Igor Levit ha
pinchado sin paliativos en su nuevo disco con 14 Canciones (o Romanzas) sin
palabras de Mendelssohn: frías, inexpresivas, carentes de lirismo y
de ternura. Un llamativo error en la desigual carrera discográfica (Sony) del
pianista ruso-alemán de 36 años. Es curioso: sigue habiendo pocas grabaciones de
la serie completa de 48 piezas, de las que Casper Höweler escribe lo siguiente:
“Son como flores silvestres que, comparadas con las orquídeas de Chopin se nos
antojan muy modestas […] Con elementos técnicos muy simples consigue
Mendelssohn sentimientos y pensamientos sencillos; precisamente por ello su
originalidad y encanto nos presentan un enigma psicológico-musical superior a
las páginas más profundas de Bach y de Beethoven”. La grabación de todas ellas
efectuada en 1973 por Barenboim para DG sigue siendo la referencia
absoluta, y eso que en alguna ocasión el pianista de Buenos Aires ha afirmado
que no estaba completamente satisfecho de ella, porque apenas tuvo tiempo para
prepararlas. Como selección, es clarísima la recomendación de Javier
Perianes (15 piezas, Harmonia Mundi 2014).
La Sexta
Sinfonía “Semplice” de Nielsen es, creo, una de las más
originales y notables de todo el siglo XX. Pero desgraciadamente es mucho menos
conocida -tocada y grabada- que las dos anteriores de su autor, debido quizá a
su carácter más íntimo y discreto, y mucho menos espectacular. Merece, en mi
opinión, mucha más atención de la que se le suele dedicar. “Cada instrumento es
como una persona dormida a la que debo despertar a la vida”, dijo de ella el
compositor. “La preocupación es permanente por los detalles sonoros, de una
autonomía de timbres que raramente habíamos encontrado hasta ese momento”
(François-René Tranchefort).
Fabio Luisi
culmina su ciclo sinfónico Nielsen añadiendo los 3 Conciertos del
compositor danés. Con magníficas tomas sonoras de DG, son otras tres dianas del
director italiano. Porque además ha contado con tres solistas admirables: en
primer lugar la violinista Bomsori (cuyo nombre completo es Bomsori Kim*),
surcoreana nacida en 1989, borda el magistral (pero aún poco divulgado) Concierto
para violín (1911) nielseano. Quizá solo Maxim Vengerov y Nikolaj Znaider
la han superado, y por poco, en esta composición. Los otros dos Conciertos,
el de flauta (1926) y el de clarinete (1928) son excelentes
obras, extrañamente poco conocidas, que han sido encomendadas en este disco a
los solistas de la espléndida Orquesta Sinfónica Nacional Danesa:
respectivamente Ulli Miilmann y Johnny Teyssier. Ambos tocan e
interpretan a pedir de boca. ¡Vaya nivelazo! Con toda seguridad, en los
soberbios resultados de estas tres obras ha tenido mucho que ver Luisi, que
parece hallarse hoy entre los directores punteros.
*Este es su segundo disco para DG. El anterior, de
2021, se titula “Violin on stage”. Es un popurrí en exceso variado: de Gluck a
Waxman, pasando por Tchaikovsky, Massenet, Saint-Saëns y Wieniawski; varias de
las piezas son transcripciones. Pero todo el programa denota un sonido
precioso, un mecanismo de gran seguridad, incluso bravura, y siempre muy buen gusto: como quien dice, ya
se la veía venir (una excepción: no me ha gustado ni la adaptación ni la
interpretación del “Pas de deux” de Cascanueces). La acompaña con
sensatez la Filarmónica NFM de Wroclaw (Breslavia) dirigida por el nicaragüense
Giancarlo Guerrero (n. 1969).
“Bach contemplation”: recital antiestrés
por Anne Queffélec
Hurgando en Qobuz me he encontrado con este disco
Mirare (serie de Harmonia Mundi), del año 2009, que agrupa 21 piezas para
teclado (clave, órgano) de J. S. Bach tocadas al piano y que tienen en común ser lentas,
introspectivas, de enorme belleza… y claramente tranquilizadoras, apaciguadoras
del estado de ánimo. Hay discos antiestrés pero a base de músicas tontorronas,
lloronas o blandengues. Pero este nada tiene que ver con estos; todo lo
contrario. La pianista parisina nacida en 1948, discípula de Jean Hubeau y que
asistió a clases magistrales de Alfred Brendel y Jörg Demus, da en este CD una
lección exquisita de musicalidad y buen gusto, sin caer en dulzonería ni
amaneramiento. Por poner solo un ejemplo, el Adagio de la Toccata
para órgano en Do mayor, BWV 564, me ha parecido maravilloso. En fin, una
delicia de disco, que podrían vender en farmacias como tranquilizante carente
de efectos secundarios. ¡O mejor dicho, con efectos altamente benéficos!
Estoy escuchando las cuatro piezas del Op. 19 que Levit incluye en su disco Mendelssohn. La verdad sea dicha, no puedo estar más de acuerdo en tus apreciaciones sobre el resultado. Ya he escrito alguna vez que no me parece que el ciclo completo de las canciones sin palabras por Barenboim, referencia indiscutible en estas obras, esté entre sus mejores grabaciones como pianista, pero Levit no me parece alternativa ni entre las selecciones: todo suena mecánico, no hay casi rubato, (especialmente si el tempo es más o menos movido; la sexta sí tiene un cierto balanceo por lo menos). Creo que Levit quiere intentar “escapar” a la vertiente más o menos sentimental o salonesca de estas obras. Parece que Levit afirmó en algún momento que no le interesa la música de Chopin… Eso es indicativo.
ResponderEliminarParece ser que los ataques de Hamás a Israel han sido los que han llevado a Levit a meterse con las canciones sin palabras de Mendelssohn, según él ha publicado. Pero me parece bastante claro que Levit no tiene ninguna afinidad por este repertorio…
Gracias por sus comentarios. Tremendas declaraciones de Levit ¡y menuda portada del disco! Un ejemplo tremendo del deseo -no se sabe si deliberado o fruto de una incapacidad intelectual manifiesta- de confundir antisionismo con antisemitismo... Levit está muy lejos ¡en las antípodas! de la lucidez que mostraban Said/Barenboim al tratar del conflicto palestino-israelí. Frente a una aproximación a la música como horizonte utópico de reconciliación, Levit parece más dado a levantar con ella muros identitarios. Si ya su modo de hacer música no resultaba especialmente interesante, su posicionamiento ideológico me resulta aún más distante.
Eliminarhttps://scherzo.es/el-festival-de-bayreuth-ofrecera-parsifal-en-catalan/ . A todas luces la inocentada de la publicación...
ResponderEliminarAcabo de escuchar el de Bach y me parecieron ejecuciones tan bellas y etéreas, nada pretenciosas y en un equilibrio justo.
ResponderEliminarEn el caso de Mendelssohn, yo propondría la selección de Ignaz Friedman, disponible en youtube.
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