La Otto Klemperer Film Foundation ha editado ¡por
fin! en blu-ray, hace un par de meses, la
filmación del último ciclo sinfónico de Beethoven dirigido por el mayor
intérprete de su tiempo, el que tuvo lugar en el Royal Festival Hall de Londres
entre mayo y junio de 1970. No sé cuántas veces había reclamado yo desde
“Ritmo” -y no he sido el único- y desde este blog la publicación de esos
conciertos históricos, filmados en color por la BBC y que habían divulgado
hacía tiempo varias televisiones. En España fueron emitidos por Canal Plus.
Klemperer,
que contaba entonces 85 años, que se retiraría en 1971 y moriría en 1973,
llevaba dirigiendo ciclos de las 9 Sinfonías desde 1934, cuando las hizo en Los
Angeles. Desde entonces había ofrecido la serie en Milán (1935), en Estrasburgo
(1936), Budapest (1947), en Amsterdam con la Concertgebouw (1949, 1951, 1956 y
1958), en Viena con la Philharmonia (1960) y en Londres, de nuevo con esa
orquesta (1957, 1959, 1961, 1963 y 1965). Pero no es esa reiteración la que hizo
de él un gran intérprete, sino su auténtica genialidad, que en mi opinión se
fue acrecentando con los años. Para mí se trata, lo digo ya, del ciclo más
genial que conozco. Por encima incluso, en conjunto, de su famosa grabación de
audio para EMI realizada entre octubre de 1957 y noviembre de 1959. Que está
pendiente, por cierto, de una remasterización como las que se están llevando a
cabo de tantas grabaciones, algunas realmente nada merecedoras de ese esfuerzo.
Un Beethoven muy especial
No
son interpretaciones, lo adelanto, para todos los gustos. Conozco varios
aficionados a los que no les interesa especialmente el Beethoven de Klemperer,
y lo puedo comprender aunque no lo comparta en absoluto. Es -tanto este de 1970
como el de finales de los 50- extraordinariamente objetivo y riguroso, casi
austero, nada romántico, muy alejado de todo sentimentalismo. Pero, ahora bien,
toda la grandeza (no grandiosidad ni grandilocuencia) de Beethoven y todo su
humanismo, incluso su viril lirismo, están presentes aquí, y en grado máximo.
No en vano esta “Pastoral” de 1970 es -para mí- la más bella y poética
de la historia de la música grabada. Pero los tempi, casi siempre
bastante o muy lentos -lo fueron siendo cada vez más con la edad-, extrañarán y
hasta descolocarán a más de uno. Lo curioso, sorprendente y hasta casi misterioso,
es que no hay pesadez alguna, pues el pulso y el vigor rítmico son tan intensos
que hasta se olvida uno de la lentitud “de reloj”.
La
sonoridad de la New Philharmonia, una orquesta moldeada como pocas o ninguna
por su director titular (lo era desde 1955, y nombrado a perpetuidad) a su
imagen y semejanza, es menos tersa y sedosa que la de la Filarmónica de Viena,
menos densa y robusta que la de Berlín, pero es también ideal para Beethoven
por su cierta rusticidad, sonoridad elemental aunque cuidada hasta el límite,
pero no pulimentada en busca de la dulzura o la pura belleza. Lo que más
puede llamar la atención en estas versiones -como en casi todas las del
Klemperer maduro- es la extraordinaria claridad, cualidad que nadie ha
superado. Transparencia debida en parte a la preponderancia otorgada a las
maderas (tantas veces descuidadas), a la articulación extraordinariamente
precisa, a la sabia calibración de las intensidades de los diferentes grupos
instrumentales y, no menos, a que la lógica constructiva -otra característica
inseparable de este director- es aplastante, por lo que el discurrir de la
música es tan natural que llega a dar la sensación de que "no puede ser de
otra manera".
Después
de haber pasado por numerosas enfermedades y accidentes, este gigante (en
sentido literal, por su estatura física, y por la artística) de la dirección
orquestal se hallaba aquejado de cierto temblor en los brazos y dirigía, claro
está, sentado, pero su lucidez y su sabiduría nos dejan atónitos. Los músicos -sus
músicos- lo entendían a la perfección, incluso sus más leves gestos y sus
parcos movimientos (así lo reconocen en declaraciones varios de ellos), y el
público se daba perfecta cuenta de estar asistiendo a un acontecimiento
irrepetible, como se refleja en las enfervorizadas ovaciones.
Sinfonía a sinfonía
Algunas
peculiaridades a señalar: la raíz claramente haydniana de su Primera
Sinfonía, en la que emplea la orquesta menos nutrida de toda la serie
(¡menudo intérprete de Haydn fue Klemperer!).
Una
Segunda que mira claramente al futuro, bastante más beethoveniana
que la anterior.
Una
“Heroica” que, como en su disco de 1959, carga las tintas en la parte
fugada no tanto como en el punto más habitual, la fuerte entrada de los
contrabajos. Como curiosidad, nada más empezar el 4º mov., hubo un claro
desajuste que se resolvió en un segundo (parece que fue una distracción del
director, y los músicos lo siguieron a rajatabla).
El
finale de la Cuarta posee una especial retranca en su especial
humor.
La
Quinta conoce una versión muy personal: no carga demasiado de pathos
el Allegro con brio inicial, reservando toda la artillería para un
demoledor finale. Por supuesto, en el primer movimiento se oyen los
fagotes y no las trompas como indicó Beethoven, y hay un momento curioso en que
rebaja el volumen (minuto 2’40”) de la cuerda para dar el protagonismo a las
maderas (lo mismo hace en el disco del año 59).
De
la Sexta ya he dicho lo que opino. Edward
Greenfield, muchos años director la revista "Gramophone", escogió de
su ciclo en audio la "Pastoral"
como su disco de la isla desierta. Pues bien, esta de 1970 me parece aún
superior.
Lo
más chocante de todo el álbum puede ser el finale de la Séptima,
nada orgiástico, sino de pulso lento y mantenido firmemente, lo que -si uno se
deja llevar y le sigue el juego a este maestro- puede resultar también
electrizante (hace algo similar a lo que había hecho con su extravagante y
genial tercer movimiento de la "Patética"
de Tchaikovsky).
La
Octava es menos haydniana que otras veces, resultando muy enérgica y estando
teñida de un humor sarcástico; destaca como pocas veces su originalidad y
modernidad.
Y
en esta Novena el Adagio,
punto débil en las otras grabaciones de Klemperer, deja de serlo, pues ha
perdido algo de sequedad. El final coral es de un entusiasmo y una sinceridad
arrolladoras. El Coro New Philharmonia, preparado por el legendario Wilhelm
Pitz (gran forjador del Coro de Bayreuth), era el mejor del mundo por entonces,
como demostró en bastantes grabaciones (y actuaciones en Madrid). Aquí aparece
muy nutrido, y en una intervención memorable. En el cuarteto solista defrauda
la soprano Teresa Zylis-Gara -corta en el agudo, como tantas veces ocurre-, mientras
destacan Janet Baker y Theo Adam. El tenor George Shirley está bastante
bien.
Rigor y tensión
Es
curioso cómo el rigor casi metronómico de Klemperer consigue comunicar al
oyente tanta tensión -y no sé si más- que las libertades agógicas de Furtwängler:
¡tan grandes los dos y tan diferentes! (preguntado el mes pasado en una
escuesta de “Ritmo” sobre mis diez intérpretes preferidos de Beethoven, he
puesto a Klemperer en primer lugar, y a Furtwängler en segundo. De los cuatro
críticos consultados, soy el único que ha citado a Klemperer).
Más sobre la Orquesta
Dos
palabras sobre la New Philharmonia. En mi opinión, aunque su cuerda era una
gloria, su viento -no solo la madera- era por entonces el mejor de cualquier
orquesta. Merecen cita especial el oboe Sydney Suttcliffe, el fagot Gwydion
Brooke, el trompa Nicholas Busch (el del solo de la Quinta de Mahler con
Barbirolli) y, sobre todo, el flauta Gareth Morris, para mí el mejor músico
flautista que he oído hasta la fecha en una orquesta, por encima incluso de
James Galway, de Michel Debost o de Emanuel Pahud.
Imagen y sonido
La
imagen de estos cinco blu-rays (que mantienen el orden de los cinco conciertos)
es bastante buena, aunque no todas las cámaras consiguen la misma nitidez, y el
sonido es también bueno y natural, aunque monoaural. Lo cual es un misterio,
porque las televisiones a que me refería lo retransmitieron en estéreo (que no
parecía artificial o inducido). Pero la remasterización llevada a cabo ha
optado por el sonido mono, ignoro por qué. La realización de la BBC es muy
profesional, aunque con un desliz aquí y allá (algún brusco movimiento de
cámara). La caja, muy bien presentada, contiene un interesantísimo libro de 130
páginas con varios artículos (en inglés y alemán) y numerosas fotos. El precio
es alto (99,99 €) y no parece bajar; se puede comprar a través de amazon.de
y, me parece, a través de la red alemana de tiendas de discos Zweitausendeins
(o sea, 2001) a ese mismo precio.
Yo soy de esos a quienes no termina de convencer el Beethoven de Klemperer...sinceramente, no creo que esté a la altura de Furt, Böhm o Barenboim, para mi gusto los tres mejores directores Beethovenianos...Un saludo discrepante...
ResponderEliminarTambién es cuestión de gustos, claro. Pero ningún buen aficionado debe negarle la genialidad al Beethoven del anciano Klemperer. Por lo que he comprobado, son particularmente reticentes a admirarlo quienes conocieron las Sinfonías por Karajan (parece que no es tu caso).
EliminarPues no solamente están grabadas en disco compacto, salieron al mercado en diciembre de 1998, sino que CANAL PLUS las emitió en vídeo a partir de esa fecha incluyendo la Misa. Esas grabaciones de Klemperer viéndole dirigir, es el tesoro que más quiero.
EliminarEse ciclo Beethoven de 1970, editado ¡por fin! en blu-ray, lo comenté en este blog el 23 de enero de 2020.
Eliminar¿Dice usted que Canal+ también emitió la Missa Solemnis? No tenía ni idea de que se la hubiesen filmado a Klemperer...
La gran pregunta es... ¿Existen grabaciones estereofónicas de todas las sinfonías? ¿Las hizo la BBC? ¿Saldrán algún día en disco? Yo conozco estas grabaciones de youtube, donde han estado (y no sé si están, porque aparecen y desaparecen), y también es mi ciclo preferido de todos. Muy radical, pero en la buena dirección: lentitud, claridad polifónica total, relevancia de planos orquestales medios, de grupos débiles de instrumentos, dinámica muy cuidada, austeridad y objetividad (nada de aceleraciones, de extremos dinámicos efectistas, de sentimentalismo), rigor y pulso rítmico... La sensación que da en 1970 es que Klemperer tocaba estas sinfonías para sí mismo, después de un largo camino vital y profesional con ellas. Son su testamento musical y él quiso que fuera con Beethoven (repetiría la Séptima).
ResponderEliminarSí, su última Séptima en audio (acompañanada originalmente por ¡Rameau!) es tan singular como interesantísima.
EliminarAlguna vez sabremos si esas nueve de 1970 gozan también de una toma "originalmente" en stereo.
Escuché una quinta de klemperer de 1951 con la Wiener Symphoniker [vox] que es excelente.
ResponderEliminarAún no escuché esa Pastoral de 1970 si la de 1957 con la Philharmonia Orchestra [HMV]
La novena de 1957 con esa misma orquesta es también excelente.
De Klemperer, además de su INIGUALABLE Heroica de 1959 en estudio, me fascinan dos de sus novenas en vivo:
ResponderEliminar1) Saal I, Funkhaus, Colonia, 6 de enero de 1958. Con Maria Stader, Grace Hoffman, Waldemar Kmentt y Hans Hotter. Orquesta Sinfónica de la WDR de Colonia. Sello: Medici Arts.
2) Royal Festival Hall, Londres, 15 de noviembre de 1957. Con Aase Nordmo Løvberg, Christa Ludwig, Waldemar Kmentt y Hans Hotter. Orquesta Philharmonia. Sello: Testament.
No conozco la que comenta Ángel.
Tengo una novena en dvd de los 60, no recuerdo interpretes pero si era la Philarmonia. Enorme tambien. No se si hay cd de audio tambien.
ResponderEliminarSí, la propia EMI la publicó, pero no se corresponde con la grabación de audio. Ambas aparecerán en estos listados.
EliminarConsidero la(s) Heroicas de Klemperer como insuperables. El director tenía una especial afinidad con es sinfonía-bisagra y creo que nadie le hace sombra,
ResponderEliminarCordial Saludo
Juan
La BBC saca ahora un cuarto volumen de grabaciones en su serie BBC Legends. No está Klemperer, pero está claro que la BBC sigue teniendo grabaciones sin publicar. También parece que grababan todo en estéreo desde finales de los 50. El ciclo de Beethoven de Klemperer en 1970 tiene que estar grabado en estéreo para su emisión radiofónica. Otra cosa es que la emisión televisiva llevara su propia grabación de audio en mono sincronizada (en aquella época no había teles estéreo, como algo normal al menos). El único posible problema es que decidieran no emitir el concierto por radio porque se hizo por televisión, pero espero que no. Acabará saliendo.
ResponderEliminarEn Pristine Classical tienen dos CDs con los conciertos que Klemperer dio en Filadelfia en 1962 (por cierto, ¡qué orquestón!). Entre otras obras, tocaron la Tercera de Beethoven. Son una maravilla de grabaciones, que suenan fantásticamente (en estéreo) y que por desgracia no son más conocidas.
ResponderEliminarPristine ¿es un sello discográfico? En Qobuz no aparecen.
EliminarSí es un sello. Un exingeniero de sonido de la BBC, Andrew Rose, restaura antiguas grabaciones, o grabaciones privadas, y las publican. Lo hace con muy buen gusto. Las grabaciones de Furtwängler, por ejemplo, aparecen con muy buen sonido. Las publican incluso con un "ambient stereo" (opcional) que es algo así como un mono con algo de espacio, que queda muy bien. Por Rose me enteré de por qué las grabaciones de Toscanini suenan tan mal (los másters originales se perdieron). En la web dan explicaciones detalladas sobre el origen de cada grabación, cómo la han restaurado, qué criterios han seguido, etc.
EliminarNo sólo se puede uno suscribir para escuchar lo que tienen sino que se pueden comprar y descargar las grabaciones como en qobuz.
https://www.pristineclassical.com/