas constituyeron una aportación fundamental frente a las existentes hasta aquel momento, demostrando el joven pianista una hondura y profundidad insólitas, reveladoras. Justamente ahí empezó mi gran admiración hacia este músico. Para mí se erigió, sin duda -y así lo escribí entonces- en el mejor ciclo, incluido el hermosísimo de Claudio Arrau (Philips 1964-67).

Los dos ciclos de 1983-84

En la primera mitad de los años Barenboim 80 hizo dos ciclos, en parte simultáneamente: en CD para DG y en imágenes para Metropolitan München, filmados nada menos que por Jean-Pierre Ponnelle en varios palacios vieneses, y que hoy se hallan en DVD y Blu-ray para el sello EuroArts. Estos ciclos son bastante diferentes del referido de EMI, pues inciden mucho más en el dramatismo de la música, mirada propiciada según el propio Barenboim por su experiencia de dirigir Tristán e Isolda. Es este su Beethoven más negro, más misántropo, hasta incluso hosco en ocasiones. Una aportación interesantísima, sin duda. Según mi amigo Pedro González Mira (a quien en su día convencí para que se trabajase a fondo seis o siete grabaciones del ciclo completo, comparación que muy atinadamente detalló, sonata a sonata, para Ritmo), estas dos grabaciones -DG y Metropolitan- son bastante diferentes entre sí, pero, salvo en algunos casos, en mi opinión son bastante paralelas, debiéndose sobre todo esas diferencias a las tomas de sonido: la de imágenes (a cargo de Gernot Westhäuser y Werner Meyer, ingenieros que trabajaron mucho para DG) hace más justicia al sonido personal de Barenboim que las de audio para este mismo sello, a cargo de Klaus Scheibe: tomas que pecan de cierta sequedad pese a su gran nitidez y brillantez.

2007

La referida al principio de estas líneas, de 2007, ha sido de alguna manera una interpretación que sintetiza y reconcilia los dos puntos de vista (1967-70 y primera mitad de los 80). Al ser publicada por EMI en DVDs escribí que me parecía la más completa en general, salvando que alguna sonata me gustaba más en una o en otra. También era la que mejor sonaba de las cuatro (soberbias tomas del Estudio Teldex de Berlín, a cargo de Martin Sauer, Tobias Lehmann y Philipp Knop). Descatalogados incomprensiblemente aquellos DVDs, que incluían interesantísimas clases magistrales de Barenboim en Chicago a David Kadouch, Saleem A. Ashkar, Lang Lang, Shai Wosner, Alessio Bax, Jonathan Biss y Javier Perianes -pianistas hoy reconocidos- estas versiones se pueden encontrar en CDs de Decca.

2020

Pues bien, aprovechando la imposibilidad de actuar en público durante la primera ola de la pandemia del covid-19, y para no aburrirse, en mayo y junio de 2020 ha grabado otra vez las 32, más (en abril) las Variaciones Diabelli. En tiempo récord, Deutsche Grammophon acaba de lanzar (el 30 de octubre) el álbum. Antes de escucharlo, pensé que su Nuevo Piano podría ser la principal razón para llevar a cabo esta quinta grabación. Seguramente ese afán por mostrar cómo suena en estas obras (¡¡divinamente!!) haya influido, pero sin duda también, y sobre todo, Barenboim debía de sentir que tenía bastante nuevo que decir en estas obras que le han acompañado toda su vida, desde que las tocó íntegramente a sus 15 años de edad, hasta sus 77 años cumplidos. Ni que decir tiene que ningún gran pianista, en sus dos siglos de existencia, ha tenido un trato tan estrecho y asiduo con esta serie, la más importante de la historia de la música para piano.

Mi amigo Fernando López Vargas-Machuca creo que ha dado en el clavo al calificar este ciclo de 2020 (que acaba de devorar, como yo) como, ante todo, el más espiritual de los cinco. En efecto, de vuelta de todo y en un momento de madurez y lucidez supremas, Barenboim ha hecho ahora el más clásico y equilibrado de sus ciclos, el más bello, el más serenamente fraseado (pero no, claro, carente de turbulencias), el más lógico e inatacable como conocimiento de unas partituras, hasta el más mínimo detalle, que lleva al menos décadas tocando de memoria. En 2020 parece volver su vista al último y crepuscular Mozart (el del Concierto 27, el Concierto y el Quinteto de clarinete) y, a la vez, y no menos, hacia adelante, hacia Schubert, al que tiende tantos puentes que escuchando estas versiones se viene varias veces a la mente. 

Mecanismo y técnica

De todas sus grabaciones puede afirmarse que Barenboim nunca se ha dejado arrastrar por la exhibición mecánica de virtuosismo (considero que hacerlo en estas obras es pecado mortal, que han cometido numerosos pianistas, incluso en ocasiones algunos de los grandes). Ahora acomoda Barenboim a sus dedos -que ya no son tan ágiles- algunos tempi rápidos, moderándolos un poco en su velocidad, pero desgranándolos con belleza y fraseo excelsos. Y creo que ni en una sola ocasión la música se resiente (o sea, no es como le ocurrió al octogenario Arrau en su grabación de las Sonatas de Mozart, que son en ocasiones abiertamente trabajosas). Pero rara vez, en muy pocas ocasiones, se halla apurado (aparte la endemoniada Fuga final de la Sonata 29 “Hammerklavier”, que en ninguna de sus grabaciones está tocada con plena pulcritud: no se olvide que, además de lo intrincada que es su escritura, los dedos de Barenboim son cortos). Si aún conserva agilidad suficiente para tocar de modo impecable la dificilísima Sonata 21“Waldstein” no entiendo por qué González Mira -cuyo artículo para Beckmesser y para Ritmo considero muy esclarecedor- afirma que ya está muy disminuido de dedos. Creo que en eso no lleva razón. Porque lo que es en cuestión de técnica, o sea extraer del instrumento sus máximas posibilidades, Barenboim está ahora ¡mejor que nunca! Es capaz de regular la intensidad del sonido y la agógica y de tocar los gruppetti y los trinos con mayor riqueza de matices y flexibilidad que nunca hasta ahora. Baste escucharle el “Adagio grazioso” de la Sonata 16, del que hace una creación absolutamente incomparable. Su riqueza de colores, su variedad en la pulsación son verdaderamente asombrosas.

10 comentarios:

  1. ¿Opina usted, como le he oido decir a algún crítico musical, que las sonatas de Beethoven so lo más importante que ha hecho Barenboim?.
    Alberto R. R.

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  2. En resumen, ¿cual de sus grabaciones recomendaría usted en primer lugar?. E. E. FRUTOS

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    1. Si es en imágenes, cualquiera de las dos filmadas. Y si es en audio, yo diría que cualquiera de las dos últimas. Pero hay quienes prefieren la más "dramática", la de DG de 1984.

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    2. Ángel:

      Pero sueltas, usted prefiere la 8, 21 y 29 en EMI; la 23 en DG (1984) y la 14 tiene varios 9,5 de Barenboim (y 10 de Kissin). ¿Es así, verdad?

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    3. Exactamente. Pero bueno, la 21 de 2020 me parece tan maravillosa como la que más. En la segunda entrega del comentario anotaré las calificaciones de los cinco ciclos.

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    4. Por si no ha quedado claro: quien no admita algunas notas falsas y ciertos apuros aquí y allá no debe acoger como única referencia este ciclo de 2020. Pero, por otra parte, quien no lo conozca no se imagina qué cúmulo de bellezas se pierde.

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  3. Excelente artículo, gracias. Esto aclara muchas cosas y refuerza mi idea de que este podría ser el ciclo más "completo" de Barenboim, entendido como la síntesis definitiva de su experiencia musical con Beethoven + lo que parece ser el piano ideal para Barenboim + la acústica ideal. En cuanto a estos dos últimos aspectos, tiene algún comentario?

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    1. Bueno, el sonido del nuevo piano me gusta un montón, y la toma de sonido de los Teldex es seguramente la mejor que he escuchado hasta hoy.

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