De entre las numerosas
magníficas interpretaciones grabadas de la Quinta Sinfonía de Beethoven,
si tengo que escoger mi preferida, es la de Daniel Barenboim con la
Filarmónica de Viena en su reaparición tras el primer confinamiento en la
pandemia, el 5 de junio de 2020. No sé si estará comercializada, pero yo tengo
el DVD (de datos) con imágenes de muy buena calidad, lo mismo que la toma de
sonido. Creo que la divulgó por streaming la propia Filarmónica de
Viena, que actuó casi sin público -muy separados los pocos asistentes a la
Musikverein- y que, antes de la Sinfonía, tocaron el Concierto nº 27, K 595,
de Mozart, con Barenboim como solista.
Hay interpretaciones de
la Op. 67 beethoveniana -entre las que considero magníficas- muy
arrebatadas, otras muy sobrias, perfectas; esta logra un equilibrio único entre
lo dionisíaco y lo apolíneo, si bien los músicos estuvieron entregados en
cuerpo y alma a lo que tocaban y hubo pasión a raudales por parte de la batuta,
pero sin visos de descontrol. ¡Y cómo tocaron! Cuando se comportan así, me
parece que ninguna otra orquesta les supera.
El Segundo Concierto
para piano de Shostakovich me parece una payasada. Los movimientos
1º y 3º -sobre todo este último- son de una vulgaridad atroz: vulgaridad que
intenta disfrazarse de ironía o de sarcasmo. Y del movimiento lento baste lo
que voy a decir: un día puse Radio Clásica y me encontré con él; me sonaba
vagamente, pero tardé en darme cuenta (cuando sonó el movimiento siguiente) de
qué se trataba. había pensado que era la música de una película romántica
cursi. Acabo de escuchar las versiones de ambos Conciertos por Yuja Wang y
Andris Nelsons con la Sinfónica de Boston, que acaba de publicar DG, y aunque
son excelentes interpretaciones (¡y tomas de sonido sensacionales!), no hay -en
mi opinión- nada que hacer para salvar este Op. 102 shostakovichiano.
Cualquier tipo de guía o
innumerables críticas afirman que el gran Rosenkavalier de Herbert
von Karajan es el de EMI (1957), con la Orquesta Philharmonia, como uno de
los mayores logros de todo su legado fonográfico. Sin embargo, para mí el que
hizo, para DG, en 1984 con la Filarmónica de Viena, es abiertamente superior.
Ante todo por la labor de la propia batuta (combinada con la actuación
orquestal, claro está, sin olvidar la toma de sonido), pero también por los
propios cantantes. Yo diría que, de los principales, solo la maravillosa
Elisabeth Schwarzkopf como Mariscala del primero supera a una admirable Anna
Tomowa-Sintow del segundo. Pero en 1957 hubo un serio problema en el reparto:
el Barón Ochs (en realidad el papel más decisivo en la ópera de Richard
Strauss) de Otto Edelmann, mientras que en 1984 la interpretación de Kurt
Moll es colosal, insuperable hasta ahora. Comparando al resto de los cantantes
en ambas versiones, no hay grandes diferencias a favor o en contra de unos y
otros (Christa Ludwig o Agnes Baltsa, Teresa Stich-Randall o una
sorprendentemente espléndida Janet Perry…). Y hay algo muy claro: si la
Philharmonia estuvo estupenda, la Filarmónica de Viena estuvo aún mejor,
bastante mejor. Es para mí una de las actuaciones discográficas más gloriosas
de la mítica orquesta austríaca (y de Karajan, por supuesto). Lo que se lee en
tantos sitios, mitificando la de los años 50, acaba calando en muchos melómanos
que no se han tomado la molestia de comparar ambas grabaciones, y lo repiten y
lo repiten… así, la opinión preponderante se eterniza.
Más Richard Strauss:
durante años y años, las primeras grabaciones de Así habló Zaratustra carecen
de un detalle (¡mucho más que un detalle!) que desazona: los sucesivos golpes
de timbal de la impresionante Introducción suenan iguales, regulares, en ellas. Cuando escuché la grabación de
Lorin Maazel con la Filarmónica de Viena (DG 1984) descubrí que el espaciar
progresivamente un timbalazo del siguiente, y hacer la serie in crescendo
es un hallazgo magnífico, que produce un efecto intensísimo. Hasta tal punto
que me deja muy insatisfecho escuchar a quienes -sean Karajan, Böhm, Kempe o
Solti, nada menos, entre otros- no lo hacían. Por suerte, Maazel creó escuela,
como puede comprobarse en las sobrecogedoras series timbaleras de un Gustavo
Dudamel, por ejemplo.
El Ochs de Kurt Moll es, efectivamente, magistral. Actualmente está cantando el papel en varios teatros Günther Groissböck. Me pregunto si lo habrá cantado alguna vez René Pape, y cómo lo haría.
ResponderEliminarYo también pensé cómo lo podría cantar Pape, pero no tengo noticia de que lo haya hecho; creo que no.
EliminarRespecto a las versiones de el caballero de la rosa por Karajan, esa es una controversia antigua, pero creo que en realidad la proporción de adeptos de la versión con la Philharmonia ya ha bajado. Como mínimo, algunos se pasaron ya hace algún tiempo a la versión intermedia, la que tiene grabada Karajan en el Festival de Salzburgo que también publicó DG. Y en efecto, los partidarios de la versión digital la suelen preferir por el rendimiento orquestal y el Ochs de Kurt Moll… Yo ya encontré hace bastantes años en la revista Filomúsica una crítica que valoraba más favorablemente la versión digital que la grabación de estudio de los años 1950.
ResponderEliminarSobre el Concierto para piano número 2 de Shostakovich no nos pondremos de acuerdo jamás, me temo. Yo sí que creo que es una obra realmente interesante, pero de lo que no estoy convencido es de que la aproximación de Nelsons y Wang sea la más adecuada. Prueba con la versión de Vasily Petrenko y la Royal Liverpool Philharmonic. Sobre todo, observa cómo el primer movimiento está tomado a un tempo más moderado, que permite distinguir la escritura de las maderas de manera mucho más sutil, con un humor más ácido. Sí, ya sé que no eres muy partidario de Shostakovich, y ciertamente los conciertos para piano no son lo mejor que escribió, pero creo que sí aportan valor.
Sí, ya sabía que hay algunos -pocos, que yo sepa- que valoran el Rosenkavalier de los 80 por encima del de los 50.
ResponderEliminarEn cuanto al Shostakovich, conozco y me parece más que buena la versión de Giltburg/V.Petrenko, pero las que más me habían gustado son las de Leonskaja/Hugh Wolff y Bronfman/Salonen. Pero la obra sigue sin parecerme de recibo. Insisto: vulgaridad disfrazada de ironía y sarcasmo.
No hay entrada que no estimule en este blog. ¡Gracias!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en lo relativo a las versiones de El Caballero de Karajan. La del 84 de estudio es de no creer. También coincido en lo que dice sobre el Segundo Concierto de Shostakovich, que tiene obras extraordinarias, otras simples ejercicios sin calidad artística (técnicamente muy bien hechas, eso sí) y mucha porquería hecha con desgana. Lo que apunta del Zaratustra es cierto. Además de Maazel (la suya con la Wiener es la mejor versión) y de Dudamel, no sé si recuerda alguien más que haga esa introducción así. Lo de Barenboim es sangrante: hay maravillas en muchos conciertos suyos de los últimos años con la Wiener Philharmoniker sin publicar en formato audio, que viene muy bien para escuchar sin tener que prestar atención a las imágenes. Deberían hacer una colección (una caja) con selecciones de esos conciertos.
Introducción de Zaratustra: después de Maazel/Viena, obviamente Maazel vuelve a hacerlo con la Radio Bávara. Sinopoli, Bychkov, Solti/Berlín y Nelsons/Birmingham y Leipzig lo hacen a medias (¡y no muy bien resuelto!), Sawallisch/Filadelfia no lo hace. Quienes mejor, Dudamel DG, Harding en Digital Concert Hall y, quien mejor de todos, Dudamel en DCHall: impresionante.
Eliminar¡Muchas gracias Ángel! ¡La gradación en los timbales (cada vez más lento y más fuerte) mejora muchísimo la introducción!
Eliminar¡Muchas gracias! He encontrado a otro que lo hace... Leopold Stokowski, en una toma (no sé de quién) en vivo, de un concierto de 1970 con la American Symphony Orchestra:
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=NhuLKHjl-nc
N.
¡Vaya!
EliminarPor supuesto que las últimas actuaciones de Barenboim con la Filarmónica de Viena merecen un álbum. El programa Mozart con la Bartoli, el Concierto 24 y la Sinfonía Praga de Mozart; Ma Vlast de Smetana; esta Quinta de Beethoven precedida del Concierto 27...
ResponderEliminarCon la Filarmónica de Berlín (Franck) y la Staatskapelle (El Mar) han salido cosas, así que hay esperanza.
EliminarComo detalle informativo, la grabación del Rosenkavalier de Karajan en DG es el resultado de tomas realizadas en noviembre y diciembre de 1982, mayo de 1983 y enero de 1984 en la Musikverein de Viena. No podemos olvidar la grabación audiovisual del Festival de Salzburgo de 1984 publicada en DVD por Sony. J.S.R.
ResponderEliminarSí, la pena es que el DVD de Sony es de muy decepcionante calidad técnica: tanto en sonido como en imagen. Las dos de Carlos Kleiber en DG tienen una calidad muy superior.
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