Los despropósitos de un diccionario de compositores
Tengo en mi biblioteca en “Diccionario biográfico de
los grandes compositores de la música” editado en español el año 1994 por
Espasa Calpe. Escrito por varios musicólogos, en su mayoría franceses, y
dirigido por Marc Honegger, catedrático de la Universidad de Estrasburgo
(ignoro si tiene parentesco con el compositor suizo).
Bueno, pues este diccionario -en el que las entradas
sobre compositores españoles están escritas por Tomás Marco- es un ejemplo muy
claro, por un lado, de esbobismo, al dedicarles poco espacio -y menos elogios-
a los compositores mal vistos por los que se consideran a sí mismos muy
exigentes y que, si gustan a muchos melómanos, deben de ser malillos. Y por
otro lado, ¡qué de espacio dedicado a los franceses, y qué tratamiento tan descaradamente
favorable!
Voy a poner unos cuantos ejemplos para que veáis. Al
margen del listado de las obras de cada autor, las líneas que les dedican son
(una o dos arriba o abajo), por ejemplo:
A Georges Enescu, autor, entre otras muchas obras, de
una de las mejores óperas del siglo XX -Oedipe-, de la arrebatadora Primera
Rapsodia Rumana y de la magnífica Tercera Sonata para violín y piano-
se lo ventilan en 14 líneas. A Donizetti (sí, ya sé que no es Verdi) y al tan
despreciado por los exquisitos Sergei Rachmaninov les dedican 22 líneas.
El insignificante Gershwin merece tanto espacio (25 líneas) como el gran
Ernest Guiraud (¿les suena de algo?). Diez líneas más que a estos le dedican a
compositores tan eminentes como Castillon de Saint-Victor, Gossec,
Rabaud y Reyer (¿de dónde son estos cuatro? Lo han adivinado: de Francia).
Cinco líneas más, o sea unas 40, merecieron (es un decir) Bruneau, Caplet, Compère,
Champion, Simon Le Duc y Ambroise Thomas (no hace falta recordar la nacionalidad de
todos ellos).
45 líneas dedican a Cambert y Gombert, compartidas con
¡Elgar, Nielsen y Puccini! Unas 50 a Denis Gaultier, Grigny, Meyerbeer y
Mondonville, las mismas que a ¡Bellini, Prokofiev y Johann Strauss II! 55 le
dedican a Britten, las mismas que a Boieldieu, Certon e Ignaz Pleyel.
Atentos a las 60 líneas, que comparten Auber, Guédron
y Lalo con Grieg, Janácek y Sibelius. Con 65, Grétry se sitúa al nivel que
Rossini, Vivaldi y Hugo Wolf: ¡toma ya! Con 70, Jolivet y Lesueur son igualados
en espacio a Domenico Scarlatti. 75: Chabrier y Destouches con ¡Tchaikovsky!
(¡manda güevos, que diría aquel ministro…!) Nada menos que 80 y 85 les dedican a
Claude Le Jeune, Vitry, Chausson, Pierre de La Rue y Florent Schmitt. 90 a
Poulenc; con solo cinco más despachan a Bruckner.
105 líneas le asignan a Dvorák, 15 menos que a
M.A.Charpentier. 125 a Honegger y Offenbach, 135 a Lully, 140 a Milhaud. Mahler
y Roussel obtienen ¡la misma atención: 150! 160 a Campra, 165 a Machaut, 170 a
Delalande, 180 a D’Indy y a ¡Richard Strauss! 190 a Dufay y ¡370 a Fauré!
Comparemos finalmente el espacio dedicado a algunos de los grandes grandes:
tres páginas a Schumann, tres y media a Schubert, cuatro y media a Brahms y
Haendel, cinco y media a Haydn, mientras que a Debussy le otorgan siete. Sobra
todo comentario…
Hola Angel ! Esta es la segunda vez que me animo a comentar en su blog pues tan solo soy un melómano sin formación musical académica.Respecto a su publicación quería expresar que no me sorprende esa tendencia a engrandecer inmerecidamente a ciertos compositores. Recuerdo un libro que hace tiempo leí llamado "Placer de la Música" del musicólogo y compositor francés Roland Manuel.En dicho libro,que en realidad eran conversaciones radiales sobre diversos temas relacionados a la música, he percibido una exagerada exaltación hacia compositores franceses como Satie,Ibert,Milhaud,Roussel,y algún otro nombre más que ahora no recuerdo.Era evidente la defensa y sobrevaloración hacia estos músicos y la indiferencia (por no decir desdén) hacia músicos como Brahms y Schumann.También recuerdo que rechazaba el dodecafonismo pero al respecto opinaba que constituía un universo técnico perfecto pero el resultado (supongo que se refería al momento de escucharla) no le gustaba.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir sus opiniones,pensamientos y conocimientos. Espero con ansias la continuación de la discografía recomendada de Haydn. Estos días he disfrutado de las sinfonías 48 y 49 interpretadas por English Chamber Orchestra y de la sinfonía Nr 91 por Bohm ( siento una gran estima por esta obra).Saludos desde Argentina !
Yo me compré un diccionario de compositores escrito o dirigido por un musicógrafo francés (no recuerdo su nombre) y nada más llegar a casa me leí lo que decía de Tchaikovsky. Me enfurecí de tal manera por comolo maltrataba que fui a devolver el dichos diccionario. Jesús.
ResponderEliminarYo tengo The Oxford Companion to Music, en general diría que es muy bueno y muy objetivo, dando importancia, o sea, varias páginas, a los buenos de verdad, desde Monteverdi en adelante...me costó barato de segunda mano y lo recomiendo......luego tengo algún diccionario de ópera, el de alianza, no recuedo al autor, y cosas así menores....
ResponderEliminarUna editorial hispana publicó una enciclopedia de los grandes compositores y no le dedicó ni un párrafo a Wagner. Al comentarle esto a un músico de una facultad reputada, contestó que en su facultad le dedicaban a Wagner y a Bruckner 5 minutos en toda la carrera porque los estudiantes piensan que esos genios no saben orquestar.
ResponderEliminar¡Qué manías, qué prejuicios! ¡Vaya excusa estúpida, insostenible: que no sabían orquestar!...
Eliminar¡Para chovinismo el de un libro italiano que se titula La Ópera!. Editado por Mondadori (1977) y en España por Aguilar (1979), este libro de gran formato con más de 500 páginas cuenta los argumentos y comenta muchísimas óperas por orden cronológico, llegando hasta 1.977. Sí, sabemos que el género nació en Italia, pero fíjense en las nacionalidades de los compositores, que me entretenido en contar: salvo error, hay 4 óperas de autores húngaros, 5 españoles, 10 de EE.UU., 15 checas, 30 inglesas, 50 rusas, 123 francesas, 174 alemanas y ¡¡245 italianas!!. Se han pasado estos italianos varios pueblos: aparecen muchos compositores rarísimos. REYES.
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