El
confinamiento de las últimas semanas ha traído pocas novedades para escuchar o
ver, con la excepción de las muchísimas actuaciones de Barenboim que han
ofrecido DG y la Sala Pierre Boulez o la Staatsoper de Berlín; a ellas me he
referido aquí últimamente. Aun así, tendría que añadir las tres últimas Sinfonías
de Mozart que Barenboim hizo con la Orquesta del Diván el 30 de octubre de
2015, “Concierto por el entendimiento entre civilizaciones y los derechos
humanos”, que tuvo lugar en el Human Rights Hall de Ginebra, con el fascinante
techo decorado por Miquel Barceló. A unas 39 y 40 colosales y una
“Júpiter” un poco menos extraordinaria siguieron unas palabras del
músico, dirigidas a un público entre el que se encontraba la plana mayor de la
ONU, verdaderamente admirables.
Grigory Sokolov
Pero
tras dos meses largos sin poderme encontrar con Fernando Vargas-Machuca, este
me ha suministrado material para semanas de horas extraordinarias. Voy a
comentar algunas cosas que acabo de oír y ver. Entre las primeras, el recital de
Grigory Sokolov que DG acaba de sacar en un doble CD, acompañado de un DVD con
otro recital al que no he tenido acceso. La Tercera Sonata de Beethoven
que el pianista ruso propone es sorprendentemente sosegada: maravillosamente
tocada, resulta sin embargo algo extraña a los propósitos del joven virtuoso
que se estaba dando a conocer en Viena, demostrando que quería de algún modo
romper con Haydn y Mozart y también su destreza como ejecutante. Más propio me
ha parecido su acercamiento a las engañosamente “menores” Bagatelas op. 119,
27 años posteriores: un gran acierto de Sokolov. Ciertos altibajos, dentro de
muy alto nivel, he hallado en las 6 Piezas op. 118 y en las 4 op. 119
de Brahms, a las que en general les conviene mucho la madurez del pianista nacido
en Leningrado en 1950. Parece que fueron siete las propinas ofrecidas en este
recital: el 2º Impromptu de la
segunda serie de Schubert, Les sauvages de Rameau, el Preludio op.
32/12 de Rachmaninov, el Allegretto de Schubert y Pasos sobre la
nieve de Debussy. Todo admirable, salvo ciertas reservas sobre la primera
de estas piezas. (El DVD contiene las Sonatas K 545 y 475/457 de
Mozart y los números 27 y 32 de Beethoven; la Arietta de
esta última le dura ¡24! minutos… tengo gran curiosidad, pues casi nunca llega
a 20’).
Georges Prêtre
Deutsche
Grammophon igualmente ha publicado el último concierto de Prêtre en La Scala el
22 de febrero de 2016), con la Orquesta Filarmónica del famoso teatro milanés. En
otro de los últimos, publicado en DVD por Sony, Prêtre había dirigido versiones
muy hermosas de la Sinfonía de Franck y Pinos de Roma de
Respighi. El programa del último repite una pieza ya tocada en ese otro, la Barcarola
de Los cuentos de Hoffmann de Offenbach (en versión orquestal, sin
voces), pero mientras la anterior, cantadísima, era una pura maravilla, esta
última de 2016 se ha vuelto excesiva en su dulzura, y además fraseada con una
libertad exagerada, hasta resultar un poco caricaturesca. Pero vayamos por
partes. El concierto comenzó con una admirable Obertura de Egmont,
lenta pero con gran pulso y muy intensa; más o menos lo mismo podría decir de
otra obertura (extraña programación), la de La forza del destino. Luego
vino la Barcarola y como fin de programa (no solo extraño, sino también
corto) el Bolero de Ravel. Muy lento (16’30”), muy bien planificado
desde un inicio con muchas pes, muy bien tocado… pero la superposición
del ritmo de los tambores con la melodía resultó muy extraña, por no decir que
no siempre cuadraban, porque esa melodía fue fraseada una y otra vez (a partir
del solo de fagot) con una libertad extrema, con unos rubatos muy
pronunciados, hasta desvirtuarla, produciéndose una especie de discordancia muy
discutible. La propina del Cancan (sección final de la Obertura de Orfeo
en los infiernos de Offenbach: ¿por qué no la obertura entera, que dura
menos de diez minutos?) cerró con jolgorio y brillantez un concierto a ratos
muy discutible. No estoy seguro de que la última vejez le sentase del todo bien
al espléndido director (¡qué dos Conciertos de Año Nuevo, entre tantas otras
cosas!) de 92 años. Le restaba menos de uno de vida…
Fabio Luisi
En
2016 Fabio Luisi dirigió a la Orquesta Nacional Danesa -estupendo conjunto- un
programa tan singular como poco comercial que me ha resultado no solo
apasionante, sino que me ha dado que pensar dos cosas, que en buena parte ya
sabía: que Nielsen es mucho Nielsen, y que Luisi es mucho Luisi. Comenzó con
una obra espléndida que no conocía, Commotio, op. 58, (de 1931, original
para órgano; supongo que la orquestación es del autor) y siguió con el Concierto
menos tocado de Rachmaninov, el Cuarto, una obra en mi opinión desigual,
pero no desdeñable. Lise de la Salle (Cherburgo, 1988) tocó francamente bien, y
Luisi dirigió de maravilla, acaso tan bien como el que más. La segunda parte la
ocupó una obra extraordinaria, apenas conocida: la Sexta Sinfonía “Semplice”
de Nielsen, creo que una de las mejores sinfonías del siglo XX, pero que está
casi olvidada en conciertos y grabaciones, injustamente frente a sus también
extraordinarias hermanas, la Cuarta “Inextinguible” y la Quinta. La
interpretación de Luisi fue francamente reveladora (no he oído una versión que
me haya gustado tanto): reveladora de la originalidad, de la maravillosa y
madura, engañosa sencillez de la partitura solo posible en la etapa final de la
vida de un gran compositor.
Luisi y de la Salle tienen grabados todos los conciertos de Rachmaninov en directo para el sello Accentus. La orquesta es la Philharmonia Zürich. Versiones estupendas.
ResponderEliminarUn saludo
Kapsweiss2016
¡Vaya, qué buena sorpresa!
EliminarÁngel:
ResponderEliminarPor favor, ¿podría decirme el título y compositor de la obra musical que comienza a partir del minuto 54:28 del siguiente video? Aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=KB8_g6HPT3I&t=308s
Muchas gracias.
"La búsqueda no obtuvo ningún resultado", me dice.
EliminarUn segundo intento ha resultado positivo. Me has hecho tragarme un trozo del mítin de ese gordo machista, pero no sé qué música -preciosa- pueda ser esa. ¿Quizá algo de Giovanni Gabrieli?
EliminarSí, es infumable. Pero me interesa ése fragmento musical. Más que barroco parecería clásico.
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